/ lunes 16 de diciembre de 2019

¿Qué hacen Carvallo, Érick y Silva?

Algunos gobernadores de Veracruz se impusieron la tarea de preparar a jóvenes y tuvieron especial talento en moldearlos e impulsarlos. Ante eso, algunos escogidos respondieron con creces a las expectativas de sus jefes, pero otros pasaron muy rápido de lo verde a lo podrido.

Tres gobernadores son los que destacan en eso de generar nuevas camadas de políticos, aunque los resultados hayan sido distintos: Fernando López Arias, Rafael Hernández Ochoa y Fidel Herrera Beltrán.

A los tres los une el que hayan tenido no sólo una larga trayectoria antes de llegar a la gubernatura, sino que en ese lapso no únicamente disfrutaron mieles, sino que también sorbieron hieles.

López Arias (1962-1968) formó o impulsó a Antonio Vázquez Figueroa, Pastor Murguía González, Manuel Ramos Gurrión, Abel Ruiz Lopart y a Mario Vargas Saldaña. Unos más, otros menos, todos continuaron su camino político por varios sexenios más, como alcaldes, diputados o en puestos del gobierno federal o regresando a cargos en Veracruz.

Rafael Hernández Ochoa formó en el servicio público a Carlos Brito Gómez, Rafael Murillo Pérez, José Luis Lobato, Miguel Ángel Yunes Linares, Gonzalo Morgado Huesca y a Amadeo Flores Espinosa, entre otros. Como se ve, esa fue la generación de jóvenes que más ha durado, que más se ha hecho sentir en la política veracruzana y que incluso se reprodujo con otro gobernador.

(Miguel Alemán creó a Roberto López Delfín (que después de tener tanto poder al siguiente gobierno ya no fue nada) y permitió el inicio de la carrera de Adolfo Mota).

Y Fidel Herrera Beltrán le dio a Veracruz a Javier Duarte, Érick Lagos, Jorge Carvallo, Salvador Manzur, Ricardo Landa Cano, Alberto Silva y a Carolina Gudiño, entre otros.

De ellos, el más activo es Carvallo, luego de que el más hábil, Érick Lagos, ha optado por estar en muy bajo perfil.

Carvallo tiene injerencia en el PRI estatal donde ha colocado a algunas piezas, en el Partido Verde donde controla la dirigencia y en Morena, donde da asesoría a un sector del morenismo y algunos de sus operadores apoyan en elecciones, como sucedió hace unas semanas cuando eligieron a los delegados de ese partido.

Alberto Silva ha empezado a mover sus piezas y tiene la mira puesta en la alcaldía de Tuxpan, a la que podría regresar por el mal desempeño de actual presidente municipal (panista), como podría suceder en otras importantes alcaldías que tienen al frente a ediles indolentes y con pésimo trabajo.

En la actual administración no hay un grupo especial de jóvenes y el gobernador Cuitláhuac García ha dicho que de su gabinete nadie sale, lo que debe tener contentos a sus colaboradores. Entonces los cambios, algunos, se darían hasta que, con motivo de la renovación de alcaldías y diputaciones, uno que otro sean postulados como candidatos, en 2021.

Algunos gobernadores de Veracruz se impusieron la tarea de preparar a jóvenes y tuvieron especial talento en moldearlos e impulsarlos. Ante eso, algunos escogidos respondieron con creces a las expectativas de sus jefes, pero otros pasaron muy rápido de lo verde a lo podrido.

Tres gobernadores son los que destacan en eso de generar nuevas camadas de políticos, aunque los resultados hayan sido distintos: Fernando López Arias, Rafael Hernández Ochoa y Fidel Herrera Beltrán.

A los tres los une el que hayan tenido no sólo una larga trayectoria antes de llegar a la gubernatura, sino que en ese lapso no únicamente disfrutaron mieles, sino que también sorbieron hieles.

López Arias (1962-1968) formó o impulsó a Antonio Vázquez Figueroa, Pastor Murguía González, Manuel Ramos Gurrión, Abel Ruiz Lopart y a Mario Vargas Saldaña. Unos más, otros menos, todos continuaron su camino político por varios sexenios más, como alcaldes, diputados o en puestos del gobierno federal o regresando a cargos en Veracruz.

Rafael Hernández Ochoa formó en el servicio público a Carlos Brito Gómez, Rafael Murillo Pérez, José Luis Lobato, Miguel Ángel Yunes Linares, Gonzalo Morgado Huesca y a Amadeo Flores Espinosa, entre otros. Como se ve, esa fue la generación de jóvenes que más ha durado, que más se ha hecho sentir en la política veracruzana y que incluso se reprodujo con otro gobernador.

(Miguel Alemán creó a Roberto López Delfín (que después de tener tanto poder al siguiente gobierno ya no fue nada) y permitió el inicio de la carrera de Adolfo Mota).

Y Fidel Herrera Beltrán le dio a Veracruz a Javier Duarte, Érick Lagos, Jorge Carvallo, Salvador Manzur, Ricardo Landa Cano, Alberto Silva y a Carolina Gudiño, entre otros.

De ellos, el más activo es Carvallo, luego de que el más hábil, Érick Lagos, ha optado por estar en muy bajo perfil.

Carvallo tiene injerencia en el PRI estatal donde ha colocado a algunas piezas, en el Partido Verde donde controla la dirigencia y en Morena, donde da asesoría a un sector del morenismo y algunos de sus operadores apoyan en elecciones, como sucedió hace unas semanas cuando eligieron a los delegados de ese partido.

Alberto Silva ha empezado a mover sus piezas y tiene la mira puesta en la alcaldía de Tuxpan, a la que podría regresar por el mal desempeño de actual presidente municipal (panista), como podría suceder en otras importantes alcaldías que tienen al frente a ediles indolentes y con pésimo trabajo.

En la actual administración no hay un grupo especial de jóvenes y el gobernador Cuitláhuac García ha dicho que de su gabinete nadie sale, lo que debe tener contentos a sus colaboradores. Entonces los cambios, algunos, se darían hasta que, con motivo de la renovación de alcaldías y diputaciones, uno que otro sean postulados como candidatos, en 2021.