/ lunes 20 de septiembre de 2021

Similitud en las transformaciones de México

¿Cuáles son las similitudes de las transformaciones históricas que ha sufrido nuestro país? Una, ser encabezadas por grandes líderes sociales, pero las transformaciones en nuestro país tienen constantes que las hacen tener ese preciso carácter transformador.

Además de los liderazgos que han forjado los cimientos de nuestra patria, encontramos, en las tres primeras, conflictos armados profundos, donde las diferencias han llegado con la aportación de numerosas vidas humanas, circunstancia que no es ajena a los grandes cambios de este calado, partamos de la base que la revolución francesa plantea los principios más básicos de una transformación universal y resulta ser uno de los conflictos bélicos más sangrientos de la historia.

Miguel Hidalgo, aunque si bien es cierto no tenía una intención independentista, sí comienza una empresa, como él lo decía, de la cual no vería el final. Qué decir de la nobleza de Francisco I. Madero, por quien su pensamiento evidenciaba que sus ideales estaban más allá de su propia existencia.

Tal vez quien sí terminó observando el fruto de su lucha armada, intelectual y que represente excepcionalmente la generación dorada del derecho mexicano fue Benito Juárez, quien muere años después de instaurarse las Leyes de Reforma y más allá de eso él establece las bases de toda una nación, que en aquellos años ameritaba decisiones acordes a sus circunstancias.

Esto para no entrar en ánimos maniqueos de juzgar a quienes aportaron ideas, pasiones y su vida a esta patria.

¿Qué ocurre en función de estas transformaciones, en relación con la que vivimos actualmente? Ésta, al igual que sus antecesoras, la mueve un gran amor por México, bajo el entendido de que gobernar necesariamente implica un gesto de amor, como lo tuvieron los próceres que consolidaron las tres primeras. ¿Quién puede negar los principios y valores de Hidalgo?, que lo hacían tener una gran aceptación con sus feligreses, o Morelos que siguiendo sus pasos, le otorga orden y fondo al movimiento, estableciendo con claridad la idea de independencia.

Y así podemos encontrar similitudes elementales en estas tres luchas, que ahora vemos reflejadas en esta Cuarta Transformación, incluso las circunstancias que vivimos son consecuencia de la lucha continua por un concepto muy claro de país, que generación tras generación ha estado en debate bélico o político.

Sin embargo, querido lector, detengámonos en algo que no observamos en esta Cuarta Transformación, y me refiero al papel de contrapeso que necesita aportar toda oposición, la circunstancias de quienes representan un bloque contrario al gobierno son más que adversas para ellos mismos, no así en las tres primeras cuyos intereses representaban circunstancialmente una causa para ellos e incluso en algunos casos las diferencias abonaron a un mejor país. Hablemos desde el punto de vista ideológico con la redacción de las primeras constituciones o incluso los primeros esbozos de un gobierno organizado, que decir de las propias diferencias que resultaron auténticos conceptos progresistas en la Constitución de 1917, donde para su época el documento representaba de avanzada, moderno y progresista gracias a las diferencias, nacidas de una lucha si fraternal pero que contenían oposición con contenido y con causa.

Hoy no. Es probable que Andrés Manuel López Obrador vea o no el final de esta transformación, porque esto es un proceso, 82 años de malos gobiernos no pueden revertirse en dos años y nueve meses de gobierno, máxime cuando se antecede a los sexenios más llenos de corrupción y violencia, pero el vacío que representa en si es históricamente preocupante, porque incluso la oposición tiene el derecho natural a aportar algo, pero en estos tiempos no aporta absolutamente nada; no solo está moralmente derrotada, está deprimida, está auto-inhibida, carente de liderazgos, pero más aún, carente de fondo, de ideas y ya no digamos de principios o valores, pues la constante en ellos es solo la mentira, la doble moral y la denostación.

El gobierno de la Cuarta Transformación cumple, va avanzando, el proceso sigue siento exitoso, el pueblo, al ser sabio, es paciente, porque la paciencia es una virtud de sabios, las elecciones así lo reflejan, la aceptación del Presidente así lo confirma, pero si alguien queda a deber y al paso del tiempo no será recordada como en otras épocas, es una oposición vacía, ineficaz y que no abona nada a México, por una sencilla razón, no la mueve el amor, y sin él no hay causa.

(*) Diputado federal. Morena

¿Cuáles son las similitudes de las transformaciones históricas que ha sufrido nuestro país? Una, ser encabezadas por grandes líderes sociales, pero las transformaciones en nuestro país tienen constantes que las hacen tener ese preciso carácter transformador.

Además de los liderazgos que han forjado los cimientos de nuestra patria, encontramos, en las tres primeras, conflictos armados profundos, donde las diferencias han llegado con la aportación de numerosas vidas humanas, circunstancia que no es ajena a los grandes cambios de este calado, partamos de la base que la revolución francesa plantea los principios más básicos de una transformación universal y resulta ser uno de los conflictos bélicos más sangrientos de la historia.

Miguel Hidalgo, aunque si bien es cierto no tenía una intención independentista, sí comienza una empresa, como él lo decía, de la cual no vería el final. Qué decir de la nobleza de Francisco I. Madero, por quien su pensamiento evidenciaba que sus ideales estaban más allá de su propia existencia.

Tal vez quien sí terminó observando el fruto de su lucha armada, intelectual y que represente excepcionalmente la generación dorada del derecho mexicano fue Benito Juárez, quien muere años después de instaurarse las Leyes de Reforma y más allá de eso él establece las bases de toda una nación, que en aquellos años ameritaba decisiones acordes a sus circunstancias.

Esto para no entrar en ánimos maniqueos de juzgar a quienes aportaron ideas, pasiones y su vida a esta patria.

¿Qué ocurre en función de estas transformaciones, en relación con la que vivimos actualmente? Ésta, al igual que sus antecesoras, la mueve un gran amor por México, bajo el entendido de que gobernar necesariamente implica un gesto de amor, como lo tuvieron los próceres que consolidaron las tres primeras. ¿Quién puede negar los principios y valores de Hidalgo?, que lo hacían tener una gran aceptación con sus feligreses, o Morelos que siguiendo sus pasos, le otorga orden y fondo al movimiento, estableciendo con claridad la idea de independencia.

Y así podemos encontrar similitudes elementales en estas tres luchas, que ahora vemos reflejadas en esta Cuarta Transformación, incluso las circunstancias que vivimos son consecuencia de la lucha continua por un concepto muy claro de país, que generación tras generación ha estado en debate bélico o político.

Sin embargo, querido lector, detengámonos en algo que no observamos en esta Cuarta Transformación, y me refiero al papel de contrapeso que necesita aportar toda oposición, la circunstancias de quienes representan un bloque contrario al gobierno son más que adversas para ellos mismos, no así en las tres primeras cuyos intereses representaban circunstancialmente una causa para ellos e incluso en algunos casos las diferencias abonaron a un mejor país. Hablemos desde el punto de vista ideológico con la redacción de las primeras constituciones o incluso los primeros esbozos de un gobierno organizado, que decir de las propias diferencias que resultaron auténticos conceptos progresistas en la Constitución de 1917, donde para su época el documento representaba de avanzada, moderno y progresista gracias a las diferencias, nacidas de una lucha si fraternal pero que contenían oposición con contenido y con causa.

Hoy no. Es probable que Andrés Manuel López Obrador vea o no el final de esta transformación, porque esto es un proceso, 82 años de malos gobiernos no pueden revertirse en dos años y nueve meses de gobierno, máxime cuando se antecede a los sexenios más llenos de corrupción y violencia, pero el vacío que representa en si es históricamente preocupante, porque incluso la oposición tiene el derecho natural a aportar algo, pero en estos tiempos no aporta absolutamente nada; no solo está moralmente derrotada, está deprimida, está auto-inhibida, carente de liderazgos, pero más aún, carente de fondo, de ideas y ya no digamos de principios o valores, pues la constante en ellos es solo la mentira, la doble moral y la denostación.

El gobierno de la Cuarta Transformación cumple, va avanzando, el proceso sigue siento exitoso, el pueblo, al ser sabio, es paciente, porque la paciencia es una virtud de sabios, las elecciones así lo reflejan, la aceptación del Presidente así lo confirma, pero si alguien queda a deber y al paso del tiempo no será recordada como en otras épocas, es una oposición vacía, ineficaz y que no abona nada a México, por una sencilla razón, no la mueve el amor, y sin él no hay causa.

(*) Diputado federal. Morena