/ jueves 18 de octubre de 2018

Sólo las grandes empresas son tareas de grandes hombres.

El titular de la SCT, Gerardo Ruíz Esparza, afirma que cancelar el NAIM cuesta más de cien mil millones de pesos, equivalentes aproximadamente al presupuesto de un año, asignado al Gobierno del Estado de Veracruz; y por ello, lo recomendable es continuar con esa magna obra de ingeniería aeronáutica. La preocupación del responsable del famoso “socavón”, radica en los resultados que pueda tener la consulta ciudadana convocada por AMLO, para que el pueblo decida lo conducente.

Y es que si el presidente electo decide gobernar obedeciendo al pueblo, seguramente habrá una inmensa mayoría de votación ciudadana en contra de la construcción del NAIM, toda vez que cada persona se preocupa más por lo que más le afecta; y existiendo un sinnúmero de faltantes como atención a la salud, educación, alimentación, vivienda y empleo, qué importancia puede tener para los 50 millones de mexicanos pobres, que la capital del país cuente con un moderno servicio aéreo, para conectar a México con el mundo, si un 99% de los pobres y de los extremadamente pobres, jamás utilizarán un servicio aéreo.

Por otro lado, se ve difícil o imposible, que hasta donde se conoce la formación ideológica del presidente electo y su proyecto en favor de los pobres, le permitan en un ejercicio de libertad de conciencia, autorizar la aplicación de recursos públicos al NAIM, que finalmente será propiedad de los ricos de México, y ellos mismos serán quienes los exploten para su beneficio personal y familiar. Ya se han publicitado ampliamente, los personajes con nombre y apellido, que hasta la fecha han invertido una parte de sus recursos en esa magna obra y que a su vez, serán quienes cosechen abundantemente la siembra de recursos en cantidades mínimas, en comparación con las fortunas acumuladas con la complicidad de pasados gobiernos.

Los príncipes, decía Maquiavelo, deben cumplir sus promesas. Y en el caso de AMLO, ya son varias promesas de campaña, que por lo que se ve no podrá cumplir; la primera y más importante de todas, es el famoso “perdón y olvido” acompañado de una amnistía, que le obligaría a liberar a cientos de presidiarios internos en las cárceles mexicanas; la segunda promesa incumplida es la de bajar el precio de las gasolinas, por las razones que ahora esgriman, pero que en su momento así lo prometió el electo y la tercera en importancia es la de las becas para los ninis que otro día comentaremos, por falta de espacio.


El titular de la SCT, Gerardo Ruíz Esparza, afirma que cancelar el NAIM cuesta más de cien mil millones de pesos, equivalentes aproximadamente al presupuesto de un año, asignado al Gobierno del Estado de Veracruz; y por ello, lo recomendable es continuar con esa magna obra de ingeniería aeronáutica. La preocupación del responsable del famoso “socavón”, radica en los resultados que pueda tener la consulta ciudadana convocada por AMLO, para que el pueblo decida lo conducente.

Y es que si el presidente electo decide gobernar obedeciendo al pueblo, seguramente habrá una inmensa mayoría de votación ciudadana en contra de la construcción del NAIM, toda vez que cada persona se preocupa más por lo que más le afecta; y existiendo un sinnúmero de faltantes como atención a la salud, educación, alimentación, vivienda y empleo, qué importancia puede tener para los 50 millones de mexicanos pobres, que la capital del país cuente con un moderno servicio aéreo, para conectar a México con el mundo, si un 99% de los pobres y de los extremadamente pobres, jamás utilizarán un servicio aéreo.

Por otro lado, se ve difícil o imposible, que hasta donde se conoce la formación ideológica del presidente electo y su proyecto en favor de los pobres, le permitan en un ejercicio de libertad de conciencia, autorizar la aplicación de recursos públicos al NAIM, que finalmente será propiedad de los ricos de México, y ellos mismos serán quienes los exploten para su beneficio personal y familiar. Ya se han publicitado ampliamente, los personajes con nombre y apellido, que hasta la fecha han invertido una parte de sus recursos en esa magna obra y que a su vez, serán quienes cosechen abundantemente la siembra de recursos en cantidades mínimas, en comparación con las fortunas acumuladas con la complicidad de pasados gobiernos.

Los príncipes, decía Maquiavelo, deben cumplir sus promesas. Y en el caso de AMLO, ya son varias promesas de campaña, que por lo que se ve no podrá cumplir; la primera y más importante de todas, es el famoso “perdón y olvido” acompañado de una amnistía, que le obligaría a liberar a cientos de presidiarios internos en las cárceles mexicanas; la segunda promesa incumplida es la de bajar el precio de las gasolinas, por las razones que ahora esgriman, pero que en su momento así lo prometió el electo y la tercera en importancia es la de las becas para los ninis que otro día comentaremos, por falta de espacio.