/ lunes 10 de agosto de 2020

Pleito AMLO-FCH crispa los ánimos

A pregunta de los reporteros a modo que asisten cotidianamente a las conferencias mañaneras, el presidente López Obrador respondió que sólo mediante una consulta pública procedería contra alguno de sus antecesores.

Como respuesta de Felipe Calderón a la publicación del semanario Proceso, donde se afirma que el expresidente se encuentra en la mira de la Fiscalía General de la República para incluirlo en la investigación que se realiza por actos de corrupción en el contrato de Etileno XXI, ayer mismo el exmandatario concedió entrevistas a medios nacionales para retar al Ejecutivo federal a que presente pruebas de sus “falsas imputaciones”, pues está seguro de que su actuación fue siempre apegada a la legalidad.

Concretamente Calderón cuestiona la “filtración” de pruebas que supuestamente lo involucran en el contrato con la empresa brasileña Odebrecht, pues en principio la “secrecía” que está obligada a llevar la FGR le impide a todos sus funcionarios proporcionar información sobre las pruebas, tanto de cargo como de descargo, que forman parte del expediente respectivo. Calderón se duele de que ya le gustó al presidente Andrés Manuel exhibirlo sin prueba alguna, imputándole una actuación corrupta durante la administración que tuvo a su cargo.

Lo que más le molesta al expresidente Calderón es que se utilicen los medios de comunicación que paga el erario público para una clara denostación de quienes contenderán en las próximas elecciones federales y, en su opinión, demolerán el proyecto del partido Morena de perpetuarse en el poder.

En el sustento de lo dicho por Calderón compara su caso al fallido juicio contra Emilio Lozoya, que se convirtió en una mampara para distraer a la opinión pública nacional del mal gobierno actual, que no ha podido contener la pandemia del coronavirus, de la que Calderón afirma que se registra un estimado de 150 mil personas fallecidas y no 52 mil muertos, que oficialmente reconocen el gobierno y su vocero, el doctor López-Gatell.

Los pleitos entre políticos, cuando son reales y no a valores entendidos, a nadie convienen, porque hacen peligrar la estabilidad política y la paz social; la historia de México así lo registra después de la caída de Porfirio Díaz y la muerte de Francisco I. Madero.

Todos estamos obligados, incluido el presidente AMLO, a conocer la historia para no repetir los errores del pasado.

A pregunta de los reporteros a modo que asisten cotidianamente a las conferencias mañaneras, el presidente López Obrador respondió que sólo mediante una consulta pública procedería contra alguno de sus antecesores.

Como respuesta de Felipe Calderón a la publicación del semanario Proceso, donde se afirma que el expresidente se encuentra en la mira de la Fiscalía General de la República para incluirlo en la investigación que se realiza por actos de corrupción en el contrato de Etileno XXI, ayer mismo el exmandatario concedió entrevistas a medios nacionales para retar al Ejecutivo federal a que presente pruebas de sus “falsas imputaciones”, pues está seguro de que su actuación fue siempre apegada a la legalidad.

Concretamente Calderón cuestiona la “filtración” de pruebas que supuestamente lo involucran en el contrato con la empresa brasileña Odebrecht, pues en principio la “secrecía” que está obligada a llevar la FGR le impide a todos sus funcionarios proporcionar información sobre las pruebas, tanto de cargo como de descargo, que forman parte del expediente respectivo. Calderón se duele de que ya le gustó al presidente Andrés Manuel exhibirlo sin prueba alguna, imputándole una actuación corrupta durante la administración que tuvo a su cargo.

Lo que más le molesta al expresidente Calderón es que se utilicen los medios de comunicación que paga el erario público para una clara denostación de quienes contenderán en las próximas elecciones federales y, en su opinión, demolerán el proyecto del partido Morena de perpetuarse en el poder.

En el sustento de lo dicho por Calderón compara su caso al fallido juicio contra Emilio Lozoya, que se convirtió en una mampara para distraer a la opinión pública nacional del mal gobierno actual, que no ha podido contener la pandemia del coronavirus, de la que Calderón afirma que se registra un estimado de 150 mil personas fallecidas y no 52 mil muertos, que oficialmente reconocen el gobierno y su vocero, el doctor López-Gatell.

Los pleitos entre políticos, cuando son reales y no a valores entendidos, a nadie convienen, porque hacen peligrar la estabilidad política y la paz social; la historia de México así lo registra después de la caída de Porfirio Díaz y la muerte de Francisco I. Madero.

Todos estamos obligados, incluido el presidente AMLO, a conocer la historia para no repetir los errores del pasado.