/ miércoles 7 de julio de 2021

Salud y sociedad, veraneando

El rápido crecimiento de casos de contagio y muertes debido al virus causante del Covid-19 en varias ciudades del estado, es el regreso a una nueva situación sanitaria cercana a la emergencia causada por el relajamiento oficial para hacer cumplir medidas preventivas...

Pero también responsabilidad de un amplio sector de la población confiado en que ya hay muchos vacunados, cuando en realidad son muy pocos, y han han decidido salir a las calles, acuden a restaurantes, centros comerciales y hasta acuden masivamente a los juegos del beisbol. No es así, y tristemente pueden verse ahora las consecuencias. Fuentes oficiales han confirmado la llegada de una nueva ola de la enfermedad que afecta principalmente a jóvenes, aunque poco a poco va permeando en todos los segmentos de edad. Hospitales de la entidad, en mayor proporción en el puerto de Veracruz y Xalapa, han comenzado a saturarse, y eso ha hecho que las autoridades locales de la capital emitan disposiciones para limitar distintas actividades, como reducir al 25 por ciento el aforo en servicios, incluidos bares y lugares de recreación, y del sector turístico; y en un 50 por ciento las consideradas esenciales, una acción responsable que manda el mensaje de que el problema es bastante serio. Otro municipio está en la misma situación, Veracruz, pero la displicencia del alcalde Fernando Yunes Márquez no tiene parangón al no asumir ni siquiera medidas de alerta, y todo por llevarle la contra al gobierno del estado, sin importar los riesgos de propagación y muerte que puede traer la enfermedad. Siguen abiertos sin límites bares, comercios, restaurantes y mercados; y en Boca del Río, que es una extensión del puerto, ha permitido la realización de los juegos del béisbol en el inmueble del Águila de Veracruz en el fraccionamiento Virginia, muchas veces con aforos de tres mil o cuatro mil personas que entran con cubreboca, pero ya en el juego se olvidan de todo, al calor de cervezas o tragos. Lo mismo sucede en el transporte público, autobuses o taxis, con choferes sin utilizar mascarillas y permitiendo a pasajeros en esa misma condición.

De ahí que no sean raros los contagios de ahora, y ojalá vuelvan a verse a personas desesperadas pidiendo atención en hospitales públicos, o consiguiendo medicamentos para esta enfermedad agotados en las farmacias o tratando de conseguir tanques de oxígeno para los enfermos. Muy lamentable la situación.

Ayer, los padres y familiares de niños enfermos de cáncer acudieron a la delegación estatal de la Fiscalía General de la República a presentar una denuncia penal en contra de las autoridades que puedan resultar responsables de la falta de atención médica y el suministro de los medicamentos oncológicos a esos menores, debido a una negligencia que puede ser constitutiva de delitos graves. Está enfocada a funcionarios del sector Salud del estado, a su titular, quien no ha podido dar respuesta a la exigencia de que se cumpla el derecho a la salud que consagra la máxima ley del país.

opedro2006@gmail.com

El rápido crecimiento de casos de contagio y muertes debido al virus causante del Covid-19 en varias ciudades del estado, es el regreso a una nueva situación sanitaria cercana a la emergencia causada por el relajamiento oficial para hacer cumplir medidas preventivas...

Pero también responsabilidad de un amplio sector de la población confiado en que ya hay muchos vacunados, cuando en realidad son muy pocos, y han han decidido salir a las calles, acuden a restaurantes, centros comerciales y hasta acuden masivamente a los juegos del beisbol. No es así, y tristemente pueden verse ahora las consecuencias. Fuentes oficiales han confirmado la llegada de una nueva ola de la enfermedad que afecta principalmente a jóvenes, aunque poco a poco va permeando en todos los segmentos de edad. Hospitales de la entidad, en mayor proporción en el puerto de Veracruz y Xalapa, han comenzado a saturarse, y eso ha hecho que las autoridades locales de la capital emitan disposiciones para limitar distintas actividades, como reducir al 25 por ciento el aforo en servicios, incluidos bares y lugares de recreación, y del sector turístico; y en un 50 por ciento las consideradas esenciales, una acción responsable que manda el mensaje de que el problema es bastante serio. Otro municipio está en la misma situación, Veracruz, pero la displicencia del alcalde Fernando Yunes Márquez no tiene parangón al no asumir ni siquiera medidas de alerta, y todo por llevarle la contra al gobierno del estado, sin importar los riesgos de propagación y muerte que puede traer la enfermedad. Siguen abiertos sin límites bares, comercios, restaurantes y mercados; y en Boca del Río, que es una extensión del puerto, ha permitido la realización de los juegos del béisbol en el inmueble del Águila de Veracruz en el fraccionamiento Virginia, muchas veces con aforos de tres mil o cuatro mil personas que entran con cubreboca, pero ya en el juego se olvidan de todo, al calor de cervezas o tragos. Lo mismo sucede en el transporte público, autobuses o taxis, con choferes sin utilizar mascarillas y permitiendo a pasajeros en esa misma condición.

De ahí que no sean raros los contagios de ahora, y ojalá vuelvan a verse a personas desesperadas pidiendo atención en hospitales públicos, o consiguiendo medicamentos para esta enfermedad agotados en las farmacias o tratando de conseguir tanques de oxígeno para los enfermos. Muy lamentable la situación.

Ayer, los padres y familiares de niños enfermos de cáncer acudieron a la delegación estatal de la Fiscalía General de la República a presentar una denuncia penal en contra de las autoridades que puedan resultar responsables de la falta de atención médica y el suministro de los medicamentos oncológicos a esos menores, debido a una negligencia que puede ser constitutiva de delitos graves. Está enfocada a funcionarios del sector Salud del estado, a su titular, quien no ha podido dar respuesta a la exigencia de que se cumpla el derecho a la salud que consagra la máxima ley del país.

opedro2006@gmail.com