/ lunes 1 de febrero de 2021

Reir llorando

Qué lástima que Cantinflas haya muerto. Con experiencia ya probada en el papel, hubiera sido un magnífico coordinador parlamentario en la próxima Cámara de Diputados. A ver: oímos sus discursos que no sólo no envidian, sino que superan a mucho de los hoy que ocupan una curul en el recinto de la Patria.

Los partidos políticos responden a las y los ciudadanos. ¿Querían sociedad civil?, pues ahí tienen.

Carístico y Blue Demon Jr., postulados por el partido de la maestra Elba Esther. Seguro porque son más presentables que ella, aunque ¿quién sabe? Igual y con máscara la docente jalaba en las urnas. Falta de creatividad, caray.

Seguro el enmascarado azul resolverá, pese a su juventud, los duros entuertos legislativos de la nación. Una pena que no se renueve el Senado porque ahí, si vivieran, hubiéramos aprovechado a Karloff Lagarde y al Copetes Guajardo. Vaya: la defensa de Rosario Ibarra hubiera sido aún más heroica que la que hizo Citlalli Hernández y sus cofrades morenos.

Los partidos han entendido bien que cualquier político debe ser medio artista. De ahí Gabriela Goldsmith, Chente Fernández Jr., Alfredo Adame, con todo y sus limitaciones, o Paquita la del Barrio a las boletas. Ese arrastre lleva a politicastros como Samuel García a esmerarse cada día por superar su propio ridículo. Persistente, es. Faltan aún, ojalá lo consideren que aún hay días para cerrar las nominaciones a algunos repentistas de Alvarado, Veracruz, para ponerle picor al debate.

No seamos injustos: la senda de la artisteada politiquera viene de lejos. De la Tigresa, querida de Gustavo Díaz Ordaz, a la primera dama Angélica Rivera o Anahí median sólo unas cuantas décadas, unos contratos bien negociados y algunos millones. Pero se extraña la inclusión en las elecciones de personas que recobren el aura dorada de Sasha Montenegro, desaparecida ya junto con su cuna: el cabaret. Hace mucho que ya no me inmerso en ellos, pero seguro con ganas encontramos a unas teiboleras talentosas. Si no, ¿cómo explicamos al nudista Sergio Mayer o a Zenzayen Escobar a cargo de los destinos educativos de la infancia veracruzana?

¿Querían sociedad civil?, pues ahí está.

Ni chillar. Hay deportistas, donde el PES repite el exitazo de Morelos con Cuauhtémoc Blanco: el Abuelo Cruz y el Bofo Bautista. Adolfo Ríos va a atajar el destino de la capital queretana. Y falta la perla: Kiko por la gubernatura de Querétaro. Sí, el del Chavo del Ocho.

Caray, deberíamos nombrar al Ecoloco asesor de don Manuel Barttlet. Seguro lo moderniza.

En el momento más crítico de la República, los partidos muestran su desprecio hacia un destino común.

Cuando más seriedad, más conocimiento y mayor compromiso con las soluciones urgentes que reclama la sociedad, la nomenklatura partidaria más pedestre nomina a los kakistócratas: los peores al gobierno.

El nivel de debate es tan bajo, tan lamentable, que quizá el mayor ruido por la ausencia de vacunas lo haya colocado Pepillo Origel. Las denuncias periodísticas y científicas serias se pierden en el barullo que arrulla, pero no hace que desaparezca el dolor.

Dolor. Porque mientras los partidos se esmeran en romper el techo de la frivolidad, la gente sufre. Y llora.

Hay un 1 millón 857 mil infectados y 300 mil muertos reales. Más de dos mujeres al día fueron asesinadas el año pasado por ser mujeres. 4 personas fueron ejecutadas cada hora del 2020. Hay 10 millones más de pobres.

No. Son tiempos de seriedad. Llegó el momento de dejar de reír.

Redes:

@fvazquezrig

Qué lástima que Cantinflas haya muerto. Con experiencia ya probada en el papel, hubiera sido un magnífico coordinador parlamentario en la próxima Cámara de Diputados. A ver: oímos sus discursos que no sólo no envidian, sino que superan a mucho de los hoy que ocupan una curul en el recinto de la Patria.

Los partidos políticos responden a las y los ciudadanos. ¿Querían sociedad civil?, pues ahí tienen.

Carístico y Blue Demon Jr., postulados por el partido de la maestra Elba Esther. Seguro porque son más presentables que ella, aunque ¿quién sabe? Igual y con máscara la docente jalaba en las urnas. Falta de creatividad, caray.

Seguro el enmascarado azul resolverá, pese a su juventud, los duros entuertos legislativos de la nación. Una pena que no se renueve el Senado porque ahí, si vivieran, hubiéramos aprovechado a Karloff Lagarde y al Copetes Guajardo. Vaya: la defensa de Rosario Ibarra hubiera sido aún más heroica que la que hizo Citlalli Hernández y sus cofrades morenos.

Los partidos han entendido bien que cualquier político debe ser medio artista. De ahí Gabriela Goldsmith, Chente Fernández Jr., Alfredo Adame, con todo y sus limitaciones, o Paquita la del Barrio a las boletas. Ese arrastre lleva a politicastros como Samuel García a esmerarse cada día por superar su propio ridículo. Persistente, es. Faltan aún, ojalá lo consideren que aún hay días para cerrar las nominaciones a algunos repentistas de Alvarado, Veracruz, para ponerle picor al debate.

No seamos injustos: la senda de la artisteada politiquera viene de lejos. De la Tigresa, querida de Gustavo Díaz Ordaz, a la primera dama Angélica Rivera o Anahí median sólo unas cuantas décadas, unos contratos bien negociados y algunos millones. Pero se extraña la inclusión en las elecciones de personas que recobren el aura dorada de Sasha Montenegro, desaparecida ya junto con su cuna: el cabaret. Hace mucho que ya no me inmerso en ellos, pero seguro con ganas encontramos a unas teiboleras talentosas. Si no, ¿cómo explicamos al nudista Sergio Mayer o a Zenzayen Escobar a cargo de los destinos educativos de la infancia veracruzana?

¿Querían sociedad civil?, pues ahí está.

Ni chillar. Hay deportistas, donde el PES repite el exitazo de Morelos con Cuauhtémoc Blanco: el Abuelo Cruz y el Bofo Bautista. Adolfo Ríos va a atajar el destino de la capital queretana. Y falta la perla: Kiko por la gubernatura de Querétaro. Sí, el del Chavo del Ocho.

Caray, deberíamos nombrar al Ecoloco asesor de don Manuel Barttlet. Seguro lo moderniza.

En el momento más crítico de la República, los partidos muestran su desprecio hacia un destino común.

Cuando más seriedad, más conocimiento y mayor compromiso con las soluciones urgentes que reclama la sociedad, la nomenklatura partidaria más pedestre nomina a los kakistócratas: los peores al gobierno.

El nivel de debate es tan bajo, tan lamentable, que quizá el mayor ruido por la ausencia de vacunas lo haya colocado Pepillo Origel. Las denuncias periodísticas y científicas serias se pierden en el barullo que arrulla, pero no hace que desaparezca el dolor.

Dolor. Porque mientras los partidos se esmeran en romper el techo de la frivolidad, la gente sufre. Y llora.

Hay un 1 millón 857 mil infectados y 300 mil muertos reales. Más de dos mujeres al día fueron asesinadas el año pasado por ser mujeres. 4 personas fueron ejecutadas cada hora del 2020. Hay 10 millones más de pobres.

No. Son tiempos de seriedad. Llegó el momento de dejar de reír.

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@fvazquezrig