/ martes 17 de julio de 2018

No pagó al bolero, menos a empresarios

Más de 30 empresarios veracruzanos a los que el gobierno estatal adeuda 5 mil millones de pesos fueron desalojados de Palacio de Gobierno, pero antes, dos de ellos fueron jaloneados y golpeados por sujetos vestidos de civil, en una acción a todas luces cobarde y criminal.

Ahorcados por las deudas que tienen con los bancos, en riesgo de cerrar sus empresas (algunos ya cerraron), enfermos de angustia y depresión, los empresarios se apostaron a un costado de Palacio de Gobierno con la esperanza de que los atendiera el gobernador.

En entrevista con Ciro Gómez Leyva, el líder de la organización Empresarios SOS, Jesús Castañeda Nevárez, dijo: “La verdad es que lo que ocurrió nunca nos lo habríamos imaginado. Todo lo que queríamos era una respuesta y lo que recibimos fueron empujones. Habíamos acudido con ánimo de encontrar la puerta abierta para resolver el problema de pagos, ante una crisis severa de empresarios que han perdido no sólo su patrimonio sino la salud y algunos hasta su vida”.

Estuvieron más de dos horas haciendo antesala en la oficina del gobernador hasta que una secretaria les dijo que los recibiría el secretario de Finanzas. Los empresarios se negaron y contestaron que esperarían hasta que el gobernador los atendiera.

Pero nada, Yunes nunca los recibió.

Por la noche y al “conque de que ya iban a cerrar el edificio”, elementos de la fuerza pública los “invitaron” a salir. Y la invitación no fue negociable; “o se salen o se salen”.

Y como se negaron los sacaron a empujones.

¿Qué sigue ahora? Que los van a traer como pelotas de ping pong; Yunes Linares los mandó a la Secretaría de Finanzas, el titular de esta secretaría los va a traer a las vueltas, los empresarios se desesperarán aún más; volverán a protestar en Palacio de Gobierno, de donde los sacarán nuevamente a empujones para enviarlos otra vez a la Secretaría de Finanzas. Y así hasta que llegue el 30 de noviembre. Los protestantes son empresarios que han sido proveedores del gobierno estatal y ninguna de sus empresas es fantasma. El monto de los adeudos está debidamente facturado y avalado por los productos y servicios que ofrecieron. Es decir, no hay trampa, corrupción o latrocinio. Y sin embargo no les quieren pagar.

Cuando Jesús Castañeda dice que todos sin excepción están hasta el cuello de deudas, que muchas empresas quebraron (dejando sin su fuente de empleo a decenas de trabajadores) y que debido a esto varios de sus compañeros tienen problemas graves de salud, no está mintiendo.

Pero eso le importa pura corneta a Yunes Linares, que ya no anda en campaña y cuyo hijo no será quien lo suceda en el cargo.

¿Pagará el señor este adeudo que es del gobierno estatal?

Aunque deseo equivocarme, estoy seguro que no.

Dinero para pagarles sí hay; lo que no tiene el gobernador es la voluntad de hacerlo. Como tampoco la tuvo este martes para pagarle a un bolero del parque Juárez los 25 pesos que costó que le asearan el calzado.

“Te los mando después” le dijo el gobernador y se fue.

Mucho es lo que deberán presionar los empresarios para que les paguen, como mucho cuidado deberá tener el aseador de calzado. Es sabido que uno de sus colegas que lustraba los zapatos de Javier Duarte, se quedó esperando el importe de quince boleadas que el gordo le quedó a deber y nunca le pagó.

bernardogup@hotmail.com


Más de 30 empresarios veracruzanos a los que el gobierno estatal adeuda 5 mil millones de pesos fueron desalojados de Palacio de Gobierno, pero antes, dos de ellos fueron jaloneados y golpeados por sujetos vestidos de civil, en una acción a todas luces cobarde y criminal.

Ahorcados por las deudas que tienen con los bancos, en riesgo de cerrar sus empresas (algunos ya cerraron), enfermos de angustia y depresión, los empresarios se apostaron a un costado de Palacio de Gobierno con la esperanza de que los atendiera el gobernador.

En entrevista con Ciro Gómez Leyva, el líder de la organización Empresarios SOS, Jesús Castañeda Nevárez, dijo: “La verdad es que lo que ocurrió nunca nos lo habríamos imaginado. Todo lo que queríamos era una respuesta y lo que recibimos fueron empujones. Habíamos acudido con ánimo de encontrar la puerta abierta para resolver el problema de pagos, ante una crisis severa de empresarios que han perdido no sólo su patrimonio sino la salud y algunos hasta su vida”.

Estuvieron más de dos horas haciendo antesala en la oficina del gobernador hasta que una secretaria les dijo que los recibiría el secretario de Finanzas. Los empresarios se negaron y contestaron que esperarían hasta que el gobernador los atendiera.

Pero nada, Yunes nunca los recibió.

Por la noche y al “conque de que ya iban a cerrar el edificio”, elementos de la fuerza pública los “invitaron” a salir. Y la invitación no fue negociable; “o se salen o se salen”.

Y como se negaron los sacaron a empujones.

¿Qué sigue ahora? Que los van a traer como pelotas de ping pong; Yunes Linares los mandó a la Secretaría de Finanzas, el titular de esta secretaría los va a traer a las vueltas, los empresarios se desesperarán aún más; volverán a protestar en Palacio de Gobierno, de donde los sacarán nuevamente a empujones para enviarlos otra vez a la Secretaría de Finanzas. Y así hasta que llegue el 30 de noviembre. Los protestantes son empresarios que han sido proveedores del gobierno estatal y ninguna de sus empresas es fantasma. El monto de los adeudos está debidamente facturado y avalado por los productos y servicios que ofrecieron. Es decir, no hay trampa, corrupción o latrocinio. Y sin embargo no les quieren pagar.

Cuando Jesús Castañeda dice que todos sin excepción están hasta el cuello de deudas, que muchas empresas quebraron (dejando sin su fuente de empleo a decenas de trabajadores) y que debido a esto varios de sus compañeros tienen problemas graves de salud, no está mintiendo.

Pero eso le importa pura corneta a Yunes Linares, que ya no anda en campaña y cuyo hijo no será quien lo suceda en el cargo.

¿Pagará el señor este adeudo que es del gobierno estatal?

Aunque deseo equivocarme, estoy seguro que no.

Dinero para pagarles sí hay; lo que no tiene el gobernador es la voluntad de hacerlo. Como tampoco la tuvo este martes para pagarle a un bolero del parque Juárez los 25 pesos que costó que le asearan el calzado.

“Te los mando después” le dijo el gobernador y se fue.

Mucho es lo que deberán presionar los empresarios para que les paguen, como mucho cuidado deberá tener el aseador de calzado. Es sabido que uno de sus colegas que lustraba los zapatos de Javier Duarte, se quedó esperando el importe de quince boleadas que el gordo le quedó a deber y nunca le pagó.

bernardogup@hotmail.com