/ jueves 28 de noviembre de 2019

Purga en la bancada de Morena

En el Movimiento de Regeneración Nacional no perdonaron a los diputados Magdaleno Rosales Torres (distrito de Medellín), Nahúm Álvarez Pellico (Orizaba) y Jessica Ramírez Cisneros (Minatitlán), quienes habían sido voces críticas al interior del partido.

Ninguno de los tres son plurinominales; participaron en la elección de 2018 y ganaron sus respectivas curules en las urnas, aunque haya sido gracias al impulso de López Obrador.

Cualquiera diría que no necesitaron hacer campaña, sólo les bastó con aparecer en la boleta y listo, directo al Palacio Legislativo.

Pues bien, a los tres los expulsaron de Morena por lanzar señalamientos contra funcionarios del gabinete estatal (específicamente contra los secretarios de Salud, Roberto Ramos Alor; Educación, Zenyazen Escobar; Gobierno, Éric Cisneros Burgos; y Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado) y por haber votado en contra del desafuero de Jorge Winckler, quien era pieza importante en los intereses del Partido Acción Nacional y sobre todo del exgobernador Miguel Ángel Yunes.

Incluso, Magdaleno Rosales llegó a pedir la renuncia del titular de Segob, en abierto enfrentamiento con el grupo que mantiene el control del gobierno estatal.

En los pasillos del Congreso de Veracruz ha circulado desde hace semanas la versión de que dichos legisladores alentaban una especie de rebelión contra el liderazgo de Gómez Cazarín entre sus pares y que intentaron fraguar la conformación de una nueva bancada de Morena.

De hecho, entre los puntos que se incluyeron en el resolutivo de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, aparece el oficio turnado por Magdaleno Rosales a la Jucopo, en febrero pasado, en que notifica su intención de integrar una bancada diferente a la que oficialmente tiene Morena.

Es un documento muy duro en sus términos contra los tres diputados expulsados, dado que habla de falta de probidad en el ejercicio de su encargo público; y de la práctica de la denostación y/o calumnia pública en contra de Morena y otros integrantes de partido.

Lo cierto es que sobre todo en el caso de Rosales Torres, se trata de un legislador que en los hechos ha mantenido una actitud y un discurso no sólo crítico, sino abiertamente contrario a los intereses de Morena en el Congreso de Veracruz, además de estar confrontado con activos importantes del partido, como el propio Gómez Cazarín y con el secretario de Gobierno, de tal manera que no es una pérdida significativa para el movimiento, sino la definición oficial de lo que ya se observaba en cuanto a la confrontación.

Lo interesante será ver el sentido del voto de los tres legisladores, ahora que ya nada les une a Morena; por otro lado, habrá que ver si permanecen como diputados independientes o si se integran a otro partido y a otra bancada, aunque de hecho ya están, en muchos casos, como el del desafuero de Jorge Winckler, en contra de los acuerdos de la cúpula morenista.

@luisromero85

En el Movimiento de Regeneración Nacional no perdonaron a los diputados Magdaleno Rosales Torres (distrito de Medellín), Nahúm Álvarez Pellico (Orizaba) y Jessica Ramírez Cisneros (Minatitlán), quienes habían sido voces críticas al interior del partido.

Ninguno de los tres son plurinominales; participaron en la elección de 2018 y ganaron sus respectivas curules en las urnas, aunque haya sido gracias al impulso de López Obrador.

Cualquiera diría que no necesitaron hacer campaña, sólo les bastó con aparecer en la boleta y listo, directo al Palacio Legislativo.

Pues bien, a los tres los expulsaron de Morena por lanzar señalamientos contra funcionarios del gabinete estatal (específicamente contra los secretarios de Salud, Roberto Ramos Alor; Educación, Zenyazen Escobar; Gobierno, Éric Cisneros Burgos; y Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado) y por haber votado en contra del desafuero de Jorge Winckler, quien era pieza importante en los intereses del Partido Acción Nacional y sobre todo del exgobernador Miguel Ángel Yunes.

Incluso, Magdaleno Rosales llegó a pedir la renuncia del titular de Segob, en abierto enfrentamiento con el grupo que mantiene el control del gobierno estatal.

En los pasillos del Congreso de Veracruz ha circulado desde hace semanas la versión de que dichos legisladores alentaban una especie de rebelión contra el liderazgo de Gómez Cazarín entre sus pares y que intentaron fraguar la conformación de una nueva bancada de Morena.

De hecho, entre los puntos que se incluyeron en el resolutivo de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, aparece el oficio turnado por Magdaleno Rosales a la Jucopo, en febrero pasado, en que notifica su intención de integrar una bancada diferente a la que oficialmente tiene Morena.

Es un documento muy duro en sus términos contra los tres diputados expulsados, dado que habla de falta de probidad en el ejercicio de su encargo público; y de la práctica de la denostación y/o calumnia pública en contra de Morena y otros integrantes de partido.

Lo cierto es que sobre todo en el caso de Rosales Torres, se trata de un legislador que en los hechos ha mantenido una actitud y un discurso no sólo crítico, sino abiertamente contrario a los intereses de Morena en el Congreso de Veracruz, además de estar confrontado con activos importantes del partido, como el propio Gómez Cazarín y con el secretario de Gobierno, de tal manera que no es una pérdida significativa para el movimiento, sino la definición oficial de lo que ya se observaba en cuanto a la confrontación.

Lo interesante será ver el sentido del voto de los tres legisladores, ahora que ya nada les une a Morena; por otro lado, habrá que ver si permanecen como diputados independientes o si se integran a otro partido y a otra bancada, aunque de hecho ya están, en muchos casos, como el del desafuero de Jorge Winckler, en contra de los acuerdos de la cúpula morenista.

@luisromero85