/ jueves 14 de octubre de 2021

Nada es mera casualidad

Abrigué a mis mejores esperanzas, esperando las danzas de otros mundos premonitorios, más sin embargo sólo vi cíclopes feroces, que intrigados me observaron con el pensamiento causal de ciertas bestias humanas.

Causalidad, obsesión, posesión, pertenencia, egocentrismo, avaricia, prepotencia, simulación, opacidad, indiferencia, lucha de clases, capitalismo, socialismo, intereses coludidos y asociación delictuosa, son sólo algunas palabras y conceptos que ordinariamente encontramos en la discursiva social, política y económica que nos frecuenta en los medios masivos de comunicación.

Todo es causalidad, incluido aquello que nos parezca inverosímil dentro del circo electrónico de nuestras vidas, y todos queremos componer el mundo, cuando muchas veces no arreglamos ni nuestra propia cama, sin embargo, el poder de nuestras intenciones es la chispa de arranque de las voluntades sociales y personales de los seres vivientes, ya que no concibo que algo supranormal vaya a resolver nuestras problemáticas y necesidades urgentes y demás.

En México hay ciertos personajes que se han preconcebido una imagen pública por causalidad de sus aspiraciones de vivir del presupuesto, uno de ellos es Gabriel Quadri, una especie de topo intelectual con barniz de pseudo político, emplumado con cierta educación extranjera allá en Austin, Texas. Es un buen ejemplo del mexicano contradictorio y/o mercenario a favor de sus propias causas, con su fachada de un Albert Einstein hecho y preconcebido de mala gana, ahora resulta que a tal diputado “alguien o algunos” lo envían por delante para moralizar la política del Estado mexicano, cuando el propio Quadri ha sido un esperpento acomodaticio del circo político electoral. Como individuo no tengo nada en su contra, él hace su trabajo, el más sucio, eso tiene mucho mérito y es digno de felicitarlo por su valor humano de prestarse a tales comedias, hablando en líneas disparatadas.

Hace poco hablé unas líneas de Hong Kong, advertí que era la manzana de la discordia entre dos potencias mundiales y ahora la causalidad ha sobrevolado en Taiwan, con 150 aviones caza de última generación que aparecieron en el cielo de la enorme isla poblada por más de 23.5 millones de habitantes. A lo cual el presidente chino Xi Jinping expresó que es urgente, necesaria, la integración de los territorios chinos para que el pueblo de su patria viva feliz. Así ante este contundente aviso, podemos saber que la causalidad se materializará allá, y en cualquier momento podrían invadir Hong Kong y Taiwan.

Joe Biden, por su lado, envió a sus diplomáticos a entablar pláticas y relaciones con el gobierno Talibán, en la ciudad de Doha, desde el pasado 9 de octubre, a lo cual se deduce a simple vista que Washington no desea más conflicto con tales grupos armados, situación que afectará a sus competidores rusos y chinos; ahí ambos bandos diplomáticos deberán definir su postura. Pero ¿es que está muy lejano ese lugar?, ¿en qué podría afectarnos a nosotros? Pues en una inestabilidad en la región, pero además en la muy probable (que no casual) confrontación de intereses entre yanquis y el imperio asiático más poderoso, que ha bajado su economía por cortes de energía y otros factores. Y para arreglar el mundo, al menos el nuestro en México, sigamos apostando a la unidad, aunque ésta sea etérea y frágil por los intereses en juego.

Todo es causalidad, incluido aquello que nos parezca inverosímil dentro del circo electrónico de nuestras vidas, y todos queremos componer el mundo, cuando muchas veces no arreglamos ni nuestra propia cama.

Abrigué a mis mejores esperanzas, esperando las danzas de otros mundos premonitorios, más sin embargo sólo vi cíclopes feroces, que intrigados me observaron con el pensamiento causal de ciertas bestias humanas.

Causalidad, obsesión, posesión, pertenencia, egocentrismo, avaricia, prepotencia, simulación, opacidad, indiferencia, lucha de clases, capitalismo, socialismo, intereses coludidos y asociación delictuosa, son sólo algunas palabras y conceptos que ordinariamente encontramos en la discursiva social, política y económica que nos frecuenta en los medios masivos de comunicación.

Todo es causalidad, incluido aquello que nos parezca inverosímil dentro del circo electrónico de nuestras vidas, y todos queremos componer el mundo, cuando muchas veces no arreglamos ni nuestra propia cama, sin embargo, el poder de nuestras intenciones es la chispa de arranque de las voluntades sociales y personales de los seres vivientes, ya que no concibo que algo supranormal vaya a resolver nuestras problemáticas y necesidades urgentes y demás.

En México hay ciertos personajes que se han preconcebido una imagen pública por causalidad de sus aspiraciones de vivir del presupuesto, uno de ellos es Gabriel Quadri, una especie de topo intelectual con barniz de pseudo político, emplumado con cierta educación extranjera allá en Austin, Texas. Es un buen ejemplo del mexicano contradictorio y/o mercenario a favor de sus propias causas, con su fachada de un Albert Einstein hecho y preconcebido de mala gana, ahora resulta que a tal diputado “alguien o algunos” lo envían por delante para moralizar la política del Estado mexicano, cuando el propio Quadri ha sido un esperpento acomodaticio del circo político electoral. Como individuo no tengo nada en su contra, él hace su trabajo, el más sucio, eso tiene mucho mérito y es digno de felicitarlo por su valor humano de prestarse a tales comedias, hablando en líneas disparatadas.

Hace poco hablé unas líneas de Hong Kong, advertí que era la manzana de la discordia entre dos potencias mundiales y ahora la causalidad ha sobrevolado en Taiwan, con 150 aviones caza de última generación que aparecieron en el cielo de la enorme isla poblada por más de 23.5 millones de habitantes. A lo cual el presidente chino Xi Jinping expresó que es urgente, necesaria, la integración de los territorios chinos para que el pueblo de su patria viva feliz. Así ante este contundente aviso, podemos saber que la causalidad se materializará allá, y en cualquier momento podrían invadir Hong Kong y Taiwan.

Joe Biden, por su lado, envió a sus diplomáticos a entablar pláticas y relaciones con el gobierno Talibán, en la ciudad de Doha, desde el pasado 9 de octubre, a lo cual se deduce a simple vista que Washington no desea más conflicto con tales grupos armados, situación que afectará a sus competidores rusos y chinos; ahí ambos bandos diplomáticos deberán definir su postura. Pero ¿es que está muy lejano ese lugar?, ¿en qué podría afectarnos a nosotros? Pues en una inestabilidad en la región, pero además en la muy probable (que no casual) confrontación de intereses entre yanquis y el imperio asiático más poderoso, que ha bajado su economía por cortes de energía y otros factores. Y para arreglar el mundo, al menos el nuestro en México, sigamos apostando a la unidad, aunque ésta sea etérea y frágil por los intereses en juego.

Todo es causalidad, incluido aquello que nos parezca inverosímil dentro del circo electrónico de nuestras vidas, y todos queremos componer el mundo, cuando muchas veces no arreglamos ni nuestra propia cama.