/ lunes 22 de febrero de 2021

Sin gas

Lo que vivió gran parte del país en días pasados, los apagones, no es una coyuntura: es un presagio. Viene la oscuridad. Y ésta se da, justamente, porque le dieron a la economía un apagón.

Es posible, como afirma la CFE, que los apagones en medio país hayan sido producto de una nevada intensa en Texas, pero es posible que no. ¿Pudo ser un recordatorio de Estados Unidos? Quizá.

El gobierno de Morena ha estado jugando a cambiar las reglas del juego en el tema energético. Canceló rondas petroleras. Descabezó organismos autónomos. Va a prohibir la participación privada en electricidad.

Ya el año pasado gobiernos europeos y norteamericanos lanzaron un extrañamiento por esa incertidumbre. Ahora, fortuito o intencional, se subraya nuestra dependencia.

México importa el 85% del gas que consume. La mayoría de Estados Unidos, hasta hace poco, a un precio bajísimo. Pero el precio se ha disparado 800%, dice la CFE.

Las exportaciones de gas de EU se están diversificando al resto del mundo, lo que hará que el precio suba.

El nacionalismo de Morena no ha revertido la situación. Al contrario, la ha agravado: el país produce 25% menos gas que hace un lustro. Las importaciones de EU han crecido 28% en estos dos años.

No es que Pemex no tenga gas. Tiene, pero lo quema o, peor, lo arroja a la atmósfera.

El gobierno se ha negado a entrar de lleno en el ciclo nuevo de la economía, signado por la producción masiva de energías verdes, la investigación y la innovación tecnológica.

El problema de fondo es que un país sin energía no puede crecer, ni generar empleo ni desarrollo. La apuesta ha sido a las energías fósiles, que es pretender ganar poniendo las fichas a la vuelta de los dinosaurios. La falta de confianza, la ausencia de políticas públicas y una visión obsoleta volvieron a hacer que la economía cayera 4.4% en enero.

Por eso los apagones son un síntoma. La enfermedad es otra. La ignorancia, la ideología, la dictadura del dogma nos desconectaron del mundo. Estamos a oscuras. Sin gas.

@fvazquezrig

Lo que vivió gran parte del país en días pasados, los apagones, no es una coyuntura: es un presagio. Viene la oscuridad. Y ésta se da, justamente, porque le dieron a la economía un apagón.

Es posible, como afirma la CFE, que los apagones en medio país hayan sido producto de una nevada intensa en Texas, pero es posible que no. ¿Pudo ser un recordatorio de Estados Unidos? Quizá.

El gobierno de Morena ha estado jugando a cambiar las reglas del juego en el tema energético. Canceló rondas petroleras. Descabezó organismos autónomos. Va a prohibir la participación privada en electricidad.

Ya el año pasado gobiernos europeos y norteamericanos lanzaron un extrañamiento por esa incertidumbre. Ahora, fortuito o intencional, se subraya nuestra dependencia.

México importa el 85% del gas que consume. La mayoría de Estados Unidos, hasta hace poco, a un precio bajísimo. Pero el precio se ha disparado 800%, dice la CFE.

Las exportaciones de gas de EU se están diversificando al resto del mundo, lo que hará que el precio suba.

El nacionalismo de Morena no ha revertido la situación. Al contrario, la ha agravado: el país produce 25% menos gas que hace un lustro. Las importaciones de EU han crecido 28% en estos dos años.

No es que Pemex no tenga gas. Tiene, pero lo quema o, peor, lo arroja a la atmósfera.

El gobierno se ha negado a entrar de lleno en el ciclo nuevo de la economía, signado por la producción masiva de energías verdes, la investigación y la innovación tecnológica.

El problema de fondo es que un país sin energía no puede crecer, ni generar empleo ni desarrollo. La apuesta ha sido a las energías fósiles, que es pretender ganar poniendo las fichas a la vuelta de los dinosaurios. La falta de confianza, la ausencia de políticas públicas y una visión obsoleta volvieron a hacer que la economía cayera 4.4% en enero.

Por eso los apagones son un síntoma. La enfermedad es otra. La ignorancia, la ideología, la dictadura del dogma nos desconectaron del mundo. Estamos a oscuras. Sin gas.

@fvazquezrig