/ miércoles 28 de octubre de 2020

Porfirio Díaz y AMLO en el espejo del poder

El General Porfirio Díaz, convertido en gran elector del general Manuel Gonzáles (1878-1880), por cierto su compadre del alma, utilizó para el financiamiento de esa campaña presidencial, las prefecturas y comisarías, a través de las cuales financió a su relevo en el Poder Ejecutivo Federal, quien reformó la constitución, para abrir las puertas de la reelección que hizo posible que por 3 décadas, el General Díaz se perpetuara en la presidencia de la República.

El centralismo mantuvo una manipulación en todos los procesos electorales y un control absoluto sobre la prensa. Pareciera que las bases del sistema porfirista, constituyen las bases políticas de la 4T, pues no se permite a ningún gobernador, mantener la distancia institucional que debe existir en los 3 órdenes de gobierno, a pesar de que así lo dicen los artículos 115 y 116 de la Carta Magna; y tampoco hay respeto del presidente López Obrador, a la libertad de prensa y derecho a la información que tutelan los artículos 6 y 7 de la Ley Fundamental.

Hoy en lugar de las prefecturas y comisarías porfiristas, la 4T dispone de todo el dinero de los estados y municipios que se asignan en el presupuesto público de la Federación, por conducto de los "súper delegados", quienes privilegian a sus compañeros de partido y discriminan a las autoridades que fueron abanderadas por partidos opositores, como sucede en los 10 Estados de la República que protestan contra AMLO y amagan con la ruptura que acabaría con el centralismo y permitiría terminar con los abusos del Ejecutivo Federal, según reclamo de los gobernantes de Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Tamaulipas, Durango, Aguas Calientes y Colima.

El último reclamo al presidente López Obrador es de los gobernadores de esas entidades federativas, por la cancelación de los 109 fideicomisos, aprobada por el congreso, que regresa a la federación más de 70 mil millones de pesos que ahora se ejercerán discrecionalmente y sepultan y dejan sin empleo, a quienes venían elaborando y ejecutando los planes y programas de los fideicomisos desaparecidos.

Solo falta que el desvío de recursos que harán los súper delegados para ganar las elecciones en favor de los candidatos de Morena el próximo año, también sirva para derogar la "no reelección" y que AMLO, reencarne en el Porfirio Díaz de la 4T, eternizándose en el Palacio Nacional.

El General Porfirio Díaz, convertido en gran elector del general Manuel Gonzáles (1878-1880), por cierto su compadre del alma, utilizó para el financiamiento de esa campaña presidencial, las prefecturas y comisarías, a través de las cuales financió a su relevo en el Poder Ejecutivo Federal, quien reformó la constitución, para abrir las puertas de la reelección que hizo posible que por 3 décadas, el General Díaz se perpetuara en la presidencia de la República.

El centralismo mantuvo una manipulación en todos los procesos electorales y un control absoluto sobre la prensa. Pareciera que las bases del sistema porfirista, constituyen las bases políticas de la 4T, pues no se permite a ningún gobernador, mantener la distancia institucional que debe existir en los 3 órdenes de gobierno, a pesar de que así lo dicen los artículos 115 y 116 de la Carta Magna; y tampoco hay respeto del presidente López Obrador, a la libertad de prensa y derecho a la información que tutelan los artículos 6 y 7 de la Ley Fundamental.

Hoy en lugar de las prefecturas y comisarías porfiristas, la 4T dispone de todo el dinero de los estados y municipios que se asignan en el presupuesto público de la Federación, por conducto de los "súper delegados", quienes privilegian a sus compañeros de partido y discriminan a las autoridades que fueron abanderadas por partidos opositores, como sucede en los 10 Estados de la República que protestan contra AMLO y amagan con la ruptura que acabaría con el centralismo y permitiría terminar con los abusos del Ejecutivo Federal, según reclamo de los gobernantes de Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Tamaulipas, Durango, Aguas Calientes y Colima.

El último reclamo al presidente López Obrador es de los gobernadores de esas entidades federativas, por la cancelación de los 109 fideicomisos, aprobada por el congreso, que regresa a la federación más de 70 mil millones de pesos que ahora se ejercerán discrecionalmente y sepultan y dejan sin empleo, a quienes venían elaborando y ejecutando los planes y programas de los fideicomisos desaparecidos.

Solo falta que el desvío de recursos que harán los súper delegados para ganar las elecciones en favor de los candidatos de Morena el próximo año, también sirva para derogar la "no reelección" y que AMLO, reencarne en el Porfirio Díaz de la 4T, eternizándose en el Palacio Nacional.