/ viernes 26 de noviembre de 2021

Que otros jueces pongan sus barbas a remojar

Muchas veces hemos escuchado a la gente que sufre una agresión, un robo o es víctima de un atropello que a pesar de que se le aconseje que presente su denuncia, prefieren no hacerlo, porque argumentan que no le van a hacer caso o que el trámite es muy lento y que finalmente el inculpado sale libre a través de una negociación en lo oscurito.

Fue el gobernador Cuitláhuac García Jiménez quien solicitó al Consejo de la Judicatura que se hiciera una revisión profunda del caso, después de conocer que el juez de Control del Centro Integral de Justicia de Huatusco, José Alberto Cobos Hernández, dejó en libertad a Antonio N, el exdiputado local responsable de arrollar y matar a una niña de 7 años en Huatusco.

El accidente que cometió el ebrio exdiputado, se registró el domingo pasado y antes de las 72 horas de haber cometido ese delito fue puesto en libertad, no obstante que la pequeña perdió la vida, por lo que familiares y amigos reclamaban justicia completamente indignados.

Este es un ejemplo de las malas prácticas que había provocado que la gente perdiera confianza en las instituciones que imparten justicia y difícilmente alguien podía exigir corregir ese tipo de decisiones a pesar de lo obvio de esas acciones.

También es importante recordar que los funcionarios de mayor rango se hacían desentendidos y desviaban el tema con habilidad para no involucrarse con el Poder Judicial, por eso es importante valorar la reacción que tuvo el gobernador Cuitláhuac García ante este indigno acontecimiento.

Al tener conocimiento de esa maniobra del juez de control, que argumentó que no era un asunto grave, el mandatario opinó que el togado modificó la medida cautelar solicitada por la Fiscalía General del Estado para el exdiputado local Antonio "N". De esa manera, el pleno del Consejo de la Judicatura definió cesar al juez Luis Alberto Cobos Hernández, tal vez por no haber dictado prisión preventiva en contra del exdiputado local y exalcalde del municipio de Tenampa, Antonio “N”.

Seguramente esa intervención del mandatario estatal servirá de ejemplo para otros casos que se han conocido, en los que han dejado en libertad a verdaderos delincuentes ante argumentos que resultan inexplicables, sobre todo para los agraviados que se quedan con su pena y todavía con la amenaza de esos malandros que al ser detenidos advierten de lo que son capaces.

Nos queda claro que son tres poderes, son tres gobiernos y muchas veces con esa personalidad independiente que les permite la Constitución, abusan y lastiman los derechos de los ciudadanos en vez de protegerlos, por lo que es de reconocer la oportuna reacción del Ejecutivo para exigir justicia y responder a la familia y a las amistades de la pequeña que caminaba en la banqueta de la calle 17, entre las avenidas 7 y 9 de la colonia Xocotla, en Huatusco. Más claro ni el agua.

Muchas veces hemos escuchado a la gente que sufre una agresión, un robo o es víctima de un atropello que a pesar de que se le aconseje que presente su denuncia, prefieren no hacerlo, porque argumentan que no le van a hacer caso o que el trámite es muy lento y que finalmente el inculpado sale libre a través de una negociación en lo oscurito.

Fue el gobernador Cuitláhuac García Jiménez quien solicitó al Consejo de la Judicatura que se hiciera una revisión profunda del caso, después de conocer que el juez de Control del Centro Integral de Justicia de Huatusco, José Alberto Cobos Hernández, dejó en libertad a Antonio N, el exdiputado local responsable de arrollar y matar a una niña de 7 años en Huatusco.

El accidente que cometió el ebrio exdiputado, se registró el domingo pasado y antes de las 72 horas de haber cometido ese delito fue puesto en libertad, no obstante que la pequeña perdió la vida, por lo que familiares y amigos reclamaban justicia completamente indignados.

Este es un ejemplo de las malas prácticas que había provocado que la gente perdiera confianza en las instituciones que imparten justicia y difícilmente alguien podía exigir corregir ese tipo de decisiones a pesar de lo obvio de esas acciones.

También es importante recordar que los funcionarios de mayor rango se hacían desentendidos y desviaban el tema con habilidad para no involucrarse con el Poder Judicial, por eso es importante valorar la reacción que tuvo el gobernador Cuitláhuac García ante este indigno acontecimiento.

Al tener conocimiento de esa maniobra del juez de control, que argumentó que no era un asunto grave, el mandatario opinó que el togado modificó la medida cautelar solicitada por la Fiscalía General del Estado para el exdiputado local Antonio "N". De esa manera, el pleno del Consejo de la Judicatura definió cesar al juez Luis Alberto Cobos Hernández, tal vez por no haber dictado prisión preventiva en contra del exdiputado local y exalcalde del municipio de Tenampa, Antonio “N”.

Seguramente esa intervención del mandatario estatal servirá de ejemplo para otros casos que se han conocido, en los que han dejado en libertad a verdaderos delincuentes ante argumentos que resultan inexplicables, sobre todo para los agraviados que se quedan con su pena y todavía con la amenaza de esos malandros que al ser detenidos advierten de lo que son capaces.

Nos queda claro que son tres poderes, son tres gobiernos y muchas veces con esa personalidad independiente que les permite la Constitución, abusan y lastiman los derechos de los ciudadanos en vez de protegerlos, por lo que es de reconocer la oportuna reacción del Ejecutivo para exigir justicia y responder a la familia y a las amistades de la pequeña que caminaba en la banqueta de la calle 17, entre las avenidas 7 y 9 de la colonia Xocotla, en Huatusco. Más claro ni el agua.