/ martes 2 de julio de 2019

Observaciones

Observaciones

El hecho de gobernar a un país no se circunscribe a dar la cara y ser mera figura de ornato. Si repasamos la historia, caeremos en cuenta que aquellos que así lo hicieron fueron decapitados por la historia pública y la memoria social de México.

Hoy se exigen resultados en fast track (rápido), y a vía de ejemplo está Pemex, que en seis años de la pasada administración, lejos de avanzar retrocedió; décadas en el olvido se le mantuvo a Pemex, parchando instalaciones viejas y obsoletas, cerrando otros complejos petroquímicos, mermando con ello la soberanía energética del país.

No se trata de vender la nación al mejor postor, hay que rescatarla y promoverla (al menos) para lograr la autosuficiencia en gasolinas y gas doméstico, de lo contrario seguiremos siendo un país bananero, que exporta plátanos y lo devuelven en batidos encarecidos en forma de producto refinado.

El presidente López Obrador, pese a sus detractores, está haciendo lo correcto dentro de lo posible. Lo que no se puede es exigirle resultados contundentes en tan pocos meses, pues para tirar el dinero basta el recuerdo de la famosa "Estela de Luz" en el periodo calderonista, una obra suntuaria sin beneficio alguno para la comunidad.

Incluso, los factores externos se han modificado a grado tal que ahora es el tiempo del mayor replanteamiento histórico en la relación trilateral Canadá-EU-México. El haber llegado a acuerdos sustanciales con el presidente Trump es un paso digno de elogio. Trump en realidad no es el problema, sino la representación de un reclamo anecdótico, al haber abandonado a Centro y Sudamérica. El desarrollo no es lo mismo que el crecimiento. Se puede crecer, pero ¿con qué sentido y finalidad? En cambio, el desarrollo es planificador y previsor de circunstancias futuras y actuales.

AMLO recupera el sentir de millones de mexicanos, enfrentando circunstancias muy diferentes en la actualidad. Se verán resultados más amplios en 2020 y 2021. Él lo afirmó: “No se puede ser candil de la calle y oscuridad de la casa”.

Seguridad, economía, empleos, son objetivos impostergables para no retroceder en el actuar y permanecer vigentes. Debe prevalecer más la justicia social que las tretas legaloides que dañan al patrimonio nacional, en contratos malversados, como el de la petrolera Repsol, que incumplió pero el dinero se llevó.

Observaciones

El hecho de gobernar a un país no se circunscribe a dar la cara y ser mera figura de ornato. Si repasamos la historia, caeremos en cuenta que aquellos que así lo hicieron fueron decapitados por la historia pública y la memoria social de México.

Hoy se exigen resultados en fast track (rápido), y a vía de ejemplo está Pemex, que en seis años de la pasada administración, lejos de avanzar retrocedió; décadas en el olvido se le mantuvo a Pemex, parchando instalaciones viejas y obsoletas, cerrando otros complejos petroquímicos, mermando con ello la soberanía energética del país.

No se trata de vender la nación al mejor postor, hay que rescatarla y promoverla (al menos) para lograr la autosuficiencia en gasolinas y gas doméstico, de lo contrario seguiremos siendo un país bananero, que exporta plátanos y lo devuelven en batidos encarecidos en forma de producto refinado.

El presidente López Obrador, pese a sus detractores, está haciendo lo correcto dentro de lo posible. Lo que no se puede es exigirle resultados contundentes en tan pocos meses, pues para tirar el dinero basta el recuerdo de la famosa "Estela de Luz" en el periodo calderonista, una obra suntuaria sin beneficio alguno para la comunidad.

Incluso, los factores externos se han modificado a grado tal que ahora es el tiempo del mayor replanteamiento histórico en la relación trilateral Canadá-EU-México. El haber llegado a acuerdos sustanciales con el presidente Trump es un paso digno de elogio. Trump en realidad no es el problema, sino la representación de un reclamo anecdótico, al haber abandonado a Centro y Sudamérica. El desarrollo no es lo mismo que el crecimiento. Se puede crecer, pero ¿con qué sentido y finalidad? En cambio, el desarrollo es planificador y previsor de circunstancias futuras y actuales.

AMLO recupera el sentir de millones de mexicanos, enfrentando circunstancias muy diferentes en la actualidad. Se verán resultados más amplios en 2020 y 2021. Él lo afirmó: “No se puede ser candil de la calle y oscuridad de la casa”.

Seguridad, economía, empleos, son objetivos impostergables para no retroceder en el actuar y permanecer vigentes. Debe prevalecer más la justicia social que las tretas legaloides que dañan al patrimonio nacional, en contratos malversados, como el de la petrolera Repsol, que incumplió pero el dinero se llevó.