/ domingo 29 de mayo de 2022

Pelea Presidente-Gobernador, a navajazo limpio

Una década en la lucha política de cualquier país es realmente un lapso no grande, así que puede decirse que rápido, en solo 10 años, el PRI pasó de volver a la cima a caer en la sima.

El próximo domingo ese partido podrá respirar un poco mejor o entrar a su etapa más negra, dependiendo de los resultados en las elecciones para gobernadores en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas.

En Morena hay quienes estiman –como la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum- que ganarán las seis gubernaturas, dando así un golpazo a la oposición en conjunto.

En el PRI y PAN tienen la esperanza de triunfar en Aguascalientes, Durango y Tamaulipas, porque ya dan por perdidos Oaxaca, Hidalgo y Quintana Roo.

Y el más interesado en que la oposición no sea arrollada y que el PRI entregue cuentas no risibles –como las de las elecciones municipales extraordinarias de este año en Veracruz, en las que las candidatas priistas de Amatitlán y Tlacotepec obtuvieron solo un voto y tres, respectivamente- es el dirigente nacional del Revolucionario Institucional, Alejandro Alito Moreno.

Debe desear con todas sus fuerzas resultados decorosos porque de lo contario se verá aún más debilitado en un momento muy complicado para su persona.

Tras la votación adversa a la reforma eléctrica promovida por el presidente López Obrador, a Alito se le vino el mundo encima.

Se afirma que había hecho el compromiso de entregar los votos de los diputados priistas para la aprobación de esa reforma, pero algo sucedió y no pasó. Unos dicen que lo convencieron de negarse para tomar fuerza como opositor y llegar incluso a ser el candidato presidencial del bloque PRI-PAN-PRD. Otros afirman que no vio claro lo relativo al triunfo en Hidalgo.

Y unos más comentan que simple y sencillamente se convenció que no podía dar los votos necesarios porque un importante número de diputados del PRI lo mandarían a volar.

Además, ahora corre la versión del diálogo que habría tenido con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien se dice que, al ver que no lo convencería para entregar los votos tan necesarios para la aprobación de la reforma eléctrica, terminó por amenazarlo expresándole que entonces lo que seguiría es un enfrentamiento a navajazo limpio.

Esta frase hacer recordar a lo que cuenta un supuesto testigo sobre un encuentro entre el entonces presidente Felipe Calderón y el gobernador Fidel Herrera, en una de las pocas veces que coincidieron.

Viajaban en helicóptero, durante una gira por Veracruz, y el diálogo era muy áspero entre el Presidente y el Gobernador, cuenta el testigo, un funcionario estatal de ese tiempo.

Por parte del Presidente solo había señalamientos y el Gobernador no se quedaba callado, hasta que Calderón puso punto final al diálogo con la frase de:

-Entonces, a navajazo limpio Gobernador.

-A navajazo limpio, Presidente, dicen que respondió Fidel, para dar paso al silencio.

Fidel Herrera pudo librarse de los navajazos posteriores, ¿correrá la misma suerte Alito?

Quién sabe, pero a partir del próximo domingo tendrá que buscar nuevos y más aliados en todos los estados. Los va a necesitar.

Ya que se habla de Calderón, el deportista mexicano más popular del momento es el piloto Sergio Pérez, tras granar el Gran Premio de Mónaco y sumar en su carrera tres triunfos de ese nivel. Y Checo Pérez festejó con tremendo chapuzón al lado del expresidente Felipe Calderón.

¿Se acuerdan que este gran piloto de Fórmula Uno anduvo en Coatepec, en la inauguración del libramiento? Para quienes se les olvidó, ahí está la foto en la que se le ve junto a quien era presidente, Peña Nieto, y el entonces gobernador Javier Duarte.

Una década en la lucha política de cualquier país es realmente un lapso no grande, así que puede decirse que rápido, en solo 10 años, el PRI pasó de volver a la cima a caer en la sima.

El próximo domingo ese partido podrá respirar un poco mejor o entrar a su etapa más negra, dependiendo de los resultados en las elecciones para gobernadores en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas.

En Morena hay quienes estiman –como la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum- que ganarán las seis gubernaturas, dando así un golpazo a la oposición en conjunto.

En el PRI y PAN tienen la esperanza de triunfar en Aguascalientes, Durango y Tamaulipas, porque ya dan por perdidos Oaxaca, Hidalgo y Quintana Roo.

Y el más interesado en que la oposición no sea arrollada y que el PRI entregue cuentas no risibles –como las de las elecciones municipales extraordinarias de este año en Veracruz, en las que las candidatas priistas de Amatitlán y Tlacotepec obtuvieron solo un voto y tres, respectivamente- es el dirigente nacional del Revolucionario Institucional, Alejandro Alito Moreno.

Debe desear con todas sus fuerzas resultados decorosos porque de lo contario se verá aún más debilitado en un momento muy complicado para su persona.

Tras la votación adversa a la reforma eléctrica promovida por el presidente López Obrador, a Alito se le vino el mundo encima.

Se afirma que había hecho el compromiso de entregar los votos de los diputados priistas para la aprobación de esa reforma, pero algo sucedió y no pasó. Unos dicen que lo convencieron de negarse para tomar fuerza como opositor y llegar incluso a ser el candidato presidencial del bloque PRI-PAN-PRD. Otros afirman que no vio claro lo relativo al triunfo en Hidalgo.

Y unos más comentan que simple y sencillamente se convenció que no podía dar los votos necesarios porque un importante número de diputados del PRI lo mandarían a volar.

Además, ahora corre la versión del diálogo que habría tenido con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien se dice que, al ver que no lo convencería para entregar los votos tan necesarios para la aprobación de la reforma eléctrica, terminó por amenazarlo expresándole que entonces lo que seguiría es un enfrentamiento a navajazo limpio.

Esta frase hacer recordar a lo que cuenta un supuesto testigo sobre un encuentro entre el entonces presidente Felipe Calderón y el gobernador Fidel Herrera, en una de las pocas veces que coincidieron.

Viajaban en helicóptero, durante una gira por Veracruz, y el diálogo era muy áspero entre el Presidente y el Gobernador, cuenta el testigo, un funcionario estatal de ese tiempo.

Por parte del Presidente solo había señalamientos y el Gobernador no se quedaba callado, hasta que Calderón puso punto final al diálogo con la frase de:

-Entonces, a navajazo limpio Gobernador.

-A navajazo limpio, Presidente, dicen que respondió Fidel, para dar paso al silencio.

Fidel Herrera pudo librarse de los navajazos posteriores, ¿correrá la misma suerte Alito?

Quién sabe, pero a partir del próximo domingo tendrá que buscar nuevos y más aliados en todos los estados. Los va a necesitar.

Ya que se habla de Calderón, el deportista mexicano más popular del momento es el piloto Sergio Pérez, tras granar el Gran Premio de Mónaco y sumar en su carrera tres triunfos de ese nivel. Y Checo Pérez festejó con tremendo chapuzón al lado del expresidente Felipe Calderón.

¿Se acuerdan que este gran piloto de Fórmula Uno anduvo en Coatepec, en la inauguración del libramiento? Para quienes se les olvidó, ahí está la foto en la que se le ve junto a quien era presidente, Peña Nieto, y el entonces gobernador Javier Duarte.