¿Se había imaginado llegar al extremo de cargarle sólo dos litros de gasolina a su auto?
¿Algún taxista había pensado en detener un rato su unidad en alguna calle o avenida para evitar el gasto de gasolina?
Pues esas y otras vicisitudes pasan todos los días trabajadores del volante y automovilistas particulares ante la severa crisis económica que agobia a la población en general.
Muchas familias que acostumbraban moverse en varios vehículos, en algunos casos uno para cada miembro, ante el encarecimiento del combustible han optado por utilizar uno y se coordinan para trasladarse.
A otras que cuentan únicamente con un auto les resulta prácticamente imposible llenar el tanque.
El integrante de la Unión Nacional de Gasolineros, Eugenio Rojí López, de la región de Orizaba, hizo el cálculo de que hasta 40% de la población que usa auto ha dejado de llenar sus tanques de gasolina en los últimos seis meses del año en esa zona centro del estado.
Esa reducción en la venta la explica el empresario en los constantes aumentos al energético y advierte que de seguir encareciendo, la estadística también podría continuar en aumento.
Ese 40% hace pequeñas cargas que van de los 30 a los 50 pesos, lo equivalente a unos dos litros de gasolina aproximadamente, es decir, lo necesario para recorrer hasta 30 kilómetros en un día.
Lo que quiere decir que la gente usa la gasolina básicamente para trasladarse a sus centros laborales, llevar a los hijos a la escuela, acudir al supermercado y retornar a sus hogares. Claro, siempre y cuando el vehículo esté en buenas condiciones.
Este comportamiento de los consumidores empezó a darse hace unos dos o tres años, pues antes llenar el tanque era más accesible para la economía familiar. Y en opinión del mismo gasolinero, la escala de precios de los energéticos no tiene para cuándo terminar.
En Xalapa es común ver a los taxistas estacionados por largos periodos de tiempo en paradas de autobuses, en accesos a plazas comerciales y en otros puntos. Se quejan de la falta de trabajo y de lo caro de la gasolina.
Algunos comentan que prefieren parar la unidad que andar circulando por la ciudad, porque no llevan pasajeros y sí consumen combustible.
Los transportistas no son los únicos afectados por la crisis, pero su situación es el reflejo de cómo están afectados los demás sectores.
Comentan que el exregidor Omar Miranda se hizo el harakiri, pues formó parte del cabildo en la administración municipal que acaba de calificar como una de las peores.
Y no sólo eso, la propia exalcaldesa Elízabeth Morales lo calificó como misógino, pues prácticamente se sintió atacada. El actual dirigente interino del PAN y la actual delegada del Issste compartieron la administración municipal en Xalapa, donde fue el regidor octavo y atestiguó el trabajo que se realizó en ese tiempo.
Además le tocó aprobar los estados financieros de cada mes en el trienio 2010-2013, periodo en el que hubo inversión en obras, por eso es que Elízabeth, política de cepa, le reviró al dirigente albiazul y respondió que sí trabajo por la capital, hizo gestiones, realizó obra y administró con eficiencia los recursos.
Lo que es innegable es que se veían las cuadrillas permanentes de bacheo y las de parques y jardines arreglando las avenidas y la basura se recogía todos los días.
Fue al criticar al actual gobierno municipal del que dijo que ni siquiera ha llegado a dibujar su propio plan municipal de desarrollo, cuando hizo el comparativo con el de Elízabeth.
Según el presidente interino del Comité Ejecutivo Estatal del PAN, la administración municipal no cuenta con ningún programa de mantenimiento de la ciudad y las soluciones que se aplican no son rápidas ni fluidas. Eso dice el exregidor.
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