/ viernes 15 de febrero de 2019

¿Policía infiltrada?, urge profunda depuración

A principios de enero de 2016, cinco desafortunados jóvenes desaparecieron en Tierra Blanca cuando se trasladaban del puerto de Veracruz hacia sus domicilios en Playa Vicente y, tiempo después, sus restos quemados fueron encontrados enterrados en un rancho de Tlalixcoyan. En esa época, como ahora, se vivía una violencia infernal. El caso cobró notoriedad nacional al estar involucrados elementos de la policía municipal, quienes los detuvieron y entregaron a un grupo delictivo, igual como había sucedido dos años antes en Ayotzinapa con 43 jóvenes normalistas. En otras partes del país ha venido sucediendo lo mismo, debido a que algunos policías se ponen al servicio del crimen organizado. De ahí la importancia de que el secretario de Seguridad Pública del estado, Hugo Gutiérrez Maldonado, profundice la depuración de ese cuerpo de seguridad y de existir infiltración del crimen organizado en las filas policiacas, como se sospecha, la erradique, sobre todo en la corporación estatal, para que pueda cumplir su palabra de devolver la paz a Veracruz. El tema es oportuno por los señalamientos realizados por el artista plástico de nacionalidad estadounidense John Sevigny, secuestrado en Córdoba a principios de enero pasado, quien milagrosamente salvó la vida después de permanecer varios días privado de su libertad, bajo tortura, por un grupo delincuencial que lo habría confundido con pertenecer a una banda contraria, y quien antes de ser secuestrado junto con su amiga Lupita, observó “a más de una docena de hombres armados que miraban y actuaban sospechosamente como policías, entrando por las puertas delanteras y traseras (en la casa donde él se encontraba hospedado)… de hecho, fueron, como me confirmó más tarde un alto funcionario de la policía de Córdoba, agentes de policía de la ciudad y del estado que trabajaban fuera de horario para un cartel de la droga”. Ese testimonio, Sevigny lo publicó en redes sociales desde su ciudad natal del país del norte, y narró su negativa a presentarse ante las autoridades locales por temor de poner nuevamente en riesgo su vida, debido esa posible complicidad entre policías y criminales. El asunto está bajo investigación de la Fiscalía General del estado, en acuerdo con autoridades estadounidenses, según lo confirmó la FGE. El punto es que el crimen organizado es un dolor de cabeza para el gobierno, en especial el de Veracruz, y acéptese o no, el ambiente que se respira en el estado es de virtual ingobernabilidad, porque los esfuerzos de las fuerzas del orden resultan insuficientes frente a un monstruo de mil cabezas, y lamentablemente tampoco es posible pedir solución inmediata al problema que se arrastra desde las épocas de Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes, aunque tampoco la sociedad puede conformarse y aceptar esa trágica realidad. Por lo pronto, la depuración policiaca es imperiosa necesidad que no debe aplazarse, bajo riesgo de que la lucha por la paz siga tropezando como hasta ahora.

ESTANCIAS INFANTILES, CON OTRAS REGLAS OPERATIVAS

+++Los dueños de las Estancias Infantiles, 613 en el estado y miles en el país, han protestado por el retiro del subsidio que recibían del gobierno para atender a los 20 mil niños menores de 4 años hijos de madres trabajadoras en esos lugares, debido al cambio en las reglas de operación. NO van a desaparecer, sólo que ahora ese subsidio de mil 600 pesos bimestrales se entregará directamente a los padres y éstos decidirán si continúan llevándolos a esas estancias o los entregan a algún familiar que cuide de los menores. El caso es que la Federación encontró irregularidades en muchas, no todas, esos sitios. Por ejemplo, en la entidad 10 guarderías simplemente no existen y recibían los subsidios. No se cree que haya marcha atrás en esa decisión, aunque ya se verá en los próximos días que respuesta reciben estos prestadores de servicio.

Escriba a opedro2006@gmail.com

A principios de enero de 2016, cinco desafortunados jóvenes desaparecieron en Tierra Blanca cuando se trasladaban del puerto de Veracruz hacia sus domicilios en Playa Vicente y, tiempo después, sus restos quemados fueron encontrados enterrados en un rancho de Tlalixcoyan. En esa época, como ahora, se vivía una violencia infernal. El caso cobró notoriedad nacional al estar involucrados elementos de la policía municipal, quienes los detuvieron y entregaron a un grupo delictivo, igual como había sucedido dos años antes en Ayotzinapa con 43 jóvenes normalistas. En otras partes del país ha venido sucediendo lo mismo, debido a que algunos policías se ponen al servicio del crimen organizado. De ahí la importancia de que el secretario de Seguridad Pública del estado, Hugo Gutiérrez Maldonado, profundice la depuración de ese cuerpo de seguridad y de existir infiltración del crimen organizado en las filas policiacas, como se sospecha, la erradique, sobre todo en la corporación estatal, para que pueda cumplir su palabra de devolver la paz a Veracruz. El tema es oportuno por los señalamientos realizados por el artista plástico de nacionalidad estadounidense John Sevigny, secuestrado en Córdoba a principios de enero pasado, quien milagrosamente salvó la vida después de permanecer varios días privado de su libertad, bajo tortura, por un grupo delincuencial que lo habría confundido con pertenecer a una banda contraria, y quien antes de ser secuestrado junto con su amiga Lupita, observó “a más de una docena de hombres armados que miraban y actuaban sospechosamente como policías, entrando por las puertas delanteras y traseras (en la casa donde él se encontraba hospedado)… de hecho, fueron, como me confirmó más tarde un alto funcionario de la policía de Córdoba, agentes de policía de la ciudad y del estado que trabajaban fuera de horario para un cartel de la droga”. Ese testimonio, Sevigny lo publicó en redes sociales desde su ciudad natal del país del norte, y narró su negativa a presentarse ante las autoridades locales por temor de poner nuevamente en riesgo su vida, debido esa posible complicidad entre policías y criminales. El asunto está bajo investigación de la Fiscalía General del estado, en acuerdo con autoridades estadounidenses, según lo confirmó la FGE. El punto es que el crimen organizado es un dolor de cabeza para el gobierno, en especial el de Veracruz, y acéptese o no, el ambiente que se respira en el estado es de virtual ingobernabilidad, porque los esfuerzos de las fuerzas del orden resultan insuficientes frente a un monstruo de mil cabezas, y lamentablemente tampoco es posible pedir solución inmediata al problema que se arrastra desde las épocas de Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes, aunque tampoco la sociedad puede conformarse y aceptar esa trágica realidad. Por lo pronto, la depuración policiaca es imperiosa necesidad que no debe aplazarse, bajo riesgo de que la lucha por la paz siga tropezando como hasta ahora.

ESTANCIAS INFANTILES, CON OTRAS REGLAS OPERATIVAS

+++Los dueños de las Estancias Infantiles, 613 en el estado y miles en el país, han protestado por el retiro del subsidio que recibían del gobierno para atender a los 20 mil niños menores de 4 años hijos de madres trabajadoras en esos lugares, debido al cambio en las reglas de operación. NO van a desaparecer, sólo que ahora ese subsidio de mil 600 pesos bimestrales se entregará directamente a los padres y éstos decidirán si continúan llevándolos a esas estancias o los entregan a algún familiar que cuide de los menores. El caso es que la Federación encontró irregularidades en muchas, no todas, esos sitios. Por ejemplo, en la entidad 10 guarderías simplemente no existen y recibían los subsidios. No se cree que haya marcha atrás en esa decisión, aunque ya se verá en los próximos días que respuesta reciben estos prestadores de servicio.

Escriba a opedro2006@gmail.com