/ martes 11 de febrero de 2020

SSP aprieta a corporaciones municipales

Este lunes la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno de Veracruz asumió el control de la vigilancia policiaca en el municipio de Xico, muy próximo a la capital del estado.

De forma reciente, el fin de semana pasado, un elemento de la corporación municipal fue capturado por su presunta participación en el asalto a una tienda del lugar.

El señalado, al parecer, prestaba sus servicios en la policía preventiva y en sus días francos, en sus ratos de ocio, se dedicaba a delinquir.

Pues bien, debido a ese hecho, la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno de Veracruz determinó hacerse cargo de la vigilancia en ese pueblo mágico, de acuerdo con lo que declaró el regidor Eduardo Pozos Pérez al portal de noticias Al calor político.

La dependencia responsable de la seguridad y la prevención del delito en la entidad determinó reforzar la vigilancia, en tanto los elementos de la corporación municipal presentan los exámenes de control de confianza y son capacitados en la academia de policía.

No es la primera vez que ocurre algo así en la entidad; en diciembre pasado, la policía estatal asumió el control de la seguridad en el municipio de Paso del Macho.

A mediados de diciembre de 2019, el Gobierno del Estado informó que “los elementos municipales fueron concentrados en la ciudad de Xalapa, a fin de llevar a cabo el proceso de evaluación y control de confianza”.

La determinación se produjo luego del crimen del ex alcalde Rafael Pacheco Molina, asesinado a balazos a unos pasos de la Presidencia Municipal.

En total, durante 2019 la Secretaría de Seguridad Pública a cargo de Hugo Gutiérrez Maldonado asumió el control de la vigilancia en 15 municipios veracruzanos, Acultzingo, Alvarado, Camerino Z. Mendoza, Coxquihui, Ixhuatlán del Sureste, Ixtaczoquitlán, Pueblo Viejo, Río Blanco, Maltrata, Tlalixcoyan, Sayula de Alemán, Texistepec, Naranjal, Mixtla de Altamirado y Paso del Macho, que era el caso más reciente, hasta que surgió Xico.

En el caso de Xico, los elementos están bajo la lupa por la presunta participación de uno de ellos en actividades delincuenciales. Esa misma medida, nos dicen, podría implementarse en otros municipios de la zona, como Teocelo y Coatepec.

Recordemos que desde 2013, la policía municipal de Coatepec estuvo en la mira al trascender que algunos elementos estuvieron involucrados en actividades ilícitas.

En abril de ese año, el entonces vocero de la SSP, Ernesto Haroldo González Quiroz, reveló que 10 elementos de la corporación municipal fueron detenidos; llevaban droga y confesaron pertenecer a un grupo delincuencial.

Lo ocurrido en Xico este lunes no es un caso aislado de un policía involucrado en actos ilícitos, sino un eslabón más de una larga cadena de complicidades, que pone en evidencia que los exámenes de control de confianza simplemente no funcionan o no se aplican.

Lo destacable es la disposición de la instancia estatal por asumir la responsabilidad de la seguridad en municipios que representan un foco rojo por las complicidades entre el crimen y las corporaciones locales.

Este lunes la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno de Veracruz asumió el control de la vigilancia policiaca en el municipio de Xico, muy próximo a la capital del estado.

De forma reciente, el fin de semana pasado, un elemento de la corporación municipal fue capturado por su presunta participación en el asalto a una tienda del lugar.

El señalado, al parecer, prestaba sus servicios en la policía preventiva y en sus días francos, en sus ratos de ocio, se dedicaba a delinquir.

Pues bien, debido a ese hecho, la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno de Veracruz determinó hacerse cargo de la vigilancia en ese pueblo mágico, de acuerdo con lo que declaró el regidor Eduardo Pozos Pérez al portal de noticias Al calor político.

La dependencia responsable de la seguridad y la prevención del delito en la entidad determinó reforzar la vigilancia, en tanto los elementos de la corporación municipal presentan los exámenes de control de confianza y son capacitados en la academia de policía.

No es la primera vez que ocurre algo así en la entidad; en diciembre pasado, la policía estatal asumió el control de la seguridad en el municipio de Paso del Macho.

A mediados de diciembre de 2019, el Gobierno del Estado informó que “los elementos municipales fueron concentrados en la ciudad de Xalapa, a fin de llevar a cabo el proceso de evaluación y control de confianza”.

La determinación se produjo luego del crimen del ex alcalde Rafael Pacheco Molina, asesinado a balazos a unos pasos de la Presidencia Municipal.

En total, durante 2019 la Secretaría de Seguridad Pública a cargo de Hugo Gutiérrez Maldonado asumió el control de la vigilancia en 15 municipios veracruzanos, Acultzingo, Alvarado, Camerino Z. Mendoza, Coxquihui, Ixhuatlán del Sureste, Ixtaczoquitlán, Pueblo Viejo, Río Blanco, Maltrata, Tlalixcoyan, Sayula de Alemán, Texistepec, Naranjal, Mixtla de Altamirado y Paso del Macho, que era el caso más reciente, hasta que surgió Xico.

En el caso de Xico, los elementos están bajo la lupa por la presunta participación de uno de ellos en actividades delincuenciales. Esa misma medida, nos dicen, podría implementarse en otros municipios de la zona, como Teocelo y Coatepec.

Recordemos que desde 2013, la policía municipal de Coatepec estuvo en la mira al trascender que algunos elementos estuvieron involucrados en actividades ilícitas.

En abril de ese año, el entonces vocero de la SSP, Ernesto Haroldo González Quiroz, reveló que 10 elementos de la corporación municipal fueron detenidos; llevaban droga y confesaron pertenecer a un grupo delincuencial.

Lo ocurrido en Xico este lunes no es un caso aislado de un policía involucrado en actos ilícitos, sino un eslabón más de una larga cadena de complicidades, que pone en evidencia que los exámenes de control de confianza simplemente no funcionan o no se aplican.

Lo destacable es la disposición de la instancia estatal por asumir la responsabilidad de la seguridad en municipios que representan un foco rojo por las complicidades entre el crimen y las corporaciones locales.