/ lunes 16 de julio de 2018

Para ser un gran presidente hay que cumplir “Nadie por encima de la ley”

Adolfo Hitler, Benito Mussolini e Hideky Tojo fueron aliados durante la Segunda Guerra Mundial, concluída para fortuna de la humanidad a finales de 1945, inmediatamente después de que EU hizo estallar en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki sendas bombas atómicas; las grandes potencias se agruparon en dos grandes alianzas, confrontadas entre sí; identificándose por una parte las Potencias del Eje y por la otra a los Aliados de la Segunda Guerra Mundial. Registra la historia una participación de más de 100 millones de militares en estado de guerra total con un resultado final de entre 50 y 70 millones de víctimas civiles y militares.

En 1930 la depresión económica convirtió a Alemania en un país deprimente, con millones de desempleados, muchos de ellos humillados quince años atrás, cuando durante la Primera Guerra Mundial sufrieron toda clase de vejaciones, atropellos y crímenes sin castigo. No podían ser mejores las condiciones para la aparición de un líder carismático como Adolfo Hitler, orador y cautivador de los miles de alemanes desesperados por un cambio, a quienes prometió solucionar la totalidad de sus problemas, ofreciéndoles empleo y una mejor calidad de vida.

El partido NAZI encontró el caldo de cultivo en los alemanes que creyeron firmemente que Adolfo Hitler sería el salvador de la nación alemana; y sin saber los sufrimientos que el régimen NAZI les causaría con el temor implantado en un estado policial, vigilado y ultrajado por los integrantes del Servicio Secreto (SS), más la censura, el racismo , el asesinato de los discapacitados, la muerte y desaparición de personas, las violaciones y apareamientos bajo control militar, para mejorar la raza y hacer prevalecer en todo el mundo la raza aria.

Quien no conoce la historia está condenado a repetirla. Las actitudes autoritarias, provocativas y amenazantes de Donald Trump en contra de las grandes potencias de Europa y Asia, son un símil del fascismo que condujo al totalitarismo a Hitler, Mussolini y Tojo. Y los que saben de política y de historia consideran que un régimen “populista” es la antesala de un régimen “fascista” y que la responsabilidad para impedir la reencarnación de Hitler en Trump o en cualquier otro líder populista, es exclusiva de los gobernados y de los pesos y contrapesos a su alcance.


Adolfo Hitler, Benito Mussolini e Hideky Tojo fueron aliados durante la Segunda Guerra Mundial, concluída para fortuna de la humanidad a finales de 1945, inmediatamente después de que EU hizo estallar en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki sendas bombas atómicas; las grandes potencias se agruparon en dos grandes alianzas, confrontadas entre sí; identificándose por una parte las Potencias del Eje y por la otra a los Aliados de la Segunda Guerra Mundial. Registra la historia una participación de más de 100 millones de militares en estado de guerra total con un resultado final de entre 50 y 70 millones de víctimas civiles y militares.

En 1930 la depresión económica convirtió a Alemania en un país deprimente, con millones de desempleados, muchos de ellos humillados quince años atrás, cuando durante la Primera Guerra Mundial sufrieron toda clase de vejaciones, atropellos y crímenes sin castigo. No podían ser mejores las condiciones para la aparición de un líder carismático como Adolfo Hitler, orador y cautivador de los miles de alemanes desesperados por un cambio, a quienes prometió solucionar la totalidad de sus problemas, ofreciéndoles empleo y una mejor calidad de vida.

El partido NAZI encontró el caldo de cultivo en los alemanes que creyeron firmemente que Adolfo Hitler sería el salvador de la nación alemana; y sin saber los sufrimientos que el régimen NAZI les causaría con el temor implantado en un estado policial, vigilado y ultrajado por los integrantes del Servicio Secreto (SS), más la censura, el racismo , el asesinato de los discapacitados, la muerte y desaparición de personas, las violaciones y apareamientos bajo control militar, para mejorar la raza y hacer prevalecer en todo el mundo la raza aria.

Quien no conoce la historia está condenado a repetirla. Las actitudes autoritarias, provocativas y amenazantes de Donald Trump en contra de las grandes potencias de Europa y Asia, son un símil del fascismo que condujo al totalitarismo a Hitler, Mussolini y Tojo. Y los que saben de política y de historia consideran que un régimen “populista” es la antesala de un régimen “fascista” y que la responsabilidad para impedir la reencarnación de Hitler en Trump o en cualquier otro líder populista, es exclusiva de los gobernados y de los pesos y contrapesos a su alcance.