/ jueves 29 de noviembre de 2018

México, unido

Se puede estar de acuerdo o no en el programa de gobierno de la próxima administración federal, como aquí he dejado constancia, sin embargo, no se puede regatear el respaldo moral y democrático que 30 millones de mexicanos dieron el primero de julio a Andrés Manuel López Obrador. Por eso, más allá de filiaciones políticas, siglas y colores partidistas, es necesario mantener y preservar la unidad de la sociedad en torno a quien este primero de diciembre asume constitucionalmente el alto encargo de presidente de la República. Nadie desea que le vaya mal al país. Por el contrario, de lo que haga la próxima administración federal dependerá el futuro de millones de familias mexicanas. Ya el propio López Obrador ha dicho que no es un cambio de gobierno sino de régimen, por lo que la transformación será profunda y tocará fibras sensibles en todos los ámbitos.

Ha dicho también que es necesario separar el poder económico del poder político teniendo como prioridad atender las graves carencias que sufren, desde hace siglos, muchos mexicanos que viven en pobreza extrema sobre todo en el campo y las zonas indígenas quienes a partir de mañana serán prioridad para la nueva administración. Se trata también de un cambio de actitud y de visión sobre el quehacer gubernamental que deberá desterrar viejas prácticas como la corrupción en todos los órdenes de gobierno, la actitud soberbia y arrogante de muchos servidores públicos y la indolencia con que se conducen algunas y algunos funcionarios, quienes creen que los cargos son eternos y olvidan que están allí para servir al pueblo, no para servirse de él.

En el caso de Veracruz, igualmente será un día histórico. Cuitláhuac García Jiménez tendrá frente a sí el mayor reto de su vida, pues a partir de los primeros minutos de mañana deberá hacer esfuerzos importantes para generar las condiciones necesarias con el fin de que los veracruzanos puedan vivir en paz garantizando la salud, educación, infraestructura y desarrollo social de más de 8 millones de ciudadanos que habitan en este maravilloso estado. Hasta ahora, vuelvo a insistir, aún no se vislumbra cuál será el proyecto de gobierno y las acciones prioritarias de la nueva administración estatal. Sin embargo, genera certidumbre y se aplaude que muchas posiciones relevantes del próximo gabinete serán encabezadas por mujeres entusiastas, preparadas y honestas. Imposible no reconocer este hecho que abona a la paridad de género y que garantiza un desempeño eficiente de cada una de ellas.

Niños, jóvenes y adultos seremos testigos de esta nueva etapa para la nación. Hay una amplia expectativa entre la sociedad de que las cosas cambien para bien, sobre todo en cuanto a la seguridad pública y el combate a la pobreza. Muchos proyectos anunciados por López Obrador son, en verdad, interesantes porque buscan atender la raíz de muchos de los males que agobian al país, como el programa para becar a miles de jóvenes; otros más generan dudas y conforme avance su gobierno se verá si resultan o no. Mientras tanto, oremos para que la nueva administración federal y estatal hagan bien las cosas, se nutran de los mejores perfiles profesionales para llevar a cabo la transformación que se proponen y den ejemplo de congruencia en la manera de conducirse frente a los ciudadanos. Que así sea.

mariodanielbadillo@hotmail.com



Se puede estar de acuerdo o no en el programa de gobierno de la próxima administración federal, como aquí he dejado constancia, sin embargo, no se puede regatear el respaldo moral y democrático que 30 millones de mexicanos dieron el primero de julio a Andrés Manuel López Obrador. Por eso, más allá de filiaciones políticas, siglas y colores partidistas, es necesario mantener y preservar la unidad de la sociedad en torno a quien este primero de diciembre asume constitucionalmente el alto encargo de presidente de la República. Nadie desea que le vaya mal al país. Por el contrario, de lo que haga la próxima administración federal dependerá el futuro de millones de familias mexicanas. Ya el propio López Obrador ha dicho que no es un cambio de gobierno sino de régimen, por lo que la transformación será profunda y tocará fibras sensibles en todos los ámbitos.

Ha dicho también que es necesario separar el poder económico del poder político teniendo como prioridad atender las graves carencias que sufren, desde hace siglos, muchos mexicanos que viven en pobreza extrema sobre todo en el campo y las zonas indígenas quienes a partir de mañana serán prioridad para la nueva administración. Se trata también de un cambio de actitud y de visión sobre el quehacer gubernamental que deberá desterrar viejas prácticas como la corrupción en todos los órdenes de gobierno, la actitud soberbia y arrogante de muchos servidores públicos y la indolencia con que se conducen algunas y algunos funcionarios, quienes creen que los cargos son eternos y olvidan que están allí para servir al pueblo, no para servirse de él.

En el caso de Veracruz, igualmente será un día histórico. Cuitláhuac García Jiménez tendrá frente a sí el mayor reto de su vida, pues a partir de los primeros minutos de mañana deberá hacer esfuerzos importantes para generar las condiciones necesarias con el fin de que los veracruzanos puedan vivir en paz garantizando la salud, educación, infraestructura y desarrollo social de más de 8 millones de ciudadanos que habitan en este maravilloso estado. Hasta ahora, vuelvo a insistir, aún no se vislumbra cuál será el proyecto de gobierno y las acciones prioritarias de la nueva administración estatal. Sin embargo, genera certidumbre y se aplaude que muchas posiciones relevantes del próximo gabinete serán encabezadas por mujeres entusiastas, preparadas y honestas. Imposible no reconocer este hecho que abona a la paridad de género y que garantiza un desempeño eficiente de cada una de ellas.

Niños, jóvenes y adultos seremos testigos de esta nueva etapa para la nación. Hay una amplia expectativa entre la sociedad de que las cosas cambien para bien, sobre todo en cuanto a la seguridad pública y el combate a la pobreza. Muchos proyectos anunciados por López Obrador son, en verdad, interesantes porque buscan atender la raíz de muchos de los males que agobian al país, como el programa para becar a miles de jóvenes; otros más generan dudas y conforme avance su gobierno se verá si resultan o no. Mientras tanto, oremos para que la nueva administración federal y estatal hagan bien las cosas, se nutran de los mejores perfiles profesionales para llevar a cabo la transformación que se proponen y den ejemplo de congruencia en la manera de conducirse frente a los ciudadanos. Que así sea.

mariodanielbadillo@hotmail.com



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