/ miércoles 27 de noviembre de 2019

Morena atravesando grandes momentos de la historia

Ruego al lector me permita expresarle lo siguiente: cada día, y a cada instante, los mexicanos tenemos noticias sorprendentes, una sola de éstas pondría de cabeza a muchísimas sociedades.

Multihomicidios, incluidos feminicidios, balaceras urbanas, abuso sexual a menores, extorsiones, personas de todas edades desaparecidas, violencia esparcida como gotas de lluvia que caen a veces como chubascos, y, tormentas eléctricas.

Y como si no pasara nada.

Una noticia tapa la otra y la cadena se atrapa en carpetas de investigación y en el dolor de corazones destrozados de muchas familias mexicanas.

Prender la televisión, la radio, abrir el tuit, recibir múltiples chats, solamente trae sorpresas y la mayoría no buenas o gratas.

Lejos de tener o no afectaciones personales por actos belicosos, sobresaltan al momento de conocerlos, luego viene la impavidez (o será estoicismo), tal vez apatía o solo frialdad, pero finalmente aparece una sociedad inconmovible. Lo cierto es que en el fondo, la sociedad se desmoraliza, está angustiada y tal es impaciente, como lo demuestran los linchamientos a presuntos violadores, secuestradores, ladrones.

Temas recurrentes que rebasan ya nuestra sorpresa y pareciera que ya es parte de la cotidianidad.

Los jóvenes que pueden buscan salir del país, con la decepción marcada por la incertidumbre de su futuro. ¿Se desmorona el amor patrio? ¿Lo vamos a contemplar y tolerar?

Hoy, las niñas y los niños juegan y transitan por la puerta de su casa, por el parque, en el patio de su escuela y otros lugares públicos; su ingenuidad les impide tomar conciencia de los riesgos actuales sobre su seguridad y del incierto futuro que los espera.

Está en riesgo constante su integridad bajo otras amenazas; mínimo o casi nulo crecimiento económico, fenómenos naturales que parecen acechar a los más vulnerables, hackeos a la industria nacional de alto impacto económico, piratas en mares mexicanos, alza de impuestos acompañado de bajas salariales, escasez de medicamentos o incertidumbre en su abasto y no sin razón, la desesperación de enfermos y familiares, como el caso de la atención para niños con cáncer.

¿Será el limbo con tantos inocentes cautivos?

La transparencia es insustituible; pensemos que, guardada la proporción, la sociedad es una célula como una familia y que sus vulnerabilidades deben generar solidaridad entre ellos por razones naturales. La opacidad no los unirá y por el contrario, los confrontará, pues para comprender, remediar y mejor prevenir cualquier dificultad, lo primero que se requiere es información completa, veraz, fidedigna y proporcional. La ignorancia impide atender bien los problemas, más aún la desinformación y todavía más la orientación equívoca.

México es país de primera; es país de leyes.

Nuestra inclinación históricamente es la legalidad y hoy, este día sabemos que el acceso a la información pública es básico para ubicarnos como sociedad, y en el INAI, los órganos garantes de los estados y el Sistema Nacional de Transparencia tienen buena salud, por lo que al sustentar el ejercicio del derecho a la información permitirá generar estrategias correctivas. Hay una gran estructura legal que debe aprovecharse por México.

Ruego al lector me permita expresarle lo siguiente: cada día, y a cada instante, los mexicanos tenemos noticias sorprendentes, una sola de éstas pondría de cabeza a muchísimas sociedades.

Multihomicidios, incluidos feminicidios, balaceras urbanas, abuso sexual a menores, extorsiones, personas de todas edades desaparecidas, violencia esparcida como gotas de lluvia que caen a veces como chubascos, y, tormentas eléctricas.

Y como si no pasara nada.

Una noticia tapa la otra y la cadena se atrapa en carpetas de investigación y en el dolor de corazones destrozados de muchas familias mexicanas.

Prender la televisión, la radio, abrir el tuit, recibir múltiples chats, solamente trae sorpresas y la mayoría no buenas o gratas.

Lejos de tener o no afectaciones personales por actos belicosos, sobresaltan al momento de conocerlos, luego viene la impavidez (o será estoicismo), tal vez apatía o solo frialdad, pero finalmente aparece una sociedad inconmovible. Lo cierto es que en el fondo, la sociedad se desmoraliza, está angustiada y tal es impaciente, como lo demuestran los linchamientos a presuntos violadores, secuestradores, ladrones.

Temas recurrentes que rebasan ya nuestra sorpresa y pareciera que ya es parte de la cotidianidad.

Los jóvenes que pueden buscan salir del país, con la decepción marcada por la incertidumbre de su futuro. ¿Se desmorona el amor patrio? ¿Lo vamos a contemplar y tolerar?

Hoy, las niñas y los niños juegan y transitan por la puerta de su casa, por el parque, en el patio de su escuela y otros lugares públicos; su ingenuidad les impide tomar conciencia de los riesgos actuales sobre su seguridad y del incierto futuro que los espera.

Está en riesgo constante su integridad bajo otras amenazas; mínimo o casi nulo crecimiento económico, fenómenos naturales que parecen acechar a los más vulnerables, hackeos a la industria nacional de alto impacto económico, piratas en mares mexicanos, alza de impuestos acompañado de bajas salariales, escasez de medicamentos o incertidumbre en su abasto y no sin razón, la desesperación de enfermos y familiares, como el caso de la atención para niños con cáncer.

¿Será el limbo con tantos inocentes cautivos?

La transparencia es insustituible; pensemos que, guardada la proporción, la sociedad es una célula como una familia y que sus vulnerabilidades deben generar solidaridad entre ellos por razones naturales. La opacidad no los unirá y por el contrario, los confrontará, pues para comprender, remediar y mejor prevenir cualquier dificultad, lo primero que se requiere es información completa, veraz, fidedigna y proporcional. La ignorancia impide atender bien los problemas, más aún la desinformación y todavía más la orientación equívoca.

México es país de primera; es país de leyes.

Nuestra inclinación históricamente es la legalidad y hoy, este día sabemos que el acceso a la información pública es básico para ubicarnos como sociedad, y en el INAI, los órganos garantes de los estados y el Sistema Nacional de Transparencia tienen buena salud, por lo que al sustentar el ejercicio del derecho a la información permitirá generar estrategias correctivas. Hay una gran estructura legal que debe aprovecharse por México.