/ domingo 19 de enero de 2020

Otra compra “en lo oscurito”

Adquirir vehículos para la movilidad y operatividad de un gobierno es una necesidad básica, éstos son herramientas o equipos que facilitan el trabajo que desarrollan las distintas dependencias oficiales.

Lo indebido sería carecer de ellos, pues se apostaría a la paralización de actividades. Eso ha faltado explicar a quienes tienen la obligación de hacerlo ante la opinión pública, como el caso de la compra reciente que hizo el Gobierno del Estado de Veracruz de 146 camionetas para nueve secretarías, a lo cual destinó alrededor de 100 millones de pesos, lo que generó un alud de críticas, sobre todo debido al precio de cada unidad superior a los 600 mil pesos, con el cuestionamiento a un gobierno que juró a los ciudadanos que, ahora sí, habría honestidad y austeridad.

Debe otorgársele el beneficio de la duda. El problema de todo es la opacidad, no se sabe qué tipo de automotores son, por no haberse transparentado esa compra ni haberla difundido; al hacerlo en lo “oscurito”, como tratando de ocultarlo y que nadie se enterara, es lo que despierta sospecha.

Un asunto de percepción, sin duda, que se resuelve de manera sencilla: si no tiene el gobierno estatal nada qué ocultar, debe informarse con detalle de esta adquisición, de lo cual vagamente solamente se sabe por boca del gobernador Cuitláhuac García Jiménez que son 30 unidades para la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), 25 para la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), siete para la Secretaría de Gobierno (Segob), tres para la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) y una más para la Oficina del Programa de Gobierno, faltando saber el destino de 80 restantes. Lo prudente es informarlo.

El costo de más de 600 mil pesos cada una puede dar idea de que se trata de unidades grandes, por ejemplo, una Ford Lobo básica doble cabina, cuyo precio alcanza los 700 mil pesos en el mercado, o tipo Suburban, aunque éstas propiamente tendrían que estar destinadas para los funcionarios de las mismas, incluyendo a los titulares, no para transportar al personal operativo. Otra parte que pudiera ser motivo de críticas es si la adquisición se hizo a un menor precio, considerando el volumen de compra, la empresa donde se adquirieron, si son del estado de Veracruz o de alguna otra parte de la República, como ocurrió con las 160 patrullas para la SSP, y, si se tiene dinero disponible para comprar nuevos vehículos por 100 millones de pesos, entonces ya debieron haberse pagado los 10 millones que se adeuda a las agencias de autos del estado de Veracruz.

Pronto se observará cómo este tema escalará mediáticamente a nivel nacional si no hay un inmediato control de daños, aunque lo más probable es que no se informe con puntualidad de este nuevo caso, lo que seguirá poniendo más lastre al barco en el que navega sin rumbo claro la 4T en Veracruz.

CERRO DE SANTA CATARINA, LUGAR MÁGICO

En días pasados asistí al funeral de don Serafín Alvarez Cruz, padre de mi querido amigo Ignacio Álvarez Calzada, en Río Blanco, a quien nuevamente abrazo con afecto. Era un hombre bondadoso, querido y respetado por su familia. La casa paterna se localiza en las faldas del cerro de Santa Catarina, que forma parte de la sierra Madre Oriental. Es un lugar mágico, de buen clima y gente amable que aún se dedica a la producción de alimentos para autoconsumo, incluido el café. Hay también actividad ganadera y silvícola, aunque el desarrollo urbano va ganando terreno.

Es un remanso del bullicio citadino, aunque hay también belleza en lo urbano y vale reconocerlo en Orizaba, ciudad que el alcalde Igor Rojí López mantiene en orden, limpieza, infraestructura y servicios. Una ciudad de muchos encantos a la que acaba de arribar un Boing 727 donado por la Sedena para exhibición turística y museo interactivo. Enhorabuena.

Adquirir vehículos para la movilidad y operatividad de un gobierno es una necesidad básica, éstos son herramientas o equipos que facilitan el trabajo que desarrollan las distintas dependencias oficiales.

Lo indebido sería carecer de ellos, pues se apostaría a la paralización de actividades. Eso ha faltado explicar a quienes tienen la obligación de hacerlo ante la opinión pública, como el caso de la compra reciente que hizo el Gobierno del Estado de Veracruz de 146 camionetas para nueve secretarías, a lo cual destinó alrededor de 100 millones de pesos, lo que generó un alud de críticas, sobre todo debido al precio de cada unidad superior a los 600 mil pesos, con el cuestionamiento a un gobierno que juró a los ciudadanos que, ahora sí, habría honestidad y austeridad.

Debe otorgársele el beneficio de la duda. El problema de todo es la opacidad, no se sabe qué tipo de automotores son, por no haberse transparentado esa compra ni haberla difundido; al hacerlo en lo “oscurito”, como tratando de ocultarlo y que nadie se enterara, es lo que despierta sospecha.

Un asunto de percepción, sin duda, que se resuelve de manera sencilla: si no tiene el gobierno estatal nada qué ocultar, debe informarse con detalle de esta adquisición, de lo cual vagamente solamente se sabe por boca del gobernador Cuitláhuac García Jiménez que son 30 unidades para la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), 25 para la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), siete para la Secretaría de Gobierno (Segob), tres para la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) y una más para la Oficina del Programa de Gobierno, faltando saber el destino de 80 restantes. Lo prudente es informarlo.

El costo de más de 600 mil pesos cada una puede dar idea de que se trata de unidades grandes, por ejemplo, una Ford Lobo básica doble cabina, cuyo precio alcanza los 700 mil pesos en el mercado, o tipo Suburban, aunque éstas propiamente tendrían que estar destinadas para los funcionarios de las mismas, incluyendo a los titulares, no para transportar al personal operativo. Otra parte que pudiera ser motivo de críticas es si la adquisición se hizo a un menor precio, considerando el volumen de compra, la empresa donde se adquirieron, si son del estado de Veracruz o de alguna otra parte de la República, como ocurrió con las 160 patrullas para la SSP, y, si se tiene dinero disponible para comprar nuevos vehículos por 100 millones de pesos, entonces ya debieron haberse pagado los 10 millones que se adeuda a las agencias de autos del estado de Veracruz.

Pronto se observará cómo este tema escalará mediáticamente a nivel nacional si no hay un inmediato control de daños, aunque lo más probable es que no se informe con puntualidad de este nuevo caso, lo que seguirá poniendo más lastre al barco en el que navega sin rumbo claro la 4T en Veracruz.

CERRO DE SANTA CATARINA, LUGAR MÁGICO

En días pasados asistí al funeral de don Serafín Alvarez Cruz, padre de mi querido amigo Ignacio Álvarez Calzada, en Río Blanco, a quien nuevamente abrazo con afecto. Era un hombre bondadoso, querido y respetado por su familia. La casa paterna se localiza en las faldas del cerro de Santa Catarina, que forma parte de la sierra Madre Oriental. Es un lugar mágico, de buen clima y gente amable que aún se dedica a la producción de alimentos para autoconsumo, incluido el café. Hay también actividad ganadera y silvícola, aunque el desarrollo urbano va ganando terreno.

Es un remanso del bullicio citadino, aunque hay también belleza en lo urbano y vale reconocerlo en Orizaba, ciudad que el alcalde Igor Rojí López mantiene en orden, limpieza, infraestructura y servicios. Una ciudad de muchos encantos a la que acaba de arribar un Boing 727 donado por la Sedena para exhibición turística y museo interactivo. Enhorabuena.