/ viernes 4 de enero de 2019

Rostro de rosas y alma de espinas

Estas mujeres bonitas, atractivas, son fuertes, dan un rostro lindo, una actitud positiva ante los demás, pero las delatan los ojos nublados humedecidos por las lágrimas, por la amargura oculta dentro de su alma, estas mujeres que se retocan el rostro con maquillajes y lucen deslumbrantes, dibujan una sonrisa, como queriendo ocultar el dolor, vergüenza e impotencia de aquel maltrato que a diario sufren por su victimario.

Nos encontramos con verdaderas historias, que son difíciles de creer, pero hay tantas, de acuerdo con las estadísticas de la unidad de género de la Universidad Veracruzana dice que de cada 10 mujeres seis sufren algún tipo de violencia, “la violencia emocional” que algunos la clasifican como parte de la violencia psicológica en la cual no estoy de acuerdo, puesto que la violencia psicológica es aquella que te deja huellas o fijaciones en tu mente, y la emocional es aquella que te afecta y daña tus emociones, tu alma, tu corazón, la que te destruye por dentro y te baja tu autoestima, elimina y destroza tus sueños y metas, como seres humanos siempre hay puntos débiles, que son los que te mueven y me refiero a los hijos.

Aquellas mujeres que sufren violencia verbal, emocional, amenazas; aquellas que están atrapadas en esa relación que ya no tiene frutos, aquellas donde sólo existen maldiciones, malas palabras como: ¡Eres una puta!, ¡Eres una zorra!, ¡No eres nadie!, ¡Nadie te quiere!, ¡No tienes familia!, Puedo matarte y nadie dirá nada, nadie se dará cuenta, porque tú no existes, donde todo les reprochan; ésta es mi cama, ésta es mi casa, estos son mis hijos, ésta es mi computadora, estos son mi muebles, todo esto es mío, así que no quiero que uses nada mío, ¡lárgate! Por el sólo hecho de no tener una relación sexual que ella, ya no la quiere ni la desea. Son tan cobardes que sólo amenazan a una mujer, jamás lo harán con un hombre.

Aquellas mujeres que les exigen que lleven dinero a casa, aquellas mujeres que les quitan la comida, su propio dinero y les piden hasta que se prostituyan, les reprochan el pan que se llevan a la boca, pues aunque trabajen y aporten las hacen sentir que efectivamente no son nada, y peor aún, porque como ellas ya no quieren más una relación sexual con sus parejas, son maltratadas, castigadas de todas las formas descritas anteriormente. Pero me pregunto ¿Por qué estas mujeres aguantan esto? Si son jóvenes guapas, trabajadoras… así es, las mujeres lo soportan todo porque sus puntos débiles son sus hijos, pero lo peor, porque no tiene adónde ir, este tipejo de hombre les quitó no sólo la libertad de pensar y de elegir, les quitó, amistades, amigos, familia, éstas y cuántas mujeres soportan todo por no tener un sólo “rinconcito para vivir cerca de sus hijos” y no sólo porque no lo puedan pagar, no, porque conocen los procesos legales que llevarán también a sus hijos, porque efectivamente están solas, profundamente solas, no tiene un solo familiar cercano a quién pedir auxilio, no tiene dónde huir con sus pequeños hijos, tan lejos de su tierra que los vio nacer. ¡Están atrapadas! Entre el amor a sus hijos y ese infierno, terminan sacrificando su juventud, belleza y hasta la vida.

Y me pregunto dónde pueden correr este tipo de mujeres que son fuertes y cobardes para ellas mismas, pues quieren evitar un proceso legal para sus hijos y además efectivamente están “solas” con un acosador, abusivo y repugnante tipo, que día con día las lleva al infierno, es muy fácil criticar y hasta juzgar, ¡qué cobardes mujeres! no, no es así, estas mujeres no son cobardes, solo ven la realidad a su alrededor, su entorno y efectivamente no hay nadie que las ayude, pues ellas mismas han cerrado un circulo de protección para sus hijos y prefieren todo antes de quitarles algo que ellas no puedan darle a sus hijos. Y se dan cuenta que a su alrededor sólo hay palabras, promesas, no acciones, la que las hace quedarse atrapadas en ese infierno. Estas mujeres tienen un rostro de rosas con alma de espinas.

lexfemme.12@hotmail.com


Estas mujeres bonitas, atractivas, son fuertes, dan un rostro lindo, una actitud positiva ante los demás, pero las delatan los ojos nublados humedecidos por las lágrimas, por la amargura oculta dentro de su alma, estas mujeres que se retocan el rostro con maquillajes y lucen deslumbrantes, dibujan una sonrisa, como queriendo ocultar el dolor, vergüenza e impotencia de aquel maltrato que a diario sufren por su victimario.

Nos encontramos con verdaderas historias, que son difíciles de creer, pero hay tantas, de acuerdo con las estadísticas de la unidad de género de la Universidad Veracruzana dice que de cada 10 mujeres seis sufren algún tipo de violencia, “la violencia emocional” que algunos la clasifican como parte de la violencia psicológica en la cual no estoy de acuerdo, puesto que la violencia psicológica es aquella que te deja huellas o fijaciones en tu mente, y la emocional es aquella que te afecta y daña tus emociones, tu alma, tu corazón, la que te destruye por dentro y te baja tu autoestima, elimina y destroza tus sueños y metas, como seres humanos siempre hay puntos débiles, que son los que te mueven y me refiero a los hijos.

Aquellas mujeres que sufren violencia verbal, emocional, amenazas; aquellas que están atrapadas en esa relación que ya no tiene frutos, aquellas donde sólo existen maldiciones, malas palabras como: ¡Eres una puta!, ¡Eres una zorra!, ¡No eres nadie!, ¡Nadie te quiere!, ¡No tienes familia!, Puedo matarte y nadie dirá nada, nadie se dará cuenta, porque tú no existes, donde todo les reprochan; ésta es mi cama, ésta es mi casa, estos son mis hijos, ésta es mi computadora, estos son mi muebles, todo esto es mío, así que no quiero que uses nada mío, ¡lárgate! Por el sólo hecho de no tener una relación sexual que ella, ya no la quiere ni la desea. Son tan cobardes que sólo amenazan a una mujer, jamás lo harán con un hombre.

Aquellas mujeres que les exigen que lleven dinero a casa, aquellas mujeres que les quitan la comida, su propio dinero y les piden hasta que se prostituyan, les reprochan el pan que se llevan a la boca, pues aunque trabajen y aporten las hacen sentir que efectivamente no son nada, y peor aún, porque como ellas ya no quieren más una relación sexual con sus parejas, son maltratadas, castigadas de todas las formas descritas anteriormente. Pero me pregunto ¿Por qué estas mujeres aguantan esto? Si son jóvenes guapas, trabajadoras… así es, las mujeres lo soportan todo porque sus puntos débiles son sus hijos, pero lo peor, porque no tiene adónde ir, este tipejo de hombre les quitó no sólo la libertad de pensar y de elegir, les quitó, amistades, amigos, familia, éstas y cuántas mujeres soportan todo por no tener un sólo “rinconcito para vivir cerca de sus hijos” y no sólo porque no lo puedan pagar, no, porque conocen los procesos legales que llevarán también a sus hijos, porque efectivamente están solas, profundamente solas, no tiene un solo familiar cercano a quién pedir auxilio, no tiene dónde huir con sus pequeños hijos, tan lejos de su tierra que los vio nacer. ¡Están atrapadas! Entre el amor a sus hijos y ese infierno, terminan sacrificando su juventud, belleza y hasta la vida.

Y me pregunto dónde pueden correr este tipo de mujeres que son fuertes y cobardes para ellas mismas, pues quieren evitar un proceso legal para sus hijos y además efectivamente están “solas” con un acosador, abusivo y repugnante tipo, que día con día las lleva al infierno, es muy fácil criticar y hasta juzgar, ¡qué cobardes mujeres! no, no es así, estas mujeres no son cobardes, solo ven la realidad a su alrededor, su entorno y efectivamente no hay nadie que las ayude, pues ellas mismas han cerrado un circulo de protección para sus hijos y prefieren todo antes de quitarles algo que ellas no puedan darle a sus hijos. Y se dan cuenta que a su alrededor sólo hay palabras, promesas, no acciones, la que las hace quedarse atrapadas en ese infierno. Estas mujeres tienen un rostro de rosas con alma de espinas.

lexfemme.12@hotmail.com