/ domingo 6 de mayo de 2018

Qué se decidirá el 1 de julio

Hace algunas semanas escuchaba el noticiero del mediodía de Joaquín López Doriga, se hacían comentarios y entrevistas sobre la sucesión presidencial, concluyendo al final del programa que será tema central en el presente año, antes, el día y post elección.

Su pronóstico con el tiempo ha tomado un impulso natural por las campañas de los protagonistas y de su posicionamiento sobre el presente y el futuro del país, el líder de las encuestas ha determinado la agenda política de casi todos los candidatos, hasta Jaime Rodríguez Calderón “el Bronco” se ocupa de él.

Lo interesante que Andrés Manuel López Obrador con algunas de sus propuestas y cometarios ha molestado a la clase empresarial, la que se ha defendido a través de las agrupaciones del CCE, Concamin y desde luego la agrupación de Hombres de Negocios denominada Consejo Mexicano de Negocios (CMN).

La agenda política de su campaña ha puesto temas a debate como: El nuevo aeropuerto, amnistía a la violencia, combate a la corrupción, no a la reelección, TLC con inteligencia, el pueblo es primero, refrendo de mandato cada dos años, subsidios a los jóvenes (nines); aperturas de universidades; nadie se quedará sin escuela, duplicará la ayuda a los adultos mayores, eliminación de privilegios, eliminación del fuero y bajar los sueldos de funcionarios y más.

Todas estas políticas han sido comentadas por candidatos, medios, intelectuales, empresarios, religiosos y preferente rebatidos por los candidatos Anaya, Meade, Zavala y Rodríguez.

Lo grave es que se ha polarizado y confrontado especialmente con la clase empresarial.

Ricardo Anaya lo dice bien: están en juego dos tipos de nación, la del futuro contra la del retroceso.

No hay duda que López Obrador es un líder nato, que mueve multitudes, con amplio dominio de las condiciones de cada región del país, que le han dado sus más de 12 años de caminar por él.

Que cuenta con un equipo heterogéneo, desde intelectuales hasta corruptos y lo más importante: su cambio solo es de dichos, no presenta soluciones con sustento; son simplezas, por ejemplo, que combatiendo la corrupción tendremos el suficiente dinero para financiar sus nuevos programas asistenciales.


Pero qué decidirá la elección:


1. El destino de 129 millones de habitantes, de los cuales 64.3 millones son hombres y 64.8 son mujeres, el 27 % son menores de 14 años, el 18% tienen entre 15 y 24 años, 45% entre 25 y 59 años y 10% adultos mayores.


2. La ONU proyecta que para el año 2030 seremos 147 millones.


3. Un PIB de 2.263 billones de dólares; un PBI per cápita de 8,201.31 usd, que ocupamos el lugar número 15 mundial en este indicador.


4. Una calificación soberana según Ficht and Ratings de BBB+ que junto con Panamá es la más alta de América Latina.


5. Una inflación anual superior al 5%, con un déficit público del 4.1% con relación al PIB.


6. La deuda Pública acumulada proyectada será de un poco mas del 50% con relación al PIB.


7. Un presupuesto sexenal superior a los 30 billones de pesos.


8. Posibilidad de no concluir el TLC.


9. Mantener las reformas estructurales, en materia hacendaria, educativa, energética, laboral, de telecomunicaciones, competencia económica, financiera.


10. La migración, que es un programa prioritario de la administración de Trump, podría haber regreso masivo de mexicanos.


Cuáles serán los retos mayores:

Sin lugar a dudas son: seguridad pública, empleo, salud y pobreza.

Debiendo considerar en la agenda los cambios en el entorno internacional donde se han dado indicios de nacionalismo y proteccionismos por parte de Estados Unidos y abandonar la apertura comercial,

O sea, está en juego: lo social, económico y el México que todos queremos.

Los resultados los conoceremos el próximo 1º de julio.



Hace algunas semanas escuchaba el noticiero del mediodía de Joaquín López Doriga, se hacían comentarios y entrevistas sobre la sucesión presidencial, concluyendo al final del programa que será tema central en el presente año, antes, el día y post elección.

Su pronóstico con el tiempo ha tomado un impulso natural por las campañas de los protagonistas y de su posicionamiento sobre el presente y el futuro del país, el líder de las encuestas ha determinado la agenda política de casi todos los candidatos, hasta Jaime Rodríguez Calderón “el Bronco” se ocupa de él.

Lo interesante que Andrés Manuel López Obrador con algunas de sus propuestas y cometarios ha molestado a la clase empresarial, la que se ha defendido a través de las agrupaciones del CCE, Concamin y desde luego la agrupación de Hombres de Negocios denominada Consejo Mexicano de Negocios (CMN).

La agenda política de su campaña ha puesto temas a debate como: El nuevo aeropuerto, amnistía a la violencia, combate a la corrupción, no a la reelección, TLC con inteligencia, el pueblo es primero, refrendo de mandato cada dos años, subsidios a los jóvenes (nines); aperturas de universidades; nadie se quedará sin escuela, duplicará la ayuda a los adultos mayores, eliminación de privilegios, eliminación del fuero y bajar los sueldos de funcionarios y más.

Todas estas políticas han sido comentadas por candidatos, medios, intelectuales, empresarios, religiosos y preferente rebatidos por los candidatos Anaya, Meade, Zavala y Rodríguez.

Lo grave es que se ha polarizado y confrontado especialmente con la clase empresarial.

Ricardo Anaya lo dice bien: están en juego dos tipos de nación, la del futuro contra la del retroceso.

No hay duda que López Obrador es un líder nato, que mueve multitudes, con amplio dominio de las condiciones de cada región del país, que le han dado sus más de 12 años de caminar por él.

Que cuenta con un equipo heterogéneo, desde intelectuales hasta corruptos y lo más importante: su cambio solo es de dichos, no presenta soluciones con sustento; son simplezas, por ejemplo, que combatiendo la corrupción tendremos el suficiente dinero para financiar sus nuevos programas asistenciales.


Pero qué decidirá la elección:


1. El destino de 129 millones de habitantes, de los cuales 64.3 millones son hombres y 64.8 son mujeres, el 27 % son menores de 14 años, el 18% tienen entre 15 y 24 años, 45% entre 25 y 59 años y 10% adultos mayores.


2. La ONU proyecta que para el año 2030 seremos 147 millones.


3. Un PIB de 2.263 billones de dólares; un PBI per cápita de 8,201.31 usd, que ocupamos el lugar número 15 mundial en este indicador.


4. Una calificación soberana según Ficht and Ratings de BBB+ que junto con Panamá es la más alta de América Latina.


5. Una inflación anual superior al 5%, con un déficit público del 4.1% con relación al PIB.


6. La deuda Pública acumulada proyectada será de un poco mas del 50% con relación al PIB.


7. Un presupuesto sexenal superior a los 30 billones de pesos.


8. Posibilidad de no concluir el TLC.


9. Mantener las reformas estructurales, en materia hacendaria, educativa, energética, laboral, de telecomunicaciones, competencia económica, financiera.


10. La migración, que es un programa prioritario de la administración de Trump, podría haber regreso masivo de mexicanos.


Cuáles serán los retos mayores:

Sin lugar a dudas son: seguridad pública, empleo, salud y pobreza.

Debiendo considerar en la agenda los cambios en el entorno internacional donde se han dado indicios de nacionalismo y proteccionismos por parte de Estados Unidos y abandonar la apertura comercial,

O sea, está en juego: lo social, económico y el México que todos queremos.

Los resultados los conoceremos el próximo 1º de julio.