/ viernes 30 de agosto de 2019

Miedo, dolor, coraje y desencanto en Veracruz

La masacre ocurrida en Coatzacoalcos muestra a un gobierno rebasado, incapaz de frenar la violencia y, pero más grave aún, también es clara evidencia de que no está funcionando la estrategia de la Guardia Nacional ante un problema que ya debería considerarse de seguridad nacional. Ese atentado al centro nocturno “Caballo Blanco”, en esa ciudad del sur del estado y que dejó 29 muertos y heridos graves, solamente puede compararse a los actos terroristas de grupos radicales en países europeos y de Norteamérica, y acusa la absoluta infuncionalidad de los cuerpos policiacos para investigar, identificar y detener a los criminales. Ocurrió lo mismo el 20 de abril en Minatitlán, hace cuatro meses, cuando sicarios irrumpieron en una fiesta familiar y acribillaron a 13, y por lo cual el propio presidente Andrés Manuel López Obrador acudió seis días después a ese municipio y ordenó el inicio de operaciones de la Guardia Nacional con la instalación de la Primera Coordinación Territorial con más de mil elementos permanentes para vigilar Minatitlán y la zona aledaña de Coatzacoalcos y Cosoleacaque. Después de ese lamentable hecho que horrorizó al país y al mundo, ni un mes había pasado cuando el 16 de mayo, en Tuzamapan, Coatepec, un comando armado de al menos 10 sicarios rafaguearon a citricultores que vendían su producto en la vía pública, muriendo cinco, y otra vez el Ejecutivo federal tuvo que intervenir y anunciar una próxima instalación de un cuartel de la GN para realizar tareas de seguridad. Estos tres hechos tienen una coincidencia: antes de que ocurrieran los ataques, recibieron amenazas si no accedían a pagar cuotas, es decir, cobro de piso. Hay testimonio de dirigentes empresariales que hablan de esa práctica ilícita en Coatzacoalcos, de recibir presiones para pagar 50 mil o 200 mil pesos mensuales para dejarlos realizar sus actividades comerciales lícitas, y precisamente en ese municipio del sur ya han sucedido otros incendios de locales cuyos dueños se han negado a pagar y, por lo cual, muchos han decidido cerrar sus negocios e irse a vivir a otra parte del país, incluso al extranjero. En Xalapa sucede lo mismo, en Orizaba, en Córdoba, Tuxpan, Poza Rica y el puerto de Veracruz, según se expresa en voz baja. ¿Esas denuncias, que debe haberlas pero por la secrecía de una investigación no se dan a conocer, han sido atendidas? No parecería, y las consecuencias es lo que pasa. Tampoco se pierde de vista que en este último caso de Coatzacoalcos se trata de un negocio de los llamados “giros negros”, que muchas veces son utilizados como centro de distribución y venta de drogas, aunque eso tampoco justifique lo sucedido. Lo que pretende este artículo es plantear la inquietante situación de violencia e inseguridad del estado de Veracruz, muy cercano a ser tierra de nadie, o mejor dicho, tierra donde los grupos delincuenciales han tomado el poder, esto por la incompetencia o complicidad de las autoridades, de lo cual frecuentemente acusa el gobernador Cuitláhuac García Jiménez al fiscal Jorge Winckler Ortiz, pero cuyos dichos siguen sin el aporte de pruebas suficientes como para iniciarle un proceso penal a ese funcionario para retirarlo de ese importantísimo cargo público. Mientras tanto el miedo, el dolor, el coraje y el desencanto son los fantasmas que recorren Veracruz.

ARTISTA PLÁSTICO, GENIAL PINTOR VERACRUZANO

El pintor, escultor y museógrafo veracruzano Francisco Gali Malpica falleció el miércoles por la noche en el puerto de Veracruz, luego de una larga enfermedad. Durante varios años formó parte del IVEC, una muy lamentable pérdida para la comunidad de la cultura. A él se deben los dibujos de mujeres jarochas de grandes ojos en paredes de muchos sitios del puerto jarocho. Descanse en paz.

Escriba a opedro2006@gmail.com

La masacre ocurrida en Coatzacoalcos muestra a un gobierno rebasado, incapaz de frenar la violencia y, pero más grave aún, también es clara evidencia de que no está funcionando la estrategia de la Guardia Nacional ante un problema que ya debería considerarse de seguridad nacional. Ese atentado al centro nocturno “Caballo Blanco”, en esa ciudad del sur del estado y que dejó 29 muertos y heridos graves, solamente puede compararse a los actos terroristas de grupos radicales en países europeos y de Norteamérica, y acusa la absoluta infuncionalidad de los cuerpos policiacos para investigar, identificar y detener a los criminales. Ocurrió lo mismo el 20 de abril en Minatitlán, hace cuatro meses, cuando sicarios irrumpieron en una fiesta familiar y acribillaron a 13, y por lo cual el propio presidente Andrés Manuel López Obrador acudió seis días después a ese municipio y ordenó el inicio de operaciones de la Guardia Nacional con la instalación de la Primera Coordinación Territorial con más de mil elementos permanentes para vigilar Minatitlán y la zona aledaña de Coatzacoalcos y Cosoleacaque. Después de ese lamentable hecho que horrorizó al país y al mundo, ni un mes había pasado cuando el 16 de mayo, en Tuzamapan, Coatepec, un comando armado de al menos 10 sicarios rafaguearon a citricultores que vendían su producto en la vía pública, muriendo cinco, y otra vez el Ejecutivo federal tuvo que intervenir y anunciar una próxima instalación de un cuartel de la GN para realizar tareas de seguridad. Estos tres hechos tienen una coincidencia: antes de que ocurrieran los ataques, recibieron amenazas si no accedían a pagar cuotas, es decir, cobro de piso. Hay testimonio de dirigentes empresariales que hablan de esa práctica ilícita en Coatzacoalcos, de recibir presiones para pagar 50 mil o 200 mil pesos mensuales para dejarlos realizar sus actividades comerciales lícitas, y precisamente en ese municipio del sur ya han sucedido otros incendios de locales cuyos dueños se han negado a pagar y, por lo cual, muchos han decidido cerrar sus negocios e irse a vivir a otra parte del país, incluso al extranjero. En Xalapa sucede lo mismo, en Orizaba, en Córdoba, Tuxpan, Poza Rica y el puerto de Veracruz, según se expresa en voz baja. ¿Esas denuncias, que debe haberlas pero por la secrecía de una investigación no se dan a conocer, han sido atendidas? No parecería, y las consecuencias es lo que pasa. Tampoco se pierde de vista que en este último caso de Coatzacoalcos se trata de un negocio de los llamados “giros negros”, que muchas veces son utilizados como centro de distribución y venta de drogas, aunque eso tampoco justifique lo sucedido. Lo que pretende este artículo es plantear la inquietante situación de violencia e inseguridad del estado de Veracruz, muy cercano a ser tierra de nadie, o mejor dicho, tierra donde los grupos delincuenciales han tomado el poder, esto por la incompetencia o complicidad de las autoridades, de lo cual frecuentemente acusa el gobernador Cuitláhuac García Jiménez al fiscal Jorge Winckler Ortiz, pero cuyos dichos siguen sin el aporte de pruebas suficientes como para iniciarle un proceso penal a ese funcionario para retirarlo de ese importantísimo cargo público. Mientras tanto el miedo, el dolor, el coraje y el desencanto son los fantasmas que recorren Veracruz.

ARTISTA PLÁSTICO, GENIAL PINTOR VERACRUZANO

El pintor, escultor y museógrafo veracruzano Francisco Gali Malpica falleció el miércoles por la noche en el puerto de Veracruz, luego de una larga enfermedad. Durante varios años formó parte del IVEC, una muy lamentable pérdida para la comunidad de la cultura. A él se deben los dibujos de mujeres jarochas de grandes ojos en paredes de muchos sitios del puerto jarocho. Descanse en paz.

Escriba a opedro2006@gmail.com