/ viernes 16 de octubre de 2020

Responsabilidad compartida

Incumbe a las autoridades docentes facilitar condiciones de aprendizaje cuyas fases sucesivas, centradas en la individualidad del alumno, susciten su interés por aprender merced a sus propios hallazgos y búsquedas. Para ello, en el campo de formación de maestros, lo más significativo es la aceptación de que los maestros necesitan una formación permanente, esto es mejorar su competencia profesional y su actualización para cumplir adecuadamente las óptimas condiciones de aprendizaje que requieren los estudiantes.

El comentario viene al caso por la aseveración de Sergio Dunstan, cuando señala que “las maestras y los maestros son agentes fundamentales del proceso educativo, y, por tanto, se reconoce su contribución social. Tendrán derecho de acceder a un sistema integral de formación, de capacitación y de actualización retroalimentado por evaluaciones diagnósticas (…).” ¿Y en dónde está tal sistema? “La vocación y el profesionalismo de los docentes está puesto al servicio de la educación de sus alumnos con poco o nulo respaldo de las autoridades educativas”. ¿Se cumple la reforma constitucional de 2019?

Para muchos maestros el pasado curso fue un reto, en medio de la pandemia tuvieron que afrontar la enseñanza en línea sin estar preparados. En Educación 3.0 se comenta que: para enseñar en un entorno virtual es necesario contar con la tecnología necesaria, pero también saber utilizarla y disponer de las herramientas adecuadas. En otras palabras, actualizar y capacitar al personal docente para la transformación digital de la enseñanza a través de las diferentes plataformas, programas y recursos en línea.

No es suficiente con dar las clases a través de un ordenador, hay que contar con plataformas, programas y recursos en línea adecuados. Por ejemplo: la adaptación de las clases a la metodología en línea a través de recursos de gestión; adentrarse en las diferentes herramientas y tecnologías con las que impartir las diferentes materias de manera efectiva, así como en saber qué, cómo y cuándo evaluar a los alumnos dentro del ámbito digital; alfabetizar digitalmente en la resignificación de las redes, identificar las experiencias transformadoras del entorno educativo y poder hacer uso crítico y educativo de ellas, además de llevar a cabo el desarrollo de competencias digitales, sociales e interactivas; adquirir los conocimientos básicos para dar clase en formato virtual y saber cuáles son las mejores herramientas con las que seguir y evaluar al alumnado.

También es necesaria la construcción y desarrollo del cambio de paradigma en educación, convirtiendo al alumnado en gestor principal y partícipe activo de su aprendizaje y descubriendo y aprovechando su potencial y talento, además de estimular su creatividad e innovación. Con él se profundizará en las tendencias emergentes de formación, nuevos escenarios y nuevas posibilidades para liderar con herramientas de acompañamiento y de aprendizaje de red y colaborativo.

El reto continúa como lo expresa Heriberto Prieto Zamudio, profesor de bachillerato en la Mixteca Poblana. En relación con las autoridades educativas: “No observan cuáles son los medios adicionales que proporcionarán los docentes para impartir clases a distancia”. ¿El que no lo vea y conozca quiere decir que puede generar conclusiones sin datos o reconocimiento del como hacen su labor los docentes?

En Veracruz algunas educadoras comentaron que la SEV envió un listado sobre oferta de formación continua, con énfasis en habilidades digitales en classroom, sin las orientaciones necesarias, por lo que varias maestras prescinden de esa plataforma. Las autoridades les han apoyado poco y su participación es limitada. No se han preocupado por darles las herramientas necesarias para atender en línea a sus alumnos. Y los docentes para cumplir al cien por ciento con sus actividades deben buscar por cuenta propia los medios y costear con recursos personales sus actividades.

“Está en riesgo toda una generación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes por las falsas promesas o promesas incumplidas derivadas de una cadena de decisiones fallidas que ponen en cuestión el derecho a la educación, colocan la profesión docente en una posición muy delicada y a la imagen docente comprometida socialmente”.

Incumbe a las autoridades docentes facilitar condiciones de aprendizaje cuyas fases sucesivas, centradas en la individualidad del alumno, susciten su interés por aprender merced a sus propios hallazgos y búsquedas. Para ello, en el campo de formación de maestros, lo más significativo es la aceptación de que los maestros necesitan una formación permanente, esto es mejorar su competencia profesional y su actualización para cumplir adecuadamente las óptimas condiciones de aprendizaje que requieren los estudiantes.

El comentario viene al caso por la aseveración de Sergio Dunstan, cuando señala que “las maestras y los maestros son agentes fundamentales del proceso educativo, y, por tanto, se reconoce su contribución social. Tendrán derecho de acceder a un sistema integral de formación, de capacitación y de actualización retroalimentado por evaluaciones diagnósticas (…).” ¿Y en dónde está tal sistema? “La vocación y el profesionalismo de los docentes está puesto al servicio de la educación de sus alumnos con poco o nulo respaldo de las autoridades educativas”. ¿Se cumple la reforma constitucional de 2019?

Para muchos maestros el pasado curso fue un reto, en medio de la pandemia tuvieron que afrontar la enseñanza en línea sin estar preparados. En Educación 3.0 se comenta que: para enseñar en un entorno virtual es necesario contar con la tecnología necesaria, pero también saber utilizarla y disponer de las herramientas adecuadas. En otras palabras, actualizar y capacitar al personal docente para la transformación digital de la enseñanza a través de las diferentes plataformas, programas y recursos en línea.

No es suficiente con dar las clases a través de un ordenador, hay que contar con plataformas, programas y recursos en línea adecuados. Por ejemplo: la adaptación de las clases a la metodología en línea a través de recursos de gestión; adentrarse en las diferentes herramientas y tecnologías con las que impartir las diferentes materias de manera efectiva, así como en saber qué, cómo y cuándo evaluar a los alumnos dentro del ámbito digital; alfabetizar digitalmente en la resignificación de las redes, identificar las experiencias transformadoras del entorno educativo y poder hacer uso crítico y educativo de ellas, además de llevar a cabo el desarrollo de competencias digitales, sociales e interactivas; adquirir los conocimientos básicos para dar clase en formato virtual y saber cuáles son las mejores herramientas con las que seguir y evaluar al alumnado.

También es necesaria la construcción y desarrollo del cambio de paradigma en educación, convirtiendo al alumnado en gestor principal y partícipe activo de su aprendizaje y descubriendo y aprovechando su potencial y talento, además de estimular su creatividad e innovación. Con él se profundizará en las tendencias emergentes de formación, nuevos escenarios y nuevas posibilidades para liderar con herramientas de acompañamiento y de aprendizaje de red y colaborativo.

El reto continúa como lo expresa Heriberto Prieto Zamudio, profesor de bachillerato en la Mixteca Poblana. En relación con las autoridades educativas: “No observan cuáles son los medios adicionales que proporcionarán los docentes para impartir clases a distancia”. ¿El que no lo vea y conozca quiere decir que puede generar conclusiones sin datos o reconocimiento del como hacen su labor los docentes?

En Veracruz algunas educadoras comentaron que la SEV envió un listado sobre oferta de formación continua, con énfasis en habilidades digitales en classroom, sin las orientaciones necesarias, por lo que varias maestras prescinden de esa plataforma. Las autoridades les han apoyado poco y su participación es limitada. No se han preocupado por darles las herramientas necesarias para atender en línea a sus alumnos. Y los docentes para cumplir al cien por ciento con sus actividades deben buscar por cuenta propia los medios y costear con recursos personales sus actividades.

“Está en riesgo toda una generación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes por las falsas promesas o promesas incumplidas derivadas de una cadena de decisiones fallidas que ponen en cuestión el derecho a la educación, colocan la profesión docente en una posición muy delicada y a la imagen docente comprometida socialmente”.