/ domingo 2 de diciembre de 2018

Roces de Morena en el Congreso y en los estados, por falta de cabilderos

Ante los planteamientos y propuestas legislativas de miembros del partido Morena y del PT, como las modificaciones a la legislación bancaria para controlar y reducir el cobro de comisiones de los bancos, que ocasionó la estrepitosa caída de la Bolsa Mexicana de Valores; y el uso de las Afores, en agravio de los trabajadores, urge la presencia del “cabildeo” para evitar el desasosiego de las partes en conflicto de intereses con el fin de impedir que se causen males mayores.

El sector privado, encabezado por el Consejo Coordinador Empresarial, las Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, y demás organismos que representan a inversionistas y dueños del capital privado pusieron el grito en el cielo y tuvo necesidad de salir a los medios el propio presidente Andrés Manuel López Obrador con el fin de aclarar que la postura de su gobierno era ajena a esas iniciativas de ley, y que no estaban en su agenda de trabajo.

Pasados unos días de aquel punto de confrontación entre el sector privado y el líder de los senadores de Morena, apareció la propuesta de miembros del Partido del Trabajo para disponer del fondo de ahorros de los trabajadores, conocido con el nombre de Afores para invertir esos millonarios recursos en proyectos de reivindicación social del nuevo gobierno, dejando en riesgo de perder liquidaciones y retiros de los trabajadores, a quienes pertenecen los fondos que administra el gobierno, para cubrir las liquidaciones, en lugar de las pensiones jubilatorias de los trabajadores.

El cabildeo político no puede quedar a cargo del presidente de la República y de los gobernadores de los estados. Para ejemplo basta observar lo que ocurre en Estados Unidos, Canadá, Australia, Francia y Alemania, donde existe una legislación que regula el cabildeo para evitar conflictos entre las actividades del Poder Legislativo, encargado de hacer las leyes, y los sectores económicos y sociales, que son destinatarios de las leyes aprobadas por el Poder Legislativo.

Lo mismo acontece en las legislaturas de los estados; y después de escuchar el brillante discurso del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, al rendir protesta, seguramente incluirá el “cabildeo oficial” entre la diputación local y las representaciones de grupos y asociaciones a quienes se aplicarán las leyes, que le permitan cumplir sus compromisos al gobernador de Veracruz. Éxito por el bien de Veracruz.



Ante los planteamientos y propuestas legislativas de miembros del partido Morena y del PT, como las modificaciones a la legislación bancaria para controlar y reducir el cobro de comisiones de los bancos, que ocasionó la estrepitosa caída de la Bolsa Mexicana de Valores; y el uso de las Afores, en agravio de los trabajadores, urge la presencia del “cabildeo” para evitar el desasosiego de las partes en conflicto de intereses con el fin de impedir que se causen males mayores.

El sector privado, encabezado por el Consejo Coordinador Empresarial, las Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, y demás organismos que representan a inversionistas y dueños del capital privado pusieron el grito en el cielo y tuvo necesidad de salir a los medios el propio presidente Andrés Manuel López Obrador con el fin de aclarar que la postura de su gobierno era ajena a esas iniciativas de ley, y que no estaban en su agenda de trabajo.

Pasados unos días de aquel punto de confrontación entre el sector privado y el líder de los senadores de Morena, apareció la propuesta de miembros del Partido del Trabajo para disponer del fondo de ahorros de los trabajadores, conocido con el nombre de Afores para invertir esos millonarios recursos en proyectos de reivindicación social del nuevo gobierno, dejando en riesgo de perder liquidaciones y retiros de los trabajadores, a quienes pertenecen los fondos que administra el gobierno, para cubrir las liquidaciones, en lugar de las pensiones jubilatorias de los trabajadores.

El cabildeo político no puede quedar a cargo del presidente de la República y de los gobernadores de los estados. Para ejemplo basta observar lo que ocurre en Estados Unidos, Canadá, Australia, Francia y Alemania, donde existe una legislación que regula el cabildeo para evitar conflictos entre las actividades del Poder Legislativo, encargado de hacer las leyes, y los sectores económicos y sociales, que son destinatarios de las leyes aprobadas por el Poder Legislativo.

Lo mismo acontece en las legislaturas de los estados; y después de escuchar el brillante discurso del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, al rendir protesta, seguramente incluirá el “cabildeo oficial” entre la diputación local y las representaciones de grupos y asociaciones a quienes se aplicarán las leyes, que le permitan cumplir sus compromisos al gobernador de Veracruz. Éxito por el bien de Veracruz.