/ martes 3 de julio de 2018

Política y gobernantes

Cuando Jesús nació en Belén de Judá en días del Rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos Reyes Magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el Oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, El Rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron. En Belén de Judá; porque así está escrito por el profeta. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Entonces Herodes, cuando se vio burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores.

Hace unas semanas el mundo entero quedó horrorizado de ver a miles de niños inocentes prisioneros en jaulas de animales separados de sus padres, solos, revueltos y amontonados purgando una injusticia y lacerante condena por el hecho de ser hijos de migrantes ilegales, donde su único delito había sido querer servir, trabajar y crecer en un país que en el pasado ofrecía libertad y oportunidades para todos.

Las denigrantes escenas que vimos en las redes sociales, en los noticieros y diarios de los niños prisioneros en un campo de concentración, nos trae a la memoria aquel pasaje bíblico llamado: "La masacre de los inocentes", en el que el tirano Herodes rey de Judea, manda a encarcelar y matar a todos los niños del reino para que no viviera el Salvador.

Y así la sagrada familia se convierte en una familia migrante ilegal que busca refugio en la tierra de Egipto, huyendo de las garras y el terror del perverso Herodes, nada lejos de la actual realidad que viven los niños y las familias migrantes con el emperador Donald Trump.

Pero más desesperante es la tibieza, la indiferencia y la ignorancia de los gobiernos que deben defender a sus ciudadanos en situaciones de violencia y peligro; en dónde está la protesta de Guatemala, Honduras y El Salvador. ¿Por qué México protestó hasta ahora que se dio a conocer este maltrato?, ¿en dónde quedó la defensa consular que por ley merecen esos niños y esas familias por parte de sus países?, ¿para qué sirven estos gobiernos si no pueden defender a sus niños indefensos de siniestros verdugos inhumanos?

Según el gobierno de México, señala que solamente existen 22 niños mexicanos entre los miles que están prisioneros, dudo determinantemente qué esa información sea verídica, según el "Tema de Unidad Familiar y Aprensión de Niños Extranjeros no Acompañados", 11 mil 926 menores eran mexicanos, cómo puede ser posible que solamente tengan detectados a 22 niños mexicanos entre una multitud impresionante de niños enjaulados. Todos los mexicanos deseamos de todo corazón que solamente sean 22, pero los números, las estadísticas y la lógica nos dicen otra cosa qué habrá que corroborar.

El nuevo gobierno mexicano tiene qué ser más enérgico, debe estar mejor preparado, debe fortalecer su red protección consular con especialistas y abogados defensores que garanticen seguridad y protección a nuestros hermanos migrantes mexicanos, debe implementar mejores estrategias jurídicas y diplomáticas y debe nombrar excelsos diplomáticos al frente de la cancillería, la embajada y los consulados en Estados Unidos, para hacer frente a esta ola de terror migratorio en el que prácticamente tenemos acéfala nuestra Embajada Mexicana en Washington.

Ante la presión internacional Donald Trump cedió y decretó unir a las familias detenidas y no volver a separarlas, hay para mí algunas lecciones, su fundamentalismo racista está convirtiendo a Estados Unidos en un país aislacionista, amurallado y encerrado que tarde o temprano la comunidad internacional lo tratará como un islote oscuro y tenebroso en el que no tendrán otra alternativa que ponerlo en cuarentena.

Cuando Jesús nació en Belén de Judá en días del Rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos Reyes Magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el Oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, El Rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron. En Belén de Judá; porque así está escrito por el profeta. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Entonces Herodes, cuando se vio burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores.

Hace unas semanas el mundo entero quedó horrorizado de ver a miles de niños inocentes prisioneros en jaulas de animales separados de sus padres, solos, revueltos y amontonados purgando una injusticia y lacerante condena por el hecho de ser hijos de migrantes ilegales, donde su único delito había sido querer servir, trabajar y crecer en un país que en el pasado ofrecía libertad y oportunidades para todos.

Las denigrantes escenas que vimos en las redes sociales, en los noticieros y diarios de los niños prisioneros en un campo de concentración, nos trae a la memoria aquel pasaje bíblico llamado: "La masacre de los inocentes", en el que el tirano Herodes rey de Judea, manda a encarcelar y matar a todos los niños del reino para que no viviera el Salvador.

Y así la sagrada familia se convierte en una familia migrante ilegal que busca refugio en la tierra de Egipto, huyendo de las garras y el terror del perverso Herodes, nada lejos de la actual realidad que viven los niños y las familias migrantes con el emperador Donald Trump.

Pero más desesperante es la tibieza, la indiferencia y la ignorancia de los gobiernos que deben defender a sus ciudadanos en situaciones de violencia y peligro; en dónde está la protesta de Guatemala, Honduras y El Salvador. ¿Por qué México protestó hasta ahora que se dio a conocer este maltrato?, ¿en dónde quedó la defensa consular que por ley merecen esos niños y esas familias por parte de sus países?, ¿para qué sirven estos gobiernos si no pueden defender a sus niños indefensos de siniestros verdugos inhumanos?

Según el gobierno de México, señala que solamente existen 22 niños mexicanos entre los miles que están prisioneros, dudo determinantemente qué esa información sea verídica, según el "Tema de Unidad Familiar y Aprensión de Niños Extranjeros no Acompañados", 11 mil 926 menores eran mexicanos, cómo puede ser posible que solamente tengan detectados a 22 niños mexicanos entre una multitud impresionante de niños enjaulados. Todos los mexicanos deseamos de todo corazón que solamente sean 22, pero los números, las estadísticas y la lógica nos dicen otra cosa qué habrá que corroborar.

El nuevo gobierno mexicano tiene qué ser más enérgico, debe estar mejor preparado, debe fortalecer su red protección consular con especialistas y abogados defensores que garanticen seguridad y protección a nuestros hermanos migrantes mexicanos, debe implementar mejores estrategias jurídicas y diplomáticas y debe nombrar excelsos diplomáticos al frente de la cancillería, la embajada y los consulados en Estados Unidos, para hacer frente a esta ola de terror migratorio en el que prácticamente tenemos acéfala nuestra Embajada Mexicana en Washington.

Ante la presión internacional Donald Trump cedió y decretó unir a las familias detenidas y no volver a separarlas, hay para mí algunas lecciones, su fundamentalismo racista está convirtiendo a Estados Unidos en un país aislacionista, amurallado y encerrado que tarde o temprano la comunidad internacional lo tratará como un islote oscuro y tenebroso en el que no tendrán otra alternativa que ponerlo en cuarentena.