/ viernes 30 de julio de 2021

Otra vez el regreso a clases

Se ha dicho que “vamos a reiniciar las clases, el nuevo ciclo escolar a finales de agosto, llueve truene o relampaguee, no vamos a mantener cerradas las escuelas, ya fue bastante”. Ante la indicación del presidente López Obrador, la mayoría de los gobernadores de los estados se han pronunciado sobre el regreso a clases presenciales el próximo 30 de agosto.

No todos están de acuerdo con que sea tiempo de volver a las aulas, ya que México vive la tercera ola de Covid-19 y han incrementado los contagios, a pesar de que miles de personas han sido inmunizadas contra este virus.

Los maestros, niños, niñas, jóvenes y padres de familia habrán de sortear el regreso a clases en agosto, porque así la autoridad educativa lo determinó. Claudia Santizo, de la Universidad Metropolitana, comenta: "Las decisiones de política siguen ciertas reglas para tratar problemas con tantas aristas y alta incertidumbre. En un sentido peyorativo las reglas se convierten en recetas, pero consideremos que las reglas permiten sintetizar e identificar los elementos que se consideran en las decisiones de gobierno y muestran la perspectiva de las autoridades educativas. Ello no significa que las decisiones sean pertinentes".

Además de las medidas sanitarias que hasta el momento no se han resuelto en su totalidad, exclusión, los problemas de infraestructura educativa, la precariedad social y económica en que vive un número considerable de familias, el "regreso a clases requiere comunicación efectiva, planeación y presupuesto para mantener las medidas sanitarias, lo que resalta debido a la situación de escasez que de por sí tiene el sistema educativo". A lo anterior debemos sumar el problema de los aprendizajes que ha ocasionado entre otros deserción escolar, rezago educativo.

Eso que no se atendió y debió considerarse por la SEP, como lo proponen las investigaciones del libro La Reforma Educativa a revisión: apuntes y reflexiones para la elaboración de una agenda educativa 2018-2024, no es tan sencillo. "Regresar a clases presenciales con los recursos y métodos previos a la pandemia no resuelve el problema de la pérdida de aprendizajes y coloca a todos en situación de riesgo por los efectos inciertos para la vida futura de adultos y estudiantes. Incluso, en una situación con vacunación universal el regreso a clases no resuelve el problema de los aprendizajes. Para salir de esta trampa se necesitan soluciones novedosas, pensar fuera de la caja. Para ello se requiere un proceso de diálogo y análisis en donde participen los figuras educativas que se encuentran al frente de grupos escolares y de las escuelas".

Luis Medina Gual, coordinador del Doctorado Interinstitucional en Educación de la Ibero, advierte que, hasta el momento, no hay información clara sobre los aprendizajes adquiridos o perdidos durante la pandemia. Sin embargo, propone voltear a ver aquellos aprendizajes que se obtuvieron bajo este contexto y que no se habrían podido adquirir dentro de las escuelas.

Las autoridades, informa el profesor Alonso Ruiz, "han señalado que estas actividades de recuperación se harán en paralelo con el desarrollo del contenido propio del nuevo curso y, de nuevo, cuestiona si será posible, en todos los casos y de la misma manera", ese llamado “empate” de las dos actividades". Como se observa no se consideró la capacitación a los docentes en estrategias específicas para abatir el rezago y los tiempos para que los niños y niñas recuperen los conocimientos que debieran tener y, también, para que aprendan lo que corresponde en el grado en que cursan.

Gil Antón recoge un último comentario de Alonso Ruiz: “Pese a los esfuerzos notables de muchos estudiantes, padres de familia y maestros por mantener vivo el aprendizaje, no se puede negar que en muchos contextos de nuestro país la escuela sufrió un golpe duro del cual le costará levantarse, con paciencia y capacidad profesional, en un plazo que va más allá del 23 de noviembre, fecha que el calendario del próximo ciclo escolar marca como el fin del periodo de recuperación”.

Ante esta situación por demás surrealista, señala Eduardo Gurría B., fueron los maestros los que tuvieron que bailar con la más fea; a ellos correspondió cargar con el peso de la educación so pena de perder sus trabajos, en cuanto a recursos, tecnología, capacitación, tiempo invertido, generación de situaciones de estrés, gastos y hasta la decoración de aulas improvisadas, además de la creación de ambientes propicios para la enseñanza en línea.

“Ahora lo idóneo será pensar en nuevas estrategias para solucionar los problemas de desigualdad y exclusión de nuestro sistema educativo", como lo manifestaron en su momento Samana Vergara-Lope Tristán y Felipe J. Hevia de la Jara, cuando abordaron el Nuevo Modelo Educativo. "Creemos que ha llegado el momento de que los demás actores intervengan en la solución, y que cualquier estrategia que no llame a la participación a los padres y madres de familia, la comunidad, las organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos en general no puede tener éxito en el contexto mexicano".

Se ha dicho que “vamos a reiniciar las clases, el nuevo ciclo escolar a finales de agosto, llueve truene o relampaguee, no vamos a mantener cerradas las escuelas, ya fue bastante”. Ante la indicación del presidente López Obrador, la mayoría de los gobernadores de los estados se han pronunciado sobre el regreso a clases presenciales el próximo 30 de agosto.

No todos están de acuerdo con que sea tiempo de volver a las aulas, ya que México vive la tercera ola de Covid-19 y han incrementado los contagios, a pesar de que miles de personas han sido inmunizadas contra este virus.

Los maestros, niños, niñas, jóvenes y padres de familia habrán de sortear el regreso a clases en agosto, porque así la autoridad educativa lo determinó. Claudia Santizo, de la Universidad Metropolitana, comenta: "Las decisiones de política siguen ciertas reglas para tratar problemas con tantas aristas y alta incertidumbre. En un sentido peyorativo las reglas se convierten en recetas, pero consideremos que las reglas permiten sintetizar e identificar los elementos que se consideran en las decisiones de gobierno y muestran la perspectiva de las autoridades educativas. Ello no significa que las decisiones sean pertinentes".

Además de las medidas sanitarias que hasta el momento no se han resuelto en su totalidad, exclusión, los problemas de infraestructura educativa, la precariedad social y económica en que vive un número considerable de familias, el "regreso a clases requiere comunicación efectiva, planeación y presupuesto para mantener las medidas sanitarias, lo que resalta debido a la situación de escasez que de por sí tiene el sistema educativo". A lo anterior debemos sumar el problema de los aprendizajes que ha ocasionado entre otros deserción escolar, rezago educativo.

Eso que no se atendió y debió considerarse por la SEP, como lo proponen las investigaciones del libro La Reforma Educativa a revisión: apuntes y reflexiones para la elaboración de una agenda educativa 2018-2024, no es tan sencillo. "Regresar a clases presenciales con los recursos y métodos previos a la pandemia no resuelve el problema de la pérdida de aprendizajes y coloca a todos en situación de riesgo por los efectos inciertos para la vida futura de adultos y estudiantes. Incluso, en una situación con vacunación universal el regreso a clases no resuelve el problema de los aprendizajes. Para salir de esta trampa se necesitan soluciones novedosas, pensar fuera de la caja. Para ello se requiere un proceso de diálogo y análisis en donde participen los figuras educativas que se encuentran al frente de grupos escolares y de las escuelas".

Luis Medina Gual, coordinador del Doctorado Interinstitucional en Educación de la Ibero, advierte que, hasta el momento, no hay información clara sobre los aprendizajes adquiridos o perdidos durante la pandemia. Sin embargo, propone voltear a ver aquellos aprendizajes que se obtuvieron bajo este contexto y que no se habrían podido adquirir dentro de las escuelas.

Las autoridades, informa el profesor Alonso Ruiz, "han señalado que estas actividades de recuperación se harán en paralelo con el desarrollo del contenido propio del nuevo curso y, de nuevo, cuestiona si será posible, en todos los casos y de la misma manera", ese llamado “empate” de las dos actividades". Como se observa no se consideró la capacitación a los docentes en estrategias específicas para abatir el rezago y los tiempos para que los niños y niñas recuperen los conocimientos que debieran tener y, también, para que aprendan lo que corresponde en el grado en que cursan.

Gil Antón recoge un último comentario de Alonso Ruiz: “Pese a los esfuerzos notables de muchos estudiantes, padres de familia y maestros por mantener vivo el aprendizaje, no se puede negar que en muchos contextos de nuestro país la escuela sufrió un golpe duro del cual le costará levantarse, con paciencia y capacidad profesional, en un plazo que va más allá del 23 de noviembre, fecha que el calendario del próximo ciclo escolar marca como el fin del periodo de recuperación”.

Ante esta situación por demás surrealista, señala Eduardo Gurría B., fueron los maestros los que tuvieron que bailar con la más fea; a ellos correspondió cargar con el peso de la educación so pena de perder sus trabajos, en cuanto a recursos, tecnología, capacitación, tiempo invertido, generación de situaciones de estrés, gastos y hasta la decoración de aulas improvisadas, además de la creación de ambientes propicios para la enseñanza en línea.

“Ahora lo idóneo será pensar en nuevas estrategias para solucionar los problemas de desigualdad y exclusión de nuestro sistema educativo", como lo manifestaron en su momento Samana Vergara-Lope Tristán y Felipe J. Hevia de la Jara, cuando abordaron el Nuevo Modelo Educativo. "Creemos que ha llegado el momento de que los demás actores intervengan en la solución, y que cualquier estrategia que no llame a la participación a los padres y madres de familia, la comunidad, las organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos en general no puede tener éxito en el contexto mexicano".