/ martes 23 de febrero de 2021

Necesitamos un AMLO que critique a este gobierno

El presidente sabe muy bien lo que hace y cómo lo hace, sabe bien lo que quiere, va con paso seguro a su único objetivo: la destrucción del país. Hoy se acerca a los casi 200 mil muertos por la emergencia sanitaria ocasionada por el Covid-19, así como 32 mil víctimas de asesinato, entre homicidios y feminicidios, a causa de la inseguridad.

Y aunque suene repetitivo, seguimos con la enorme falta de medicamentos; más de 70 millones de pobres y ni hablar de la gasolina, que cada vez está más cara; el huachicoleo está más acrecentado, sin olvidar la corrupción e impunidad.

Como si lo anterior no fuera suficiente, la semana pasada los estados del norte y consecutivamente las entidades del centro y parte sur del país, se vieron afectadas por los mega apagones originados por la tormenta invernal en Texas, que afectó los oleoductos, lo que hizo más evidente el desatinado “modelo energético” aplicado por el gobierno federal.

Recordemos que en abril de 2019, Yucatán sufrió apagones que afectaron a más 500 mil usuarios; en noviembre del mismo año, por un incendio en la subestación eléctrica de CFE, en la capital del país, dejó sin luz a más de 30 mil personas, y el 29 de diciembre de 2020, en al menos 15 estados del país se quedaron sin el suministro de energía, con el pretexto de un incendio en un pastizal.

En ese abril de 2019, López Obrador pasó de decir que en el país ya no habría apagones a decir que siempre sí los habría de manera periódica y “temporal”.

En agosto de 2020, el presidente informó que había un excedente de gas que se compró al por mayor y que no se requería, por lo mismo su gobierno analizaría vender ese excedente a Asia.

En estos dos años de gobierno de la 4T, los apagones en diferentes puntos del país han sido una constante, pese a que cada mañana ha salido a “convencernos” que esto ya no pasará.

Hoy ese gobierno de la improvisación ha comprado tres barcos de gas licuado con un precio elevado y, sin duda, comprará más para “resolver” un problema que él mismo ocasionó.

Pero como siempre, el presidente minimiza los problemas, dice que estos apagones causarán poco impacto económico y no afectarán el bienestar de los hogares, sin voltear a ver a las empresas afectadas, tanto en su producción como en las pérdidas económicas que tienen, y en las consecuencias graves para el país que sí afectan a los mexicanos, máxime a los más vulnerables.

Para no extrañar, López Obrador, como siempre, culpa al pasado con el pretexto que en las administraciones anteriores se apostó a comprar gas, porque ahí estaba la corrupción con empresas extranjeras, y pidió buscar un plan (porque no lo hay) para extraer este elemento en el país, justificando así la construcción de la refinería de Dos Bocas.

Además, otra de sus ocurrencias contra los apagones, Obrador lanzó una campaña muy parecida a la de Luis Echeverría, pero con el mensaje "apoya un poco, apaga un foco”, es decir, “ahorren luz porque ya casi no tenemos”.

En la decisión de AMLO al vender las reservas “excedentes” y al cancelar las inversiones de este sector, así como la exploración y extracción del gas en la Cuenca de Burgos, no previó el problema que ocasionaría, sobre todo ante un Pemex que solo produce una tercera parte del gas natural que aquí se consume.

Después de que el gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció la interrupción en el suministro de gas texano a las plantas eléctricas en México, por la helada que afectó a los oleoductos, López Obrador informó que para sustituir el uso de gas natural en la generación de energía eléctrica en el país, Pemex acordó aumentar el abasto de combustóleo y diésel a la CFE.

Ante esta decisión, el pasado viernes la Secretaría de Medio Ambiente de Guanajuato declaró contingencia ambiental en las principales colonias del municipio de Salamanca, por los efectos que causa el combustóleo en la salud y en el medio ambiente.

Pero nada de eso es del interés del presidente, él sigue obstinado con su reforma eléctrica y no quiere reconocer que la producción de electricidad requiere esencialmente gas y fuentes renovables de energía, de lo contrario seguiremos con estos apagones, como lo he repetido en muchas ocasiones, cada día padeceremos del suministro y, sin duda, adquiriremos electricidad con precios o subsidios más elevados.

Desde 2018 que López Obrador ocupó el cargo, no se ha logrado aumentar la producción de petróleo, sino que ha disminuido más del 6 por ciento, y aún considerando a su “magna obra” de Dos Bocas, la cual no producirá gas, porque su principal función es “producir” gasolina, este gobierno no podrá aumentar la producción de gas de manera significativa.

Ante esta situación necesitamos con urgencia un AMLO que critique a este gobierno y sus deficiencias, porque a este paso con una CFE incapaz de atender la demanda de electricidad en el país, recurriremos a la suspensión del suministro de energía de manera aleatoria, es decir, ya no solo haremos tandeos de agua, sino también tandeos de luz.

Senador del PAN por Veracruz

El presidente sabe muy bien lo que hace y cómo lo hace, sabe bien lo que quiere, va con paso seguro a su único objetivo: la destrucción del país. Hoy se acerca a los casi 200 mil muertos por la emergencia sanitaria ocasionada por el Covid-19, así como 32 mil víctimas de asesinato, entre homicidios y feminicidios, a causa de la inseguridad.

Y aunque suene repetitivo, seguimos con la enorme falta de medicamentos; más de 70 millones de pobres y ni hablar de la gasolina, que cada vez está más cara; el huachicoleo está más acrecentado, sin olvidar la corrupción e impunidad.

Como si lo anterior no fuera suficiente, la semana pasada los estados del norte y consecutivamente las entidades del centro y parte sur del país, se vieron afectadas por los mega apagones originados por la tormenta invernal en Texas, que afectó los oleoductos, lo que hizo más evidente el desatinado “modelo energético” aplicado por el gobierno federal.

Recordemos que en abril de 2019, Yucatán sufrió apagones que afectaron a más 500 mil usuarios; en noviembre del mismo año, por un incendio en la subestación eléctrica de CFE, en la capital del país, dejó sin luz a más de 30 mil personas, y el 29 de diciembre de 2020, en al menos 15 estados del país se quedaron sin el suministro de energía, con el pretexto de un incendio en un pastizal.

En ese abril de 2019, López Obrador pasó de decir que en el país ya no habría apagones a decir que siempre sí los habría de manera periódica y “temporal”.

En agosto de 2020, el presidente informó que había un excedente de gas que se compró al por mayor y que no se requería, por lo mismo su gobierno analizaría vender ese excedente a Asia.

En estos dos años de gobierno de la 4T, los apagones en diferentes puntos del país han sido una constante, pese a que cada mañana ha salido a “convencernos” que esto ya no pasará.

Hoy ese gobierno de la improvisación ha comprado tres barcos de gas licuado con un precio elevado y, sin duda, comprará más para “resolver” un problema que él mismo ocasionó.

Pero como siempre, el presidente minimiza los problemas, dice que estos apagones causarán poco impacto económico y no afectarán el bienestar de los hogares, sin voltear a ver a las empresas afectadas, tanto en su producción como en las pérdidas económicas que tienen, y en las consecuencias graves para el país que sí afectan a los mexicanos, máxime a los más vulnerables.

Para no extrañar, López Obrador, como siempre, culpa al pasado con el pretexto que en las administraciones anteriores se apostó a comprar gas, porque ahí estaba la corrupción con empresas extranjeras, y pidió buscar un plan (porque no lo hay) para extraer este elemento en el país, justificando así la construcción de la refinería de Dos Bocas.

Además, otra de sus ocurrencias contra los apagones, Obrador lanzó una campaña muy parecida a la de Luis Echeverría, pero con el mensaje "apoya un poco, apaga un foco”, es decir, “ahorren luz porque ya casi no tenemos”.

En la decisión de AMLO al vender las reservas “excedentes” y al cancelar las inversiones de este sector, así como la exploración y extracción del gas en la Cuenca de Burgos, no previó el problema que ocasionaría, sobre todo ante un Pemex que solo produce una tercera parte del gas natural que aquí se consume.

Después de que el gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció la interrupción en el suministro de gas texano a las plantas eléctricas en México, por la helada que afectó a los oleoductos, López Obrador informó que para sustituir el uso de gas natural en la generación de energía eléctrica en el país, Pemex acordó aumentar el abasto de combustóleo y diésel a la CFE.

Ante esta decisión, el pasado viernes la Secretaría de Medio Ambiente de Guanajuato declaró contingencia ambiental en las principales colonias del municipio de Salamanca, por los efectos que causa el combustóleo en la salud y en el medio ambiente.

Pero nada de eso es del interés del presidente, él sigue obstinado con su reforma eléctrica y no quiere reconocer que la producción de electricidad requiere esencialmente gas y fuentes renovables de energía, de lo contrario seguiremos con estos apagones, como lo he repetido en muchas ocasiones, cada día padeceremos del suministro y, sin duda, adquiriremos electricidad con precios o subsidios más elevados.

Desde 2018 que López Obrador ocupó el cargo, no se ha logrado aumentar la producción de petróleo, sino que ha disminuido más del 6 por ciento, y aún considerando a su “magna obra” de Dos Bocas, la cual no producirá gas, porque su principal función es “producir” gasolina, este gobierno no podrá aumentar la producción de gas de manera significativa.

Ante esta situación necesitamos con urgencia un AMLO que critique a este gobierno y sus deficiencias, porque a este paso con una CFE incapaz de atender la demanda de electricidad en el país, recurriremos a la suspensión del suministro de energía de manera aleatoria, es decir, ya no solo haremos tandeos de agua, sino también tandeos de luz.

Senador del PAN por Veracruz