/ martes 2 de julio de 2019

Siete

EN SEIS MESES... Veracruz es el claro ejemplo de que cada quien ve lo que quiere ver, o más elegante aún, que todo es según el color del cristal con que se mira, dicho lo anterior por la serie de comentarios que hemos escuchado de diversos actores políticos y sociales sobre las siete veces que ha venido al estado de Veracruz el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, en apenas seis meses de la administración estatal de su compañero de partido, Cuitláhuac García Jiménez.

Para muy pocos, unos cuantos, las constantes visitas de López Obrador a Veracruz son una alta distinción, un privilegio, pues ningún otro estado de la república mexicana ha recibido tantas veces al mandatario nacional, quien ha recorrido – como si anduviera aún en campaña- desde el norte hasta el sur y del mar a la montaña del territorio veracruzano, entregando apoyos, anunciando programas y como su homólogo Benito Juárez García en sus tiempos, marcando la pauta de la política nacional desde Veracruz, desde donde ya contestó a Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, quien anda encaprichado con el tema de los migrantes centro y sudamericanos.

La querencia de López Obrador para con el estado de Veracruz, es a decir de muy pocos, muestra del gran cariño que siente por los veracruzanos que se le entregaron en las urnas hace casi un año, para elegirlo presidente de la república.

Sin embargo, la mayoría de los actores políticos y sociales que han compartido su opinión sobre las siete visitas presidenciales a Veracruz, coinciden en dos motivos por los que López Obrador persiste en sus giras por la entidad veracruzana.

Una, por la imperante necesidad política de acuerpar a un gobernador débil, refiriéndose a Cuitláhuac García Jiménez, quien por su carente falta de oficio no ha logrado estabilizar a un estado de Veracruz con altos índices de violencia, que ocupa los primeros lugares nacionales en feminicidios y secuestros.

Un gobernador veracruzano que, a seis meses de gobierno, no tiene discurso político propio.

Un segundo motivo por el que Andrés Manuel López Obrador se mantiene atento a Veracruz, a decir de muchos, es porque aquí, en donde se encuentra la tercera fuerza electoral del país, el yunismo se mantiene vivo y combativo, disparando cañonazos a través de sus corifeos que magnifican los tropiezos del morenismo en general, sin que nadie, absolutamente nadie del gabinete de Cuitláhuac García Jiménez haga algo para al menos defenderse.

Perder el millón 774 mil 915 votos que obtuvo Andrés Manuel López Obrador en el estado de Veracruz el pasado primero de julio, la tercera más alta del país después del Estado de México y la Ciudad de México, sería perder la continuidad de un proyecto político llamado la Cuarta Transformación.

MATALASCALLANDO... Este lunes, un importante número de funcionarios de diversas delegaciones del gobierno federal en el estado de Veracruz, deberán presentar sus respectivas renuncias, junto con sus subalternos, por así haber sido instruidos desde sus oficinas centrales, sin que mediara amplia explicación al respecto.

Ya desde semanas antes, el recorte de los llamados mandos medios de las delegaciones federales en Veracruz alcanzó a muchos jefes de departamento, que en algunos de los casos han sido cesados con el argumento de “pérdida de confianza”.

Estos ajustes se sustentan en las reformas, adiciones y derogación de diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, publicadas en el Diario Oficial de la Federación, el pasado 30 de noviembre.

DÍGALO SIN MIEDO … Comentarios o sugerencias a través del correo electrónico: guadalupehmar@yahoo.com o bien en el Twitter: @guadalupehmar

EN SEIS MESES... Veracruz es el claro ejemplo de que cada quien ve lo que quiere ver, o más elegante aún, que todo es según el color del cristal con que se mira, dicho lo anterior por la serie de comentarios que hemos escuchado de diversos actores políticos y sociales sobre las siete veces que ha venido al estado de Veracruz el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, en apenas seis meses de la administración estatal de su compañero de partido, Cuitláhuac García Jiménez.

Para muy pocos, unos cuantos, las constantes visitas de López Obrador a Veracruz son una alta distinción, un privilegio, pues ningún otro estado de la república mexicana ha recibido tantas veces al mandatario nacional, quien ha recorrido – como si anduviera aún en campaña- desde el norte hasta el sur y del mar a la montaña del territorio veracruzano, entregando apoyos, anunciando programas y como su homólogo Benito Juárez García en sus tiempos, marcando la pauta de la política nacional desde Veracruz, desde donde ya contestó a Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, quien anda encaprichado con el tema de los migrantes centro y sudamericanos.

La querencia de López Obrador para con el estado de Veracruz, es a decir de muy pocos, muestra del gran cariño que siente por los veracruzanos que se le entregaron en las urnas hace casi un año, para elegirlo presidente de la república.

Sin embargo, la mayoría de los actores políticos y sociales que han compartido su opinión sobre las siete visitas presidenciales a Veracruz, coinciden en dos motivos por los que López Obrador persiste en sus giras por la entidad veracruzana.

Una, por la imperante necesidad política de acuerpar a un gobernador débil, refiriéndose a Cuitláhuac García Jiménez, quien por su carente falta de oficio no ha logrado estabilizar a un estado de Veracruz con altos índices de violencia, que ocupa los primeros lugares nacionales en feminicidios y secuestros.

Un gobernador veracruzano que, a seis meses de gobierno, no tiene discurso político propio.

Un segundo motivo por el que Andrés Manuel López Obrador se mantiene atento a Veracruz, a decir de muchos, es porque aquí, en donde se encuentra la tercera fuerza electoral del país, el yunismo se mantiene vivo y combativo, disparando cañonazos a través de sus corifeos que magnifican los tropiezos del morenismo en general, sin que nadie, absolutamente nadie del gabinete de Cuitláhuac García Jiménez haga algo para al menos defenderse.

Perder el millón 774 mil 915 votos que obtuvo Andrés Manuel López Obrador en el estado de Veracruz el pasado primero de julio, la tercera más alta del país después del Estado de México y la Ciudad de México, sería perder la continuidad de un proyecto político llamado la Cuarta Transformación.

MATALASCALLANDO... Este lunes, un importante número de funcionarios de diversas delegaciones del gobierno federal en el estado de Veracruz, deberán presentar sus respectivas renuncias, junto con sus subalternos, por así haber sido instruidos desde sus oficinas centrales, sin que mediara amplia explicación al respecto.

Ya desde semanas antes, el recorte de los llamados mandos medios de las delegaciones federales en Veracruz alcanzó a muchos jefes de departamento, que en algunos de los casos han sido cesados con el argumento de “pérdida de confianza”.

Estos ajustes se sustentan en las reformas, adiciones y derogación de diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, publicadas en el Diario Oficial de la Federación, el pasado 30 de noviembre.

DÍGALO SIN MIEDO … Comentarios o sugerencias a través del correo electrónico: guadalupehmar@yahoo.com o bien en el Twitter: @guadalupehmar

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