/ jueves 17 de septiembre de 2020

Ser y dejar de ser

Ante la nueva realidad global no queda otra más que reinventarse, reagruparse e innovar, dejar de ser lo de antes. Renovándonos como seres humanos y sociedad alcanzaremos un horizonte promisorio en un futuro cercano.

Caminando sobre el asfalto húmedo de mi ciudad, de ayer y ahora, vi llorar el cielo en copiosas gotas que deslavaron ciertos anhelos, ante el horizonte borrascoso se asomaba un rostro que bendecía la tierra. En fuerza, esperanza y anhelo se transformó mi cielo. Alguna chica me sonrió y devolví el gesto, invocando mi ser interno, como fuego latente ante la frialdad de los sentimientos. Al contrastar la pasión de la vida, dejé de ser el témpano viviente al que nada le importa, convirtiéndome en luz y sombra cálida ante los demás seres que rodean mi vida, tu vida, nuestra vida. Y en este sentido inequívoco del transitar por los cambios fluctuantes de nuestra realidad, vamos encontrando el eco sonoro de las ninfas que van saliendo a nuestro encuentro, para abrazarnos, besarnos o sólo consolarnos.

Soy y dejo de ser, y al mismo tiempo transmito mis formas de pensar, como quien juega con la pródiga imaginación, antes que perderse en la sinrazón de los vericuetos de las fieras mentales, sean miedos, inseguridades, deslealtades, ambición, avaricia y otros tantos monstruos muy particulares, de los malentendidos existenciales, pero que contienen una frialdad que pudiese fulminar si te descuidas en tu caminar.

En la actualidad ser y dejar de ser, en muchos sentidos nos ejemplifica a la dialéctica de los cambios, al percibir los rápidos acomodos de una modernidad en ocasiones un tanto insultante. Como integrante del sector magisterial he visto el nuevo esfuerzo de varios docentes al llevar a cabo sus tareas de enseñanza-aprendizaje. Ahora y por un tiempo que aún estará por determinarse, las herramientas de trabajo se basan en los medios electrónicos, siendo indispensable el tener internet, un ordenador o, en su caso, un celular de gama media para solventar la necesidad de tomar clases a distancia. Si bien no es una forma nueva, ya que existía tal modelo en carreras universitarias de corte humanista, fundamentalmente, ahora será una ley acercarse y adaptarse a ellas.

No debemos desmotivarnos, aunque las condiciones de vida sean agrestes y muchas noticias tengan una cauda negativa y hasta terrorífica. Seamos nosotros quienes generemos unidad desde nuestros hogares, trabajos, retos, e incluso en los sentimientos encontrados, donde lo positivo choca contra lo negativo, es ahí el lugar mental para hacer la diferencia a favor nuestro. ¿Quieres ser o dejar de ser? Ambas opciones son favorables cuando se trata de reconvertir la vida y en nuestra fluctuante caracterología emocional y humana. El filósofo alemán Julius Bahnsen estudió el carácter de la gente en la construcción de tipologías y teorías acerca del comportamiento humano.

Por lo tanto, en lo que el mundo se reacomoda ámate, quiérete mucho y adáptate a nuevos estados de conciencia que sean favorables en tu desarrollo cotidiano. No olvides que es aquí y ahora donde se genera el bienestar a partir de la individualidad de cada uno de nosotros.

Ante la nueva realidad global no queda otra más que reinventarse, reagruparse e innovar, dejar de ser lo de antes. Renovándonos como seres humanos y sociedad alcanzaremos un horizonte promisorio en un futuro cercano.

Caminando sobre el asfalto húmedo de mi ciudad, de ayer y ahora, vi llorar el cielo en copiosas gotas que deslavaron ciertos anhelos, ante el horizonte borrascoso se asomaba un rostro que bendecía la tierra. En fuerza, esperanza y anhelo se transformó mi cielo. Alguna chica me sonrió y devolví el gesto, invocando mi ser interno, como fuego latente ante la frialdad de los sentimientos. Al contrastar la pasión de la vida, dejé de ser el témpano viviente al que nada le importa, convirtiéndome en luz y sombra cálida ante los demás seres que rodean mi vida, tu vida, nuestra vida. Y en este sentido inequívoco del transitar por los cambios fluctuantes de nuestra realidad, vamos encontrando el eco sonoro de las ninfas que van saliendo a nuestro encuentro, para abrazarnos, besarnos o sólo consolarnos.

Soy y dejo de ser, y al mismo tiempo transmito mis formas de pensar, como quien juega con la pródiga imaginación, antes que perderse en la sinrazón de los vericuetos de las fieras mentales, sean miedos, inseguridades, deslealtades, ambición, avaricia y otros tantos monstruos muy particulares, de los malentendidos existenciales, pero que contienen una frialdad que pudiese fulminar si te descuidas en tu caminar.

En la actualidad ser y dejar de ser, en muchos sentidos nos ejemplifica a la dialéctica de los cambios, al percibir los rápidos acomodos de una modernidad en ocasiones un tanto insultante. Como integrante del sector magisterial he visto el nuevo esfuerzo de varios docentes al llevar a cabo sus tareas de enseñanza-aprendizaje. Ahora y por un tiempo que aún estará por determinarse, las herramientas de trabajo se basan en los medios electrónicos, siendo indispensable el tener internet, un ordenador o, en su caso, un celular de gama media para solventar la necesidad de tomar clases a distancia. Si bien no es una forma nueva, ya que existía tal modelo en carreras universitarias de corte humanista, fundamentalmente, ahora será una ley acercarse y adaptarse a ellas.

No debemos desmotivarnos, aunque las condiciones de vida sean agrestes y muchas noticias tengan una cauda negativa y hasta terrorífica. Seamos nosotros quienes generemos unidad desde nuestros hogares, trabajos, retos, e incluso en los sentimientos encontrados, donde lo positivo choca contra lo negativo, es ahí el lugar mental para hacer la diferencia a favor nuestro. ¿Quieres ser o dejar de ser? Ambas opciones son favorables cuando se trata de reconvertir la vida y en nuestra fluctuante caracterología emocional y humana. El filósofo alemán Julius Bahnsen estudió el carácter de la gente en la construcción de tipologías y teorías acerca del comportamiento humano.

Por lo tanto, en lo que el mundo se reacomoda ámate, quiérete mucho y adáptate a nuevos estados de conciencia que sean favorables en tu desarrollo cotidiano. No olvides que es aquí y ahora donde se genera el bienestar a partir de la individualidad de cada uno de nosotros.