/ viernes 7 de mayo de 2021

Perdono pero no olvido

En la “mañanera” de ayer el presidente López Obrador presentó un documento que delata el financiamiento y la intromisión del gobierno de Estados Unidos en la campaña opositora (al régimen de la 4T) que encabeza el empresario Claudio X. González, llamada “Mexicanos contra la corrupción”. El gobierno mexicano emitió una nota diplomática pidiendo a la embajada gringa una aclaración sobre esa flagrante intromisión.

El Presidente dio por verídico el hecho y afirmó que esa ha sido la política tradicional del gobierno gringo. Efectivamente, esa ha sido la historia natural de los países capitalistas en su fase imperialista, rebasar las fronteras y apropiarse de las riquezas autóctonas de los países colonizados. Esa es la triste historia de los pueblos de Asia, África y América Latina: la explotación y el saqueo de sus riquezas y por tanto, esto obliga a los países capitalistas dominantes a imponer gobiernos sumisos a sus dictados, diseñando leyes para “legalizar” y justificar el saqueo y la corrupción y llegado el caso, la intervención militar directa, de lo cual la historia del mundo tiene muchas páginas escritas y sangre derramada. Y también guerras entre los mismos colonizadores por el reparto de territorio y del mercado. Alguna vez el diputado Fernández Noroña dijo que cuando cursaba la universidad, “de cada tres materias que se impartían, cuatro eran sobre el marxismo”. Noroña muestra en sus intervenciones que sí maneja las “coordenadas marxistas” para identificar a los corruptos y corruptores, que regímenes donde el sistema capitalista es dominante no se puede separar la política de la economía y que el origen de la corrupción está precisamente en ese sistema capitalista, “que resuma sangre y fango por todos los poros”.

Cualquier gobierno que dé muestras de ser un peligro, aunque sea mínimo, para la santa propiedad privada local o extranjera, se hace acreedor del desprestigio y satanización como advertencia de siguientes represalias económicas o la intervención militar. La historia de América y del mundo no me deja mentir. El presidente López Obrador, como buen admirador maderista, sabe de la intervención abierta y descarada del embajador gringo Henry Lane Wilson en el golpe de Estado y muerte de Madero y Pino Suárez.

Ya varias veces he reproducido la declaración de un general gringo de la Infantería de Marina, que puso en su libro C. Wright Mills, “Escucha yanqui”, pero nunca será demasiado recordarlo. Declaró el general Smedley D. Butler: “Pasé treinta y tres años en servicio activo como miembro de la fuerza militar” más ágil de nuestro país: la Infantería de Marina… Contribuí a que México, especialmente Tampico, quedara disponible para los intereses petroleros norteamericanos en 1914. Ayudé a hacer de Haití y Cuba sitios adecuados para que los chicos de City Bank obtuvieran utilidades… Presté mis contribuciones en la purificación de Nicaragua para la banca internacional de Brown Brothers en 1909-12. Saneé a la República Dominicana para los intereses azucareros norteamericanos en 1916. Ayudé a “preparar” a Honduras para las compañías fruteras norteamericanas en 1903. En China, en 1927, me ocupé que la Standard Oil no fuera molestada.

En todos estos años me dediqué, como dirían los “muchachos de la trastienda”, a un estupendo “negocio”. Se me recompensó con honores, medallas, promociones. Cuando pienso en ello, me parece que habría podido hacer algunas sugestiones a Al Capone. Lo más que éste pudo hacer fue operar sus ilícitos negocios en tres distritos de una ciudad. Los infantes de marina operábamos en tres continentes.

No está por demás recordarle a nuestro compañero presidente que los gringos no tienen amigos, tienen intereses, así declarado por ellos mismos. Y como dijeran los de “Calle l2”, “perdono pero no olvido”.

En la “mañanera” de ayer el presidente López Obrador presentó un documento que delata el financiamiento y la intromisión del gobierno de Estados Unidos en la campaña opositora (al régimen de la 4T) que encabeza el empresario Claudio X. González, llamada “Mexicanos contra la corrupción”. El gobierno mexicano emitió una nota diplomática pidiendo a la embajada gringa una aclaración sobre esa flagrante intromisión.

El Presidente dio por verídico el hecho y afirmó que esa ha sido la política tradicional del gobierno gringo. Efectivamente, esa ha sido la historia natural de los países capitalistas en su fase imperialista, rebasar las fronteras y apropiarse de las riquezas autóctonas de los países colonizados. Esa es la triste historia de los pueblos de Asia, África y América Latina: la explotación y el saqueo de sus riquezas y por tanto, esto obliga a los países capitalistas dominantes a imponer gobiernos sumisos a sus dictados, diseñando leyes para “legalizar” y justificar el saqueo y la corrupción y llegado el caso, la intervención militar directa, de lo cual la historia del mundo tiene muchas páginas escritas y sangre derramada. Y también guerras entre los mismos colonizadores por el reparto de territorio y del mercado. Alguna vez el diputado Fernández Noroña dijo que cuando cursaba la universidad, “de cada tres materias que se impartían, cuatro eran sobre el marxismo”. Noroña muestra en sus intervenciones que sí maneja las “coordenadas marxistas” para identificar a los corruptos y corruptores, que regímenes donde el sistema capitalista es dominante no se puede separar la política de la economía y que el origen de la corrupción está precisamente en ese sistema capitalista, “que resuma sangre y fango por todos los poros”.

Cualquier gobierno que dé muestras de ser un peligro, aunque sea mínimo, para la santa propiedad privada local o extranjera, se hace acreedor del desprestigio y satanización como advertencia de siguientes represalias económicas o la intervención militar. La historia de América y del mundo no me deja mentir. El presidente López Obrador, como buen admirador maderista, sabe de la intervención abierta y descarada del embajador gringo Henry Lane Wilson en el golpe de Estado y muerte de Madero y Pino Suárez.

Ya varias veces he reproducido la declaración de un general gringo de la Infantería de Marina, que puso en su libro C. Wright Mills, “Escucha yanqui”, pero nunca será demasiado recordarlo. Declaró el general Smedley D. Butler: “Pasé treinta y tres años en servicio activo como miembro de la fuerza militar” más ágil de nuestro país: la Infantería de Marina… Contribuí a que México, especialmente Tampico, quedara disponible para los intereses petroleros norteamericanos en 1914. Ayudé a hacer de Haití y Cuba sitios adecuados para que los chicos de City Bank obtuvieran utilidades… Presté mis contribuciones en la purificación de Nicaragua para la banca internacional de Brown Brothers en 1909-12. Saneé a la República Dominicana para los intereses azucareros norteamericanos en 1916. Ayudé a “preparar” a Honduras para las compañías fruteras norteamericanas en 1903. En China, en 1927, me ocupé que la Standard Oil no fuera molestada.

En todos estos años me dediqué, como dirían los “muchachos de la trastienda”, a un estupendo “negocio”. Se me recompensó con honores, medallas, promociones. Cuando pienso en ello, me parece que habría podido hacer algunas sugestiones a Al Capone. Lo más que éste pudo hacer fue operar sus ilícitos negocios en tres distritos de una ciudad. Los infantes de marina operábamos en tres continentes.

No está por demás recordarle a nuestro compañero presidente que los gringos no tienen amigos, tienen intereses, así declarado por ellos mismos. Y como dijeran los de “Calle l2”, “perdono pero no olvido”.