/ miércoles 14 de abril de 2021

Muñoz Ledo, líder sempiterno de la izquierda mexicana

Lapidario, el diputado Porfirio Muñoz Ledo, como es su costumbre, calificó el proceso político-electoral en torno a Morena, como un evento en donde afloraron “profundas lacras en su dirigencia formal”; así o más aguda puede ser la crítica de alguien que ha dirigido tres partidos políticos nacionales y que compartió la construcción del partido Morena con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Antes el legislador Muñoz Ledo había señalado a Mario Delgado, dirigente formal de Morena, como un líder corrupto, que repartió dinero de procedencia ilícita para la compra de votos que en segunda vuelta le ganó.

Hoy acusa el maestro de la política de izquierda a la mexicana Porfirio Muñoz Ledo que la violación a los derechos constitucionales de los militantes y simpatizantes de Morena, el divisionismo y los vicios de su partido han permitido el ocultamiento y la opacidad en la selección de sus candidatos o la selección arbitraria de candidatos impresentables, como es el caso del inhabilitado candidato a gobernador de Guerrero, Félix Salgado Macedonio.

Agrega Muñoz Ledo, en su crítica y autocrítica, que en Morena se perdió la independencia, lo que considera como una “traición a la izquierda”, y que cobijando a “viles títeres” que perciben “grotescos haberes” detienen con esa actitud la continuidad de Morena y retarda la aspiración inicial de su partido para representar a los mexicanos.

Con todo ello el posicionamiento de don Porfirio permite vislumbrar los números rojos que el 6 de junio obtendrán muchos de los candidatos tránsfugas de otros partidos, que hoy visten la camiseta de Morena y se refugian en comisiones de la verdad que “no existen” para eludir responsabilidades públicas del pasado inmediato, cuyo interés personal está muy por encima de las necesidades y reclamos de quienes hoy se lamentan haber sufragado por el propio presidente AMLO, el primer domingo de julio de 2018.

Lapidario, el diputado Porfirio Muñoz Ledo, como es su costumbre, calificó el proceso político-electoral en torno a Morena, como un evento en donde afloraron “profundas lacras en su dirigencia formal”; así o más aguda puede ser la crítica de alguien que ha dirigido tres partidos políticos nacionales y que compartió la construcción del partido Morena con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Antes el legislador Muñoz Ledo había señalado a Mario Delgado, dirigente formal de Morena, como un líder corrupto, que repartió dinero de procedencia ilícita para la compra de votos que en segunda vuelta le ganó.

Hoy acusa el maestro de la política de izquierda a la mexicana Porfirio Muñoz Ledo que la violación a los derechos constitucionales de los militantes y simpatizantes de Morena, el divisionismo y los vicios de su partido han permitido el ocultamiento y la opacidad en la selección de sus candidatos o la selección arbitraria de candidatos impresentables, como es el caso del inhabilitado candidato a gobernador de Guerrero, Félix Salgado Macedonio.

Agrega Muñoz Ledo, en su crítica y autocrítica, que en Morena se perdió la independencia, lo que considera como una “traición a la izquierda”, y que cobijando a “viles títeres” que perciben “grotescos haberes” detienen con esa actitud la continuidad de Morena y retarda la aspiración inicial de su partido para representar a los mexicanos.

Con todo ello el posicionamiento de don Porfirio permite vislumbrar los números rojos que el 6 de junio obtendrán muchos de los candidatos tránsfugas de otros partidos, que hoy visten la camiseta de Morena y se refugian en comisiones de la verdad que “no existen” para eludir responsabilidades públicas del pasado inmediato, cuyo interés personal está muy por encima de las necesidades y reclamos de quienes hoy se lamentan haber sufragado por el propio presidente AMLO, el primer domingo de julio de 2018.