/ lunes 5 de noviembre de 2018

Migrantes, la papa caliente

Durante los años recientes, Veracruz ha dejado de ser sólo un lugar de paso en la ruta de los migrantes centroamericanos para convertirse en destino para quienes huyen del desempleo, la pobreza, la falta de oportunidades y la violencia.

Podría resultar paradójico que quienes son desplazados por la violencia de Centroamérica busquen refugio en una entidad del país donde la inseguridad es un tema constante.

Cómo estarán las cosas en Honduras, si quienes huyen de ese país encuentran refugio en un estado, Veracruz, donde la pobreza llega a más de la mitad de la población.

La caravana de migrantes que cruza el territorio nacional es un vivo ejemplo de la desesperación de cientos, miles de personas que no encuentran en sus países una oportunidad para sobrevivir sin hambre.

La caravana de 4 o 5 mil personas llegó en días pasados a tierras veracruzanas para continuar con el éxodo hacia los Estados Unidos. Cruzó una de las zonas más complicadas; incluso, algunos migrantes califican a ese trayecto como “la ruta de la muerte”, aquella que pasa por la zona centro de Veracruz para enfilarse a Puebla y de ahí a la Ciudad de México.

Otro grupo tomó la ruta hacia el norte de Veracruz para llegar a la frontera con Estados Unidos por el estado de Tamaulipas.

Algunas organizaciones no gubernamentales y también instancias de gobierno han proporcionado ayuda humanitaria a los migrantes, a efecto de que tengan alimento, agua y atención médica en caso necesario.

En Veracruz, como es natural, el tema de la inseguridad para la caravana migrante ha sido recurrente en los últimos días. Hay que recordar que por años, este grupo ha sido víctima frecuente de ataques de la delincuencia organizada, desde los cárteles locales hasta la Mara Salvatrucha conocida también como la “MS”, por ejemplo. Los migrantes no sólo han enfrentado las detenciones oficiales, de la Policía Federal y del Instituto Nacional de Migración, a su paso por territorio estatal, sino también el peso de la violencia.

Ese tema motivó que hace dos días, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitiera medidas cautelares al Gobierno Federal y a los estados de Puebla, Ciudad de México y Veracruz.

La CNDH solicitó a dichos gobiernos estatales que instrumenten medidas de apoyo para garantizar la seguridad de los migrantes en carreteras y en su tránsito hacia la Ciudad de México. Apunta la instancia que “las condiciones en que viajan las personas que integran la caravana migrante provocan que su situación sea más vulnerable y las exponen a ser víctimas de algún ilícito que afecte su patrimonio”.

¿Qué ha hecho al respecto el gobierno de Veracruz?; el pasado dos de noviembre, a través de sus redes sociales, el Ejecutivo veracruzano anunció la llegada de la caravana a la zona de Acayucan, en el sur de Veracruz; dijo que enviaría ayuda humanitaria así como transporte para que esas personas pudieran desplazarse a la Ciudad de México “o al lugar que ellos deseen”.

Sin embargo, casi inmediatamente después emitió un nuevo mensaje en el que decía que siempre no; que si bien se trata de un tema humanitario, también es un “problema institucional que hay que resolver de fondo, no se trata de pasar la papa caliente de una mano a la otra o de un estado al otro, se trata de ir al fondo del tema”, expuso Yunes Linares, quien enfatizó que dado el problema de abasto de agua que enfrentaba la Ciudad de México, se invitaría a los migrantes a ir a alguna ciudad del sur de Veracruz, donde estarían seguros.

La caravana hoy está fraccionada; algunos migrantes marcharon al norte de Veracruz para llegar a Tamaulipas; y otros se enfilaron a la llamada “ruta de la muerte” desde la zona centro del estado hasta Puebla. Lo predecible es que el tema se complique porque esta es la primera de muchas expresiones del éxodo centroamericano. @luisromero85


Durante los años recientes, Veracruz ha dejado de ser sólo un lugar de paso en la ruta de los migrantes centroamericanos para convertirse en destino para quienes huyen del desempleo, la pobreza, la falta de oportunidades y la violencia.

Podría resultar paradójico que quienes son desplazados por la violencia de Centroamérica busquen refugio en una entidad del país donde la inseguridad es un tema constante.

Cómo estarán las cosas en Honduras, si quienes huyen de ese país encuentran refugio en un estado, Veracruz, donde la pobreza llega a más de la mitad de la población.

La caravana de migrantes que cruza el territorio nacional es un vivo ejemplo de la desesperación de cientos, miles de personas que no encuentran en sus países una oportunidad para sobrevivir sin hambre.

La caravana de 4 o 5 mil personas llegó en días pasados a tierras veracruzanas para continuar con el éxodo hacia los Estados Unidos. Cruzó una de las zonas más complicadas; incluso, algunos migrantes califican a ese trayecto como “la ruta de la muerte”, aquella que pasa por la zona centro de Veracruz para enfilarse a Puebla y de ahí a la Ciudad de México.

Otro grupo tomó la ruta hacia el norte de Veracruz para llegar a la frontera con Estados Unidos por el estado de Tamaulipas.

Algunas organizaciones no gubernamentales y también instancias de gobierno han proporcionado ayuda humanitaria a los migrantes, a efecto de que tengan alimento, agua y atención médica en caso necesario.

En Veracruz, como es natural, el tema de la inseguridad para la caravana migrante ha sido recurrente en los últimos días. Hay que recordar que por años, este grupo ha sido víctima frecuente de ataques de la delincuencia organizada, desde los cárteles locales hasta la Mara Salvatrucha conocida también como la “MS”, por ejemplo. Los migrantes no sólo han enfrentado las detenciones oficiales, de la Policía Federal y del Instituto Nacional de Migración, a su paso por territorio estatal, sino también el peso de la violencia.

Ese tema motivó que hace dos días, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitiera medidas cautelares al Gobierno Federal y a los estados de Puebla, Ciudad de México y Veracruz.

La CNDH solicitó a dichos gobiernos estatales que instrumenten medidas de apoyo para garantizar la seguridad de los migrantes en carreteras y en su tránsito hacia la Ciudad de México. Apunta la instancia que “las condiciones en que viajan las personas que integran la caravana migrante provocan que su situación sea más vulnerable y las exponen a ser víctimas de algún ilícito que afecte su patrimonio”.

¿Qué ha hecho al respecto el gobierno de Veracruz?; el pasado dos de noviembre, a través de sus redes sociales, el Ejecutivo veracruzano anunció la llegada de la caravana a la zona de Acayucan, en el sur de Veracruz; dijo que enviaría ayuda humanitaria así como transporte para que esas personas pudieran desplazarse a la Ciudad de México “o al lugar que ellos deseen”.

Sin embargo, casi inmediatamente después emitió un nuevo mensaje en el que decía que siempre no; que si bien se trata de un tema humanitario, también es un “problema institucional que hay que resolver de fondo, no se trata de pasar la papa caliente de una mano a la otra o de un estado al otro, se trata de ir al fondo del tema”, expuso Yunes Linares, quien enfatizó que dado el problema de abasto de agua que enfrentaba la Ciudad de México, se invitaría a los migrantes a ir a alguna ciudad del sur de Veracruz, donde estarían seguros.

La caravana hoy está fraccionada; algunos migrantes marcharon al norte de Veracruz para llegar a Tamaulipas; y otros se enfilaron a la llamada “ruta de la muerte” desde la zona centro del estado hasta Puebla. Lo predecible es que el tema se complique porque esta es la primera de muchas expresiones del éxodo centroamericano. @luisromero85