Los seguidores del presidente están felices que Andrés Manuel ande de gira por el país, pues así muchos tienen la oportunidad de verlo de cerca.
Esos simpatizantes de AMLO, que vaya que los tiene, defienden su derecho de dejar el confinamiento y visitar los estados y con ese motivo estará el lunes en Xalapa.
Los lopezobradoristas no solo apoyan y defienden a su líder sino que también lo imitan y es ahí donde está el riesgo, porque si él no usa cubrebocas, muchos de sus imitadores tampoco lo hacen.
Si el presidente descalifica a sus adversarios, sus simpatizantes también lo hacen, igual que lo imitan cuando pone adjetivos y cuando dice que no tienen razón para oponerse a su gobierno.
En contadas ocasiones López Obrador ha clarificado sus mensajes al referirse a sus adversarios, la mayoría de las veces los encasilla de manera general como corruptos, fifis y conservadores.
En cada oportunidad que tiene habla de enfrentar a sus adversarios a los que hace ver casi como enemigos y argumenta que tiene que defenderse de ellos y que va a hacerlo.
Todas esas actitudes y expresiones de AMLO las imitan sus simpatizantes, lo que trae como consecuencia la polarización, es decir, la población se divide en dos grupos.
En un lado están los que simpatizan con el presidente, lo apoyan y lo defienden y en el otro, los que no simpatizan con él y que se convierten en sus enemigos. La consecuencia es, por lógica, un país dividido.
Por eso, y de acuerdo con lo expresado por el propio Andrés Manuel, si no estás de acuerdo con la cuarta transformación, estás en contra de ella, o sea que no puede haber un punto medio.
El riesgo es que ese discurso que divide y polariza hace que se divida el país y un país dividido difícilmente puede crecer y desarrollarse.
A lo anterior agréguenle que el presidente ha dejado el confinamiento sin respetar una de las medidas elementales, como el uso del cubreboca y la consecuencia, la estamos viendo, mucha gente lo imita y sale a la calle sin esa protección.
Como ese doble mensaje hay otros, como el hecho de que el gobierno insiste en que la gente se quede en su casa y que salga solo para realizar actividades esenciales.
Pero el presidente no respeta esa disposición de su propio gobierno y anda recorriendo los estados, lo que ya empezaron a imitar muchos de sus seguidores al salir a la calle por el solo hecho de dejar el confinamiento.
Hay quienes incluso argumentan que si el presidente lo hace ellos por qué no. Y van más allá al pensar que seguramente ya ni es necesario estar encerrados en casa.
Andrés Manuel tiene liderazgo y si envía dobles mensajes como lo hace o da discursos de enfrentamiento y descalificaciones sus simpatizantes replican esos mensajes y esa actitud beligerante.
Se acercan los procesos electorales federal y local y seguramente por eso le urgía retomar sus giras, porque sabe el efecto que tienen entre la población.
Y por eso seguramente el lunes pasado con su primera gira marcó el inicio de facto de dichos procesos, aunque de manera legal y formal uno arranque en septiembre y el otro hasta noviembre.
El presidente se ventanea y se promueve, como lo hace al invitar a la gente a que vea la entrevista que le hizo en palacio nacional el periodista y documentalista Epigmenio Ibarra.
La tercera parte se transmitió anoche y de esa manera el Peje marca línea política para que sus seguidores lo sigan imitando en todo.
¡Cuidado! La división no le conviene a nuestro país.
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