Comentaba en días pasados en este espacio que el gobernador tiene el poder del veto sobre las reformas constitucionales que aprueba el Congreso del Estado.
Una vez que la Legislatura le hace llegar la reforma, Cuitláhuac García puede hacerle observaciones y devolverla a los diputados para que las integren.
O bien puede decidir simplemente vetarla y no publicarla en la Gaceta Oficial del Estado, esto si no está de acuerdo con lo aprobado.
La reciente reforma constitucional que está en la cancha de los ayuntamientos, debe ser aprobada por la mayoría de los 212 cabildos veracruzanos, de los cuales Morena encabeza 18, es decir, no la tiene tan fácil a pesar de que cuenta con alcaldes aliados.
Es decir, le bastaría la aprobación de 107 ayuntamientos para declarar aprobada dicha reforma, pero la comunicación de cada cabildo deber llegar al Congreso dentro de los 30 días naturales siguientes a aquel en que reciban el proyecto, según establece el artículo 84 de la Constitución veracruzana.
Hay además otro detalle que puede ser bien aprovechado por la mayoría de los legisladores de Morena y es que el mismo artículo establece que “Se tendrán por aprobadas las reformas por parte de los ayuntamientos si, transcurrido el plazo referido, no hubieren comunicado su acuerdo”.
En esta hipótesis ya cayó una vez el ayuntamiento de Banderilla, que preside Juan Manuel Rivera, quien llegó a la alcaldía abanderado por la alianza PAN-PRD.
El munícipe simplemente dejó pasar el tiempo y no envió la comunicación del acuerdo de cabildo al Congreso, lo que hizo que este tomara su silencio como un voto aprobatorio y de esa manera apoyó lo aprobado por Morena.
En esta ocasión seguramente con este recurso habrá votos a favor de la reforma, lo que podría permitirle al Congreso local mayoriteado por Morena, hacer la declaratoria de que ha sido aprobada. Es cosa de tiempo.
COATZA, DE MORENA, DIJO NO A LA REFORMA CONSTITUCIONAL
No sería raro que un ayuntamiento que preside un alcalde de oposición vote en contra de la reforma constitucional aprobada recientemente por el Congreso del Estado y que incluye la reducción a la mitad de las prerrogativas de los partidos políticos y la eliminación de la revocación de mandato.
Tal es el caso de Veracruz puerto, donde el mismo gobierno que preside el panista Fernando Yunes Márquez publicitó que el voto mayoritario fue en contra.
Lo que llama la atención es que en un municipio morenista como Coatzacoalcos, el voto haya sido en el mismo sentido, en contra a pesar de que la síndica Yazmín Martínez Irigoyen, quien ha sido víctima de violencia política de género por parte del alcalde Víctor Carranza Rosaldo, votó a favor.
De acuerdo con la información enviada por nuestro compañero Roberto Sosa, fue un hecho inédito, pues la mayoría de ediles son de Morena, sin embargo lo del PRI y el PAN se impusieron y rechazaron la reforma electoral.
Los votos en contra fueron de los priistas Keren Prot Vázquez, Lenis Pauling Aparicio y Oliver Damas de los Santos,
En el mismo sentido se sumaron la panista Blanca Hilda Cuevas Rosado y Martín Juvenal Patiño así como el edil sin partido Francisco Díaz Juárez, luego de que Nueva Alianza, perdiera su registro y Ángel Raúl Estrada Bernal de Morena, quien se opuso.
El ausente en esa sesión fue el priista Felipe Rodriguez Gallegos, quien no asistió argumentando problemas de salud.
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