/ domingo 2 de agosto de 2020

No hay deslinde entre la corrupción y la mentira

La principal promesa del gobierno de la 4T fue acabar con la corrupción; meta del líder y fundador de Morena, que no está cumplida. Durante 18 años de campaña política, sin tregua y sin descanso, la base de todos los discursos de AMLO fue sembrar la esperanza entre los desposeídos y los que menos tienen, para alcanzar al mismo tiempo la impartición de la justicia distributiva, difundida en otro "estribillo" que casi diariamente sale a relucir en las conferencias mañaneras, expresando que "por el bien de todos, primero los pobres".

Acabar con la criminalidad, la impunidad y la ineficacia de los altos funcionarios del gobierno, también fueron promesas de campaña, que sirvieron para convencer a más de 30 millones de votantes que le dieron el triunfo al licenciado López Obrador y que al día de hoy no se han cumplido, aún contabilizando un año y ocho meses, desde la protesta constitucional del cargo conferido por el voto soberano del pueblo.

Se dirá como justificación que los incumplimientos del Plan Nacional de Desarrollo obedecen a la inesperada pandemia del Covid 19, de la que se responsabilizó al subsecretario de Salud, doctor Hugo López Gatell, cuyas mentiras y contradicciones al día de ayer sumaron por coronavirus más de 47 mil muertos y un récord de 9 mil 556 contagios en un solo día.

Hasta la gobernadora consentida del gobierno que preside AMLO, Claudia Sheinbaum Pardo, reconoció las discrepancias originadas por la asignación del semáforo rojo y naranja, cuyas variaciones sólo han dejado más muertes.

El mal ejemplo de no usar cubrebocas y la revocación de la recomendación de quedarse en casa también constituyen errores cuya responsabilidad es del doctor López Gatell, por lo que no se comprende que una persona que miente compulsivamente sea sostenida como "comandante en jefe" de la cruzada contra la pandemia en nuestro país. Alardear como lo hace Gatell, de su conocimiento de la tarea que le asignó el presidente, sólo demuestra que el futuro inmediato de nuestro país está en manos de un mentiroso compulsivo.

Y ahora resulta que se pretende acusar a los gobernadores, de incumplir con la parte que les corresponde en materia de salud pública y combate al Covid 19, por quien ha mentido compulsivamente escudándose en la protección que le brinda su jefe. Si López Gatell conociera la dignidad y estuviera conscciente de su compromiso con la nación, ya habría renunciado, con carácter de irrevocable.

La principal promesa del gobierno de la 4T fue acabar con la corrupción; meta del líder y fundador de Morena, que no está cumplida. Durante 18 años de campaña política, sin tregua y sin descanso, la base de todos los discursos de AMLO fue sembrar la esperanza entre los desposeídos y los que menos tienen, para alcanzar al mismo tiempo la impartición de la justicia distributiva, difundida en otro "estribillo" que casi diariamente sale a relucir en las conferencias mañaneras, expresando que "por el bien de todos, primero los pobres".

Acabar con la criminalidad, la impunidad y la ineficacia de los altos funcionarios del gobierno, también fueron promesas de campaña, que sirvieron para convencer a más de 30 millones de votantes que le dieron el triunfo al licenciado López Obrador y que al día de hoy no se han cumplido, aún contabilizando un año y ocho meses, desde la protesta constitucional del cargo conferido por el voto soberano del pueblo.

Se dirá como justificación que los incumplimientos del Plan Nacional de Desarrollo obedecen a la inesperada pandemia del Covid 19, de la que se responsabilizó al subsecretario de Salud, doctor Hugo López Gatell, cuyas mentiras y contradicciones al día de ayer sumaron por coronavirus más de 47 mil muertos y un récord de 9 mil 556 contagios en un solo día.

Hasta la gobernadora consentida del gobierno que preside AMLO, Claudia Sheinbaum Pardo, reconoció las discrepancias originadas por la asignación del semáforo rojo y naranja, cuyas variaciones sólo han dejado más muertes.

El mal ejemplo de no usar cubrebocas y la revocación de la recomendación de quedarse en casa también constituyen errores cuya responsabilidad es del doctor López Gatell, por lo que no se comprende que una persona que miente compulsivamente sea sostenida como "comandante en jefe" de la cruzada contra la pandemia en nuestro país. Alardear como lo hace Gatell, de su conocimiento de la tarea que le asignó el presidente, sólo demuestra que el futuro inmediato de nuestro país está en manos de un mentiroso compulsivo.

Y ahora resulta que se pretende acusar a los gobernadores, de incumplir con la parte que les corresponde en materia de salud pública y combate al Covid 19, por quien ha mentido compulsivamente escudándose en la protección que le brinda su jefe. Si López Gatell conociera la dignidad y estuviera conscciente de su compromiso con la nación, ya habría renunciado, con carácter de irrevocable.