/ viernes 13 de marzo de 2020

Momento morado

Se pudieran anotar muchos aspectos que expliquen estas potentes movilizaciones de las mujeres mexicanas, seguramente habrá datos y argumentos que se puedan poner en las conversaciones públicas.

Lo que hay que decir como certeza concreta es que algo muy fuerte se está moviendo, algo que surge de las profundidades de nuestra sociedad y del hartazgo y valentía de las mujeres.

Son de esos movimientos sociales reales y serios que, por auténticos y transformadores, no tienen un solo origen o fecha de inicio, ni voces y rostros exclusivos, ni declaración contundente, ni promotores individuales.

No, su evolución es resultado de condiciones históricas y sociales realmente existentes pero no suficientemente registradas.

En las protestas femeninas están la cadena imparable de asesinatos de mujeres, el hartazgo con el machismo, los atroces crímenes con gran proyección mediática, los colectivos femeninos, las periodistas e intelectuales con perspectiva de género, las nuevas y antiguas feministas, un avance en la conciencia nacional, los ejemplos mundiales, la presencia de mujeres en puestos de representación y autoridad.

Estas movilizaciones son voluntarias, de convicciones, plurales, con agenda amplia y lejos de afanes partidistas.

Los que no entiendan eso se quedarán al margen de una de las transformaciones más urgentes para México.

Los cambios están en curso, por el momento son poco perceptibles, pero tendrán efectos concretos en leyes, reglamentos, instituciones y una mejora creciente en la seguridad de las mujeres en todo tipo de ámbitos.

En tanto cultura histórica, forma de ser injusta de siglos, el patriarcado y el machismo perderán fuerza gradualmente a mediano y largo plazo.

Las marchas del día 8 de marzo resultaron las más grandes de su tipo en nuestra historia, las más entusiastas, juveniles y pacíficas.

Fueron deslumbrantes en número y en calidad de expresiones.

El paro del día 9 simplemente es inédito en nuestro país.

En otros tiempos se habían intentado paros nacionales por causas sindicales o políticas con resultados simbólicos. Ahora fue diferente.

La convocatoria a que hubiera un día sin mujeres fue evidentemente exitosa, encontró eco en los más variados sectores sociales y capas de la población.

Ese logro femenil da cuenta de otro México, en mejores condiciones para que logremos una sociedad donde se conviva con respeto de género y seguridad plena para las mujeres.

Hay que anotar que todo esto surgió de las mujeres organizadas e influyó en las demás, así como en el conjunto de la sociedad.

Otro dato importante es la irrelevancia para efectos de convocatoria y organización de los partidos políticos y todo tipo de gobiernos.

Entre los actos que se han venido dando en el contexto de las protestas previas, las marchas del 8 y el paro del 9, distingo las manifestaciones de estudiantes en sus propias escuelas.

Incluyendo a niveles de bachillerato se han plantado ante directivos y docentes para señalarlos como acosadores o cómplices.

Ahí está un resultado concreto de esta etapa de movilizaciones y de la toma de conciencia entre las jóvenes.

Han sido valientes y requieren el respaldo institucional.

En la comprensión y apoyo oficial que se les dé radica el cambio. Aquí ya no hay abstracción, estamos ante una serie de acciones en un ámbito específico, el escolar.

Cada vez les resultará más difícil a los acosadores satisfacer sus bajos instintos y cumplir con sus torcidas conductas.

Debe ser motivo de optimismo ver que nuestras muchachas se liberan de sujetos torvos y crueles, que limpian su entorno y se pueden dedicar a estudiar en un ambiente seguro y sano.

Más que lamentable la incomprensión y el alejamiento del presidente Obrador, con esas expresiones sociales. Por el momento ha perdido una gran oportunidad de tener interlocución con las mujeres en general y las jóvenes en particular.

Les debe una disculpa y varios encuentros para buscar acuerdos efectivos. Ha quedado claro que las causas de las mujeres están más allá de facciones partidistas, intereses políticos o de cálculos electorales. Cuando tengan que votar lo harán en libertad y seguramente buscando que sus demandas sean recogidas por los candidatos y sus partidos.

Recadito: vientos frescos han traído a México sus mujeres...

ufa.1959@gmail.com

Se pudieran anotar muchos aspectos que expliquen estas potentes movilizaciones de las mujeres mexicanas, seguramente habrá datos y argumentos que se puedan poner en las conversaciones públicas.

Lo que hay que decir como certeza concreta es que algo muy fuerte se está moviendo, algo que surge de las profundidades de nuestra sociedad y del hartazgo y valentía de las mujeres.

Son de esos movimientos sociales reales y serios que, por auténticos y transformadores, no tienen un solo origen o fecha de inicio, ni voces y rostros exclusivos, ni declaración contundente, ni promotores individuales.

No, su evolución es resultado de condiciones históricas y sociales realmente existentes pero no suficientemente registradas.

En las protestas femeninas están la cadena imparable de asesinatos de mujeres, el hartazgo con el machismo, los atroces crímenes con gran proyección mediática, los colectivos femeninos, las periodistas e intelectuales con perspectiva de género, las nuevas y antiguas feministas, un avance en la conciencia nacional, los ejemplos mundiales, la presencia de mujeres en puestos de representación y autoridad.

Estas movilizaciones son voluntarias, de convicciones, plurales, con agenda amplia y lejos de afanes partidistas.

Los que no entiendan eso se quedarán al margen de una de las transformaciones más urgentes para México.

Los cambios están en curso, por el momento son poco perceptibles, pero tendrán efectos concretos en leyes, reglamentos, instituciones y una mejora creciente en la seguridad de las mujeres en todo tipo de ámbitos.

En tanto cultura histórica, forma de ser injusta de siglos, el patriarcado y el machismo perderán fuerza gradualmente a mediano y largo plazo.

Las marchas del día 8 de marzo resultaron las más grandes de su tipo en nuestra historia, las más entusiastas, juveniles y pacíficas.

Fueron deslumbrantes en número y en calidad de expresiones.

El paro del día 9 simplemente es inédito en nuestro país.

En otros tiempos se habían intentado paros nacionales por causas sindicales o políticas con resultados simbólicos. Ahora fue diferente.

La convocatoria a que hubiera un día sin mujeres fue evidentemente exitosa, encontró eco en los más variados sectores sociales y capas de la población.

Ese logro femenil da cuenta de otro México, en mejores condiciones para que logremos una sociedad donde se conviva con respeto de género y seguridad plena para las mujeres.

Hay que anotar que todo esto surgió de las mujeres organizadas e influyó en las demás, así como en el conjunto de la sociedad.

Otro dato importante es la irrelevancia para efectos de convocatoria y organización de los partidos políticos y todo tipo de gobiernos.

Entre los actos que se han venido dando en el contexto de las protestas previas, las marchas del 8 y el paro del 9, distingo las manifestaciones de estudiantes en sus propias escuelas.

Incluyendo a niveles de bachillerato se han plantado ante directivos y docentes para señalarlos como acosadores o cómplices.

Ahí está un resultado concreto de esta etapa de movilizaciones y de la toma de conciencia entre las jóvenes.

Han sido valientes y requieren el respaldo institucional.

En la comprensión y apoyo oficial que se les dé radica el cambio. Aquí ya no hay abstracción, estamos ante una serie de acciones en un ámbito específico, el escolar.

Cada vez les resultará más difícil a los acosadores satisfacer sus bajos instintos y cumplir con sus torcidas conductas.

Debe ser motivo de optimismo ver que nuestras muchachas se liberan de sujetos torvos y crueles, que limpian su entorno y se pueden dedicar a estudiar en un ambiente seguro y sano.

Más que lamentable la incomprensión y el alejamiento del presidente Obrador, con esas expresiones sociales. Por el momento ha perdido una gran oportunidad de tener interlocución con las mujeres en general y las jóvenes en particular.

Les debe una disculpa y varios encuentros para buscar acuerdos efectivos. Ha quedado claro que las causas de las mujeres están más allá de facciones partidistas, intereses políticos o de cálculos electorales. Cuando tengan que votar lo harán en libertad y seguramente buscando que sus demandas sean recogidas por los candidatos y sus partidos.

Recadito: vientos frescos han traído a México sus mujeres...

ufa.1959@gmail.com