Después de todas las pruebas audiovisuales y fotográficas que circulan en redes sociales de la fiesta privada realizada en la isla Salmedina, organizada por distinguidos miembros de la sociedad porteña, incluyendo la asistencia de una conocida ambientalista del puerto, según se observa en uno de esos materiales, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) quedaría en el más pavoroso ridículo nacional si no aplica una ejemplar sanción a los responsables de atentar contra el medio ambiente, como sucedió en este caso, en una zona que es uno de los más importante santuarios tortugueros del estado y que tardíamente la dependencia ordenó cerrar temporalmente junto con la isla de Enmedio, donde también hay frecuentes incursiones de personas. Habrá que ver si, tras este sonado caso, cesa también el gran negocio de algunos dueños de yates que alquilan sus botes para paseos y ofrecen esos sitios del Area Natural Protegida del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano (PNSAV) como si fuera de su propiedad por cuotas de hasta 20 mil pesos por cuatro horas de estancia y dos mil 500 pesos la hora adicional. ¿A qué multa se hacen acreedores los infractores de la ley ambiental? El director general de Inspección y Vigilancia de Vida Silvestre, Recursos Marinos y Ecosistemas Costeros de la PROFEPA, Joel González, anticipó que oscilan entre dos mil 400 y cuatro millones de pesos, y debe esperarse que no vayan a salir con una vacilada de multa, pues debe enviarse un mensaje muy claro de que se castigará la depredación de los recursos naturales. Lo que pasó en Salmedina es exactamente lo mismo que sucedió en Isla de Sacrificios, donde la gente llegaba, disfrutaba de sus playas y dejaban latas y envases de cervezas y refrescos, bolsas nylon, recipientes desechables y restos de comida que iban a parar al lecho marino, hasta que llegó el momento en que convirtieron ese lugar en una inmundicia y las autoridades debieron retirar toneladas de basura, tomándose la decisión hace más de dos décadas, de cerrarla indefinidamente hasta lograr su recuperación. No hubo ninguna vigilancia, no se tomaron las debidas precauciones para salvaguardar el sano equilibrio ecológico, y esta medida afectó a Veracruz porque ya no puede aprovechar un importante atractivo turístico, y quienes más perdieron, como ahora, son hoteleros, restauranteros y hasta lancheros que vivían de transportar a esos visitantes. Lamentable, pero aún es tiempo de poner remedio. Ojalá.
LA ESPOSA DE AMLO, DE NUEVA CUENTA EN VERACRUZ
La señora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, estará nuevamente en Veracruz mañana sábado para asistir como invitada principal del CXX Aniversario del periódico El Dictamen que se realizará en el Museo Naval de la ciudad y puerto de Veracruz. Hace una semana, la escritora, periodista e investigadora mexicana asistió a una importante reunión en la zona de Boca del Río para tratar el tema del festejo de los 500 años de la fundación del municipio de Veracruz, en la que estuvo presente el gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez, y otros invitados que formarán parte del Comité Organizador, a la que no fue convocado el alcalde del puerto, Fernando Yunes Márquez, lo que generó toda suerte de comentarios como ese de que es inminente su solicitud de licencia para separarse del cargo a partir del primero de enero próximo, lo cual no deja de ser una mera especulación. La señora Gutiérrez Müeller, por lo que se observa, tiene especial interés en Veracruz, y eso es alentador, sobre todo por el legado histórico y patrimonio cultural y artístico que posee este lugar donde se fundó el primer Ayuntamiento de México y América, tan urgido de apoyo, y ella pudiera ser esa mano que necesita la ciudad y puerto para su rescate. Esperemos.
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