/ viernes 5 de febrero de 2021

Promoción horizontal para docentes de educación básica

Como resultado de la reforma al artículo tercero constitucional, mediante la cual se establece el Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, la Secretaría de Educación Pública dio a conocer el pasado 21 de enero, a dos años del inicio del sexenio, el Programa de Promoción Horizontal por Niveles con Incentivos en Educación Básica.

Derivada de tales reformas se crea la Unidad del Sistema para la Carrera de los Maestras y los Maestros, USICAMM. Dicha Unidad será “la responsable de diseñar, establecer y regular la operación del Programa”.

Los maestros y maestras han aparecido de manera permanente en las intervenciones públicas de las actuales autoridades federales. A los docentes y los niños se les ha puesto en el centro de la política educativa. En uno de sus últimos actos como titular de la SEP, Esteban Moctezuma expresó que “[los maestros] ocupaban el último lugar en el aprecio social entre diez profesiones. Hoy ocupan el primero. Eso se llama, simple y llanamente, revalorización del magisterio”. Se ha dicho que la actual política educativa concibe a las maestras y los maestros como agentes fundamentales del proceso educativo y de la transformación social.

Como se observa al magisterio le han dado una enorme responsabilidad en la transformación de la educación en México. Es uno de los principales actores de este proceso, pero no el único. Para que cumpla mejor su función, el gobierno estableció el Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros. En “dicho sistema se prevé que los maestros y maestras de los niveles de inicial, preescolar, primaria y secundaria, incluyendo la educación indígena, la educación física, la que se imparte en los centros de educación básica para adultos, así como el servicio de educación especial cuenten con un programa de promoción horizontal por niveles con incentivos, que reconozca el mérito y la vocación del personal que realiza funciones docente, técnico docente, de asesoría técnica pedagógica, de dirección y de supervisión, a la vez que contribuya a su capacitación, actualización, formación continua y superación profesional”.

Graciela Cordero Arroyo, investigadora titular del Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo de la Universidad Autónoma de Baja California, comenta que “todos los sistemas de carrera docente incluyen esquemas de incentivos. A estos esquemas se les reconocen ventajas importantes, como ayudar a sostener la motivación de los profesores y estimular su desempeño. En contraparte, se señala que reducen la motivación intrínseca y tienen efectos no deseados al asociar el sentido de la actividad con la recompensa”.

Por su parte, Abelardo Carro Nava comenta que “entre otros, el nuevo programa tiene la intención de mejorar las condiciones económicas, profesionales y sociales de las maestras y maestros a través del reconocimiento del personal docente… por su compromiso, responsabilidad y profesionalismo en la realización de la tarea educativa”.

Concretamente, el nuevo programa de promoción horizontal toma en cuenta la apreciación integral del desempeño magisterial mediante elementos multifactoriales. Para la valoración del docente se considerará: a) antigüedad, b) reconocimiento al buen desempeño, c) grado académico, d) desarrollo profesional, e) instrumento de valoración de conocimientos y aptitudes, f) autoevaluación y exposición de la práctica educativa consistente en un instrumento de valoración de recursos personales y práctica educativa y entrevista por el colectivo docente.

En la valoración se reconocen dos tipos de incentivos: económicos, donde se establecen ocho niveles; “se accede por voluntad del maestro y no implica un cambio de funciones. Define porcentajes de incentivos económicos superiores para los profesores que trabajen en zonas de alta pobreza o de marginación alejadas de las áreas urbanas”, y los “incentivos simbólicos, por su parte, refieren a la valoración social que se hace del trabajo docente”.

Rogelio Javier Alonso Ruiz es contundente al señalar “que la revalorización tiene que ir mucho más allá de la percepción ciudadana, pues debe incluir, además, mejoramiento en las condiciones salariales y los esquemas de superación profesional y laboral del profesorado, así como su formación inicial”. Para hacer factible la reforma educativa es imprescindible que la maestra Delfina Gómez, ahora nueva titular de la SEP, y sus colaboradores encuentren una salida en el camino y evitar que la formación continua quede desvinculada del incentivo monetario hasta nuevo aviso.

Manuel Gil Antón comentó que “la reforma tiene retos como hacer coincidir los recursos financieros con los deseos, para ya no seguir dando la peor educación a las mayorías y la mejor a quien menos la necesita, pues eso se ha dicho durante décadas”.

Como resultado de la reforma al artículo tercero constitucional, mediante la cual se establece el Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, la Secretaría de Educación Pública dio a conocer el pasado 21 de enero, a dos años del inicio del sexenio, el Programa de Promoción Horizontal por Niveles con Incentivos en Educación Básica.

Derivada de tales reformas se crea la Unidad del Sistema para la Carrera de los Maestras y los Maestros, USICAMM. Dicha Unidad será “la responsable de diseñar, establecer y regular la operación del Programa”.

Los maestros y maestras han aparecido de manera permanente en las intervenciones públicas de las actuales autoridades federales. A los docentes y los niños se les ha puesto en el centro de la política educativa. En uno de sus últimos actos como titular de la SEP, Esteban Moctezuma expresó que “[los maestros] ocupaban el último lugar en el aprecio social entre diez profesiones. Hoy ocupan el primero. Eso se llama, simple y llanamente, revalorización del magisterio”. Se ha dicho que la actual política educativa concibe a las maestras y los maestros como agentes fundamentales del proceso educativo y de la transformación social.

Como se observa al magisterio le han dado una enorme responsabilidad en la transformación de la educación en México. Es uno de los principales actores de este proceso, pero no el único. Para que cumpla mejor su función, el gobierno estableció el Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros. En “dicho sistema se prevé que los maestros y maestras de los niveles de inicial, preescolar, primaria y secundaria, incluyendo la educación indígena, la educación física, la que se imparte en los centros de educación básica para adultos, así como el servicio de educación especial cuenten con un programa de promoción horizontal por niveles con incentivos, que reconozca el mérito y la vocación del personal que realiza funciones docente, técnico docente, de asesoría técnica pedagógica, de dirección y de supervisión, a la vez que contribuya a su capacitación, actualización, formación continua y superación profesional”.

Graciela Cordero Arroyo, investigadora titular del Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo de la Universidad Autónoma de Baja California, comenta que “todos los sistemas de carrera docente incluyen esquemas de incentivos. A estos esquemas se les reconocen ventajas importantes, como ayudar a sostener la motivación de los profesores y estimular su desempeño. En contraparte, se señala que reducen la motivación intrínseca y tienen efectos no deseados al asociar el sentido de la actividad con la recompensa”.

Por su parte, Abelardo Carro Nava comenta que “entre otros, el nuevo programa tiene la intención de mejorar las condiciones económicas, profesionales y sociales de las maestras y maestros a través del reconocimiento del personal docente… por su compromiso, responsabilidad y profesionalismo en la realización de la tarea educativa”.

Concretamente, el nuevo programa de promoción horizontal toma en cuenta la apreciación integral del desempeño magisterial mediante elementos multifactoriales. Para la valoración del docente se considerará: a) antigüedad, b) reconocimiento al buen desempeño, c) grado académico, d) desarrollo profesional, e) instrumento de valoración de conocimientos y aptitudes, f) autoevaluación y exposición de la práctica educativa consistente en un instrumento de valoración de recursos personales y práctica educativa y entrevista por el colectivo docente.

En la valoración se reconocen dos tipos de incentivos: económicos, donde se establecen ocho niveles; “se accede por voluntad del maestro y no implica un cambio de funciones. Define porcentajes de incentivos económicos superiores para los profesores que trabajen en zonas de alta pobreza o de marginación alejadas de las áreas urbanas”, y los “incentivos simbólicos, por su parte, refieren a la valoración social que se hace del trabajo docente”.

Rogelio Javier Alonso Ruiz es contundente al señalar “que la revalorización tiene que ir mucho más allá de la percepción ciudadana, pues debe incluir, además, mejoramiento en las condiciones salariales y los esquemas de superación profesional y laboral del profesorado, así como su formación inicial”. Para hacer factible la reforma educativa es imprescindible que la maestra Delfina Gómez, ahora nueva titular de la SEP, y sus colaboradores encuentren una salida en el camino y evitar que la formación continua quede desvinculada del incentivo monetario hasta nuevo aviso.

Manuel Gil Antón comentó que “la reforma tiene retos como hacer coincidir los recursos financieros con los deseos, para ya no seguir dando la peor educación a las mayorías y la mejor a quien menos la necesita, pues eso se ha dicho durante décadas”.