/ lunes 6 de mayo de 2019

Nadie puede estar en contra de la salud; AMLO debe acabar con la corrupción en Salud

La pobre convocatoria del domingo pasado para manifestarse en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, muestra el fracaso de los organizadores y a la vez la sensatez de los mexicanos para no dejarse manipular y los convocantes no tuvieron argumentos suficientes para convencer a una gran masa en la Ciudad de México y menos aún en las capitales de los estados, para concentrarse a gritar vituperios en contra de AMLO.

No será fácil acarrear voces en contra del Presidente, sobre todo cuando se trate de una manifestación en la que haya que “dar la cara”, sin esconderse en las redes sociales o en el panfleto que se desliza anónimamente por debajo de la puerta, porque esas son acciones cobardes. El periodo de gobierno de López Obrador termina el día último de noviembre de 2024, y por más que se manifiesten y griten consignas en su contra, será hasta la conclusión de su mandato cuando elegiremos al sucesor, no antes.

Y a propósito de reclamos al gobierno, no hay que olvidar que el estado mexicano, ha descansado el tema de la salud pública, en el IMSS y en el ISSSTE, la primera institución se ha venido encargando de prestar servicios de salud a los trabajadores asalariados sindicalizados y libres, cuyas cuotas y aportaciones patronales, fueron suficientes para la construcción de Hospitales, su equipamiento tecnológico y capacitación al personal, hasta que la corrupción se apoderó del Instituto y fue quebrado.

Lo mismo sucedió con el ISSSTE, organismo encargado de atender la salud de la burocracia federal, que no resistió los embates de la corrupción a manos de políticos, además de su ignorancia en ese sector, se dedicaron a saquear el fondo “pensionissste” y hoy los trabajadores y derechohabientes, sólo esperan su rescate con la fusión al IMSS, para que sea el gobierno la instancia que subsidie el latrocinio de sus funcionarios y líderes sindicales.

El empobrecimiento de esas nobles instituciones no es más que consecuencia de premiar a políticos corruptos designándolos al frente de los principales organismos de la salud institucional quebrada y depauperada. Plausible resulta el compromiso de AMLO de acudir al rescate de los organismos encargados de la salud. Faltaría por limpiar la mugre de la Secretarias de Salud federal y de los estados, donde hasta con el Seguro Popular acabó la corrupción..

La pobre convocatoria del domingo pasado para manifestarse en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, muestra el fracaso de los organizadores y a la vez la sensatez de los mexicanos para no dejarse manipular y los convocantes no tuvieron argumentos suficientes para convencer a una gran masa en la Ciudad de México y menos aún en las capitales de los estados, para concentrarse a gritar vituperios en contra de AMLO.

No será fácil acarrear voces en contra del Presidente, sobre todo cuando se trate de una manifestación en la que haya que “dar la cara”, sin esconderse en las redes sociales o en el panfleto que se desliza anónimamente por debajo de la puerta, porque esas son acciones cobardes. El periodo de gobierno de López Obrador termina el día último de noviembre de 2024, y por más que se manifiesten y griten consignas en su contra, será hasta la conclusión de su mandato cuando elegiremos al sucesor, no antes.

Y a propósito de reclamos al gobierno, no hay que olvidar que el estado mexicano, ha descansado el tema de la salud pública, en el IMSS y en el ISSSTE, la primera institución se ha venido encargando de prestar servicios de salud a los trabajadores asalariados sindicalizados y libres, cuyas cuotas y aportaciones patronales, fueron suficientes para la construcción de Hospitales, su equipamiento tecnológico y capacitación al personal, hasta que la corrupción se apoderó del Instituto y fue quebrado.

Lo mismo sucedió con el ISSSTE, organismo encargado de atender la salud de la burocracia federal, que no resistió los embates de la corrupción a manos de políticos, además de su ignorancia en ese sector, se dedicaron a saquear el fondo “pensionissste” y hoy los trabajadores y derechohabientes, sólo esperan su rescate con la fusión al IMSS, para que sea el gobierno la instancia que subsidie el latrocinio de sus funcionarios y líderes sindicales.

El empobrecimiento de esas nobles instituciones no es más que consecuencia de premiar a políticos corruptos designándolos al frente de los principales organismos de la salud institucional quebrada y depauperada. Plausible resulta el compromiso de AMLO de acudir al rescate de los organismos encargados de la salud. Faltaría por limpiar la mugre de la Secretarias de Salud federal y de los estados, donde hasta con el Seguro Popular acabó la corrupción..