/ viernes 4 de noviembre de 2016

Patricio Redondo y la escuela Freinet en México

A mediados del año 1940, después de viajar en barco varios meses, arribó al puerto de Coatzacoalcos. Rumbo a la ciudad de México llegó a una pintoresca población del interior de Veracruz llamada San Andrés Tuxtla, donde decidió quedarse a vivir. Desde los primeros días de su estancia empezó a dar clases debajo de un árbol grande y frondoso que se encontraba enfrente de la pequeña casa donde habitaba.

Invitó a niños de escasos recursos, preferentemente indígenas, para incorporarlos por las mañanas a estudiar en la escuela al aire libre y por las tardes enseñaba a leer y escribir a los adultos gratuitamente.

Este educador español republicano, exiliado por la dictadura franquista, se llamó Patricio Redondo. Fue el iniciador de la escuela experimental Freinet en México, quien continuó la obra que había comenzado en España, bajo la sabia guía del pedagogo francés Celestin Freinet.

Redondo es reconocido entre la comunidad educativa porque en sus clases incorporó con magistral sabiduría las técnicas de Celestin Freinet tales como el uso de la imprenta por los estudiantes, pues sabía que esta herramienta en manos de los niños significaba el uso de las nuevas tecnologías para el desarrollo personal y de la comunidad; la práctica de los textos libres y espontáneos con la finalidad de que sus alumnos expresaran sus sueños e ideales sin coartar su libertad de expresión; la correspondencia y el intercambio interescolar como una forma de solidarizarse y comunicarse con otros compañeros iguales a ellos; la asamblea como la mejor manera de organización social para tomar decisiones de manera horizontal; la conferencia y el diario de clase, técnicas pedagógicas útiles para el autoaprendizaje.

Pronto el pedagogo Redondo fue invitado a dar clases de español y literatura en la escuela secundaria por cooperación en la misma localidad donde vivía. Con el pago recibido alquiló una habitación céntrica, compró mobiliario escolar y se trasladó a ese lugar con sus alumnos, con el afán de que aprendieran mejor.

Debido a que la comunidad aceptó ampliamente el modelo pedagógico Freinet, Redondo solicitó a la Secretaría de Educación Pública la incorporación de su escuela al sistema educativo nacional, la cual fue autorizada y reconocida por las autoridades educativas en turno. Así, poco a poco la labor social realizada por este profesor se fue ampliando y reconociendo en todo el país.

Después de siete años de haber iniciado su escuela, entabló comunicación directa con su maestro Freinet e intercambiaron correspondencia que duró varios años y sus alumnos sostuvieron comunicación por correspondencia con otras escuelas dentro y fuera del país.

Fue creciendo la fama de la escuela de Patricio Redondo a tal grado que el sabio veracruzano Gonzalo Aguirre Beltrán, en aquel entonces funcionario del Instituto Nacional Indigenista, lo invitó a capacitar en un Centro Indigenista Chiapaneco a promotores y niños sobre la técnica Freinet, con buenos resultados. También maestros y alumnos de la normal veracruzana, así como de varias partes del país, se interesaron y fueron a San Andrés Tuxtla a conocer directamente del maestro su pedagogía.

El maestro Redondo, a la edad de 75 años, en 1960, estudió en la Facultad de Pedagogía en Xalapa, Veracruz, para obtener el grado de licenciado en Pedagogía, presentando su tesis profesional titulada “Técnica Freinet”.

Murió a la edad de 82 años, lejos de la patria que lo vio nacer. Descansa en paz en el panteón de San Andrés Tuxtla. Nos comentan estimado lector, que en su sepulcro hay una lápida creada por su amigo el escultor veracruzano Alberto Beltrán, en donde se representa al distinguido educador Patricio Redondo dando clases a unos niños bajo un árbol grande y frondoso.

Él vive en la memoria de aquellas personas y forma parte de los educadores que desde Veracruz han dado prestigio y renombre a la educación mexicana.

carlos_jorge27@hotmail.com

A mediados del año 1940, después de viajar en barco varios meses, arribó al puerto de Coatzacoalcos. Rumbo a la ciudad de México llegó a una pintoresca población del interior de Veracruz llamada San Andrés Tuxtla, donde decidió quedarse a vivir. Desde los primeros días de su estancia empezó a dar clases debajo de un árbol grande y frondoso que se encontraba enfrente de la pequeña casa donde habitaba.

Invitó a niños de escasos recursos, preferentemente indígenas, para incorporarlos por las mañanas a estudiar en la escuela al aire libre y por las tardes enseñaba a leer y escribir a los adultos gratuitamente.

Este educador español republicano, exiliado por la dictadura franquista, se llamó Patricio Redondo. Fue el iniciador de la escuela experimental Freinet en México, quien continuó la obra que había comenzado en España, bajo la sabia guía del pedagogo francés Celestin Freinet.

Redondo es reconocido entre la comunidad educativa porque en sus clases incorporó con magistral sabiduría las técnicas de Celestin Freinet tales como el uso de la imprenta por los estudiantes, pues sabía que esta herramienta en manos de los niños significaba el uso de las nuevas tecnologías para el desarrollo personal y de la comunidad; la práctica de los textos libres y espontáneos con la finalidad de que sus alumnos expresaran sus sueños e ideales sin coartar su libertad de expresión; la correspondencia y el intercambio interescolar como una forma de solidarizarse y comunicarse con otros compañeros iguales a ellos; la asamblea como la mejor manera de organización social para tomar decisiones de manera horizontal; la conferencia y el diario de clase, técnicas pedagógicas útiles para el autoaprendizaje.

Pronto el pedagogo Redondo fue invitado a dar clases de español y literatura en la escuela secundaria por cooperación en la misma localidad donde vivía. Con el pago recibido alquiló una habitación céntrica, compró mobiliario escolar y se trasladó a ese lugar con sus alumnos, con el afán de que aprendieran mejor.

Debido a que la comunidad aceptó ampliamente el modelo pedagógico Freinet, Redondo solicitó a la Secretaría de Educación Pública la incorporación de su escuela al sistema educativo nacional, la cual fue autorizada y reconocida por las autoridades educativas en turno. Así, poco a poco la labor social realizada por este profesor se fue ampliando y reconociendo en todo el país.

Después de siete años de haber iniciado su escuela, entabló comunicación directa con su maestro Freinet e intercambiaron correspondencia que duró varios años y sus alumnos sostuvieron comunicación por correspondencia con otras escuelas dentro y fuera del país.

Fue creciendo la fama de la escuela de Patricio Redondo a tal grado que el sabio veracruzano Gonzalo Aguirre Beltrán, en aquel entonces funcionario del Instituto Nacional Indigenista, lo invitó a capacitar en un Centro Indigenista Chiapaneco a promotores y niños sobre la técnica Freinet, con buenos resultados. También maestros y alumnos de la normal veracruzana, así como de varias partes del país, se interesaron y fueron a San Andrés Tuxtla a conocer directamente del maestro su pedagogía.

El maestro Redondo, a la edad de 75 años, en 1960, estudió en la Facultad de Pedagogía en Xalapa, Veracruz, para obtener el grado de licenciado en Pedagogía, presentando su tesis profesional titulada “Técnica Freinet”.

Murió a la edad de 82 años, lejos de la patria que lo vio nacer. Descansa en paz en el panteón de San Andrés Tuxtla. Nos comentan estimado lector, que en su sepulcro hay una lápida creada por su amigo el escultor veracruzano Alberto Beltrán, en donde se representa al distinguido educador Patricio Redondo dando clases a unos niños bajo un árbol grande y frondoso.

Él vive en la memoria de aquellas personas y forma parte de los educadores que desde Veracruz han dado prestigio y renombre a la educación mexicana.

carlos_jorge27@hotmail.com