El peligro lo han advertido automovilistas y también comerciantes de la zona; vecinos de las colonias y fraccionamientos aledaños han lanzado la voz de alerta y Diario de Xalapa hace eco a esa preocupación social y se suma a la demanda de que las autoridades de Tránsito tomen cartas en el asunto.
El riesgo está en la carretera que sale de Xalapa hacia Veracruz, a la altura de la congregación Julio Castro, mejor conocida como Las Trancas, donde además del semáforo que ya existía a la altura del módulo de la policía, colocaron otro más abajo, donde está un acceso para quienes vienen en el carril con sentido de Veracruz a Xalapa.
Se trata de un crucero para que quienes desean ingresar a Las Trancas lo usen en lugar de subir al distribuidor vial conocido como el trébol, que para eso fue construido.
Las autoridades viales, en lugar de informar a los conductores que hay un distribuidor y que por su propia seguridad deben usarlo, mandaron a colocar otro semáforo en plena carretera.
El problema, además de lo peligroso que ya resulta el crucero, es que traileros y piperos lo usan para dar la vuelta en “U” y la dimensión de las unidades pesadas los obliga a hacer maniobras, con lo que detienen el tráfico más allá del tiempo que dura el semáforo en rojo.
Esa zona prácticamente está convertida en un área urbana y de tráfico cotidiano para quienes acceden a fraccionamientos y negocios comerciales.
El peligro aumenta porque a esa altura hay una empresa de productos lácteos que ocupa la orilla de la carretera como patio de maniobras e incluso obstruye de manera constante el acotamiento.
A ello se agrega que todos los días unidades, como autobuses del servicio urbano, taxis, camiones de carga y particulares, hacen doble fila para retornar hacia Las Trancas.
El tráfico es intenso por la gran cantidad de vehículos que circulan por ese lugar y también por las irregularidades de empresas asentadas en la zona, aunado a la falta de cultura vial de conductores particulares y del transporte público.
La situación ya ha generado accidentes, como el ocurrido el pasado miércoles 3, cuando un taxi fue impactado por alcance por un autobús de pasajeros.
Pero en cualquier momento puede ocurrir un accidente de fatales consecuencias y si las autoridades optaron por conservar ese peligroso crucero a pesar de que muy cerca está un distribuidor vial, por lo menos deberían aplicar medidas para evitar que pase una tragedia.
Que no les ocurra como está pasando con el tránsito de vehículos pesados y con material peligroso por la avenida Lázaro Cárdenas, donde acaba de registrarse un accidente a la altura de La Araucaria.
No vayan a querer tapar el pozo cuando ya el niño esté ahogado.
El viernes pasado se llevó a cabo, en las instalaciones de la Policía Federal Caminos en el puerto de Veracruz, una reunión de información en la que participaron dicha corporación, la SCT, Tránsito del Estado y los gremios nacionales del transporte pesado Amotac y Canacar. La Policía Federal informó a los transportistas de las detenciones de camiones con carga ilegal como huachicol, droga, y permisos clonados y traslado de ilegales. La SCT se comprometió a reparar tramos carreteros que solicitaron los transportistas, quienes también se quejaron de las anomalías que cometen los propietarios de grúas en el estado, pues muchos prestadores del servicio del arrastre y custodia cobran lo que quieren y dicen que algunos ni permiso tienen. Esto llevó a que el director de Tránsito del Estado, José Antonio Camps Valencia, se diera a la tarea de revisar a las empresas que prestan este servicio para verificar que las concesiones estén en orden.
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