Buen día, apreciado lector. Vaya que los que andamos por los 68 hemos vivido un verdadero parteaguas en la historia de Veracruz, no se diga los de más edad.
A los que como este reportero nacimos en pueblos de muy pocos habitantes, como Acayucan, y a dos cuadras del corazón del pueblo aun no teníamos energía eléctrica, mucho menos estufa de gas, solo fogón de leña, pisos de tierra, usábamos catres, hamacas, velas, candiles y lámparas de petróleo, letrinas y agua de un pozo en el patio.
A falta de dinero nuestros angustiados padres practicaban el trueque de jícaras, huevos y aves de corral por tortillas y otros alimentos, no había transporte urbano ni calles pavimentadas. Algunos riquillos de entonces a base de esfuerzo conseguían camiones, creo de la Ford, que para arrancar había que darles cuerda (se decía “cran”) como a los teléfonos públicos.
Vaya que en el correr del tiempo hemos conocido los avances de la modernidad como el radio de pilas, la consola para discos, la estufa de petróleo y gas, la electricidad y los focos, lámparas y todo lo que siguió.
Que recuerde no había graves enfermedades y los malestares los curábamos con tecitos y remedios caseros o manzanilla con magnesia, aunque en ocasiones nos extrañaba que llegaran a las casas unos señores con cascos amarillos vestidos de caqui, que llevaban tanquecitos como peroles con unas mangueras para desinfectar y protegernos del mosquito anopheles y la temible enfermedad del paludismo con algo que le llamaban “DDT”, por lo que teníamos que salir al patio y sacar los muebles.
La gente era bien educada en los valores morales, saludaban al encontrarse en la calle y se alzaban el sombrero, no se sabía de asaltos y menos de crímenes.
En fin, fueron tiempos diferentes a los actuales en los que no queda más que aguantar, defenderse y tratar de aportar ideas positivas para cuidar nuestra seguridad, nuestra salud y desarrollo, cuidar el planeta, los ríos y las plantas para que avancen nuestros hijos y nietos en paz y armonía.
Y a propósito de cómo se hablaba antes, es muy necesario que el actual gobierno deje de ver “moros con tranchete”, entienda que todos nos necesitamos y ya convoque al pueblo, de forma individual o en grupo, a aportar ideas para ayudar en conjunto a encontrar soluciones a los problemas de todos.
Finalmente, aprovecho el espacio para expresar mi eterna e inagotable gratitud a quienes con gran generosidad han recordado y refrendado los lazos de imperecedera amistad que nos unen. Abrazo solidario.
gustavocadenamathey@hotmail.com
La gente era bien educada en los valores morales, saludaban al encontrarse en la calle y se alzaban el sombrero, no se sabía de asaltos y menos de crímenes