/ lunes 25 de mayo de 2020

¿Subregistro de muertes?

A las 22:30 horas del pasado jueves 21 el corpulento hombre de 56 años de edad, Ramón X, fue ingresado al área de urgencias del hospital privado en el puerto de Veracruz, con antecedentes de presentar problemas de salud desde hacía tres a cuatro días.

Los síntomas de tos seca y dificultad para respirar eran dos de tres indicadores de probable contagio de Covid-19. Los médicos observaron la gravedad del paciente e inmediatamente le suministraron oxígeno, pero la situación empeoró durante las próximas dos horas y tuvieron que intubarlo.

A las 3 de la madrugada del viernes, cuatro horas después de su ingreso, el enfermo falleció y sus familiares fueron notificados de inmediato con la petición de entregar por la mañana la documentación necesaria para extender el acta de defunción y solicitar un servicio funerario.

En las primeras horas fueron cubiertos todos los requisitos de identidad del finado y los médicos informaron que, en virtud de la enfermedad, no habría ecceso a ningún familiar para ver el cadáver y éste tenía que ser enviado directamente a cremación, por estricto protocolo sanitario.

Entregaron el certificado del deceso, y para sorpresa de los familiares la anotación del motivo de su muerte fue ‘neumonía atípica’. Esa es la realidad de lo que está pasando en hospitales privados y en el sector Salud. Desde luego, debe considerarse el hecho de que los resultados no se obtienen de inmediato en las pruebas aplicadas de casos sospechosos de coronavirus, positivos o negativos, y la confirmación es posterior, que puede ser diez días o incluso dos semanas, lo que también exhibe insuficiencias y deficiencias del sector Salud. ¿Cuántos casos de SARS-CoV-2 están subregistrándose como ‘neumonía atípica’ y no permite conocer la real magnitud del contagios y muertes por esta causa? No se sabe, pero considerando el inmenso subregistro, las cifras podrían ser altas, muy altas. Provoca escalonfríos escuchar el testimonio de los propios médicos que atienden diariamente a pacientes en solamente un hospital: de diez a 15 casos para ser atendidos con síntomatología del Covid-19, mientras en el resto de los hospitales públicos, en la más grande zona poblacional del estado, están prácticamente colapsados por el elevado número de personas que llegan a solicitar atención médica por esta misma causa.

El fin de semana en Boca del Río, fue habilitado el Centro de Raqueta del Instituto Veracruzano del Deporte (IVD) como Centro de Atención Médica Expandida (CAME-C19) para recibir a enfermos por Covid, al que fue enviado un grupo de médicos cubanos, precisamente por la necesidad de tener más espacios disponibles. La pandemia está muy lejos de ir disminuyendo, por el contrario, escala de manera inquietante en la zona de Veracruz y en otras demarcaciones del sur donde ha faltado una firme postura de las autoridades sanitarias, estatales y municipales, para ejercer un efectivo control de la movilidad de personas en vías y lugares públicos donde siguen presentándose aglomeraciones, las que al paso de los días resultan en nuevas estadísticas de este mortal virus cuando se asocia con alguna enfermedad crónica-degenerativa o por baja en el sistema inmunológico de las personas afectadas.

Por fortuna, apenas el sábado el gobernador Cuitláhuac García Jiménez dio a conocer que en todo el estado, con apoyo de los alcaldes, será obligatorio el uso de cubrebocas en la vía pública (que deberían incluir apercibimientos, multas y hasta otro tipo de sanciones a todos los infractores), a lo que se agregan medidas sanitarias, también de carácter obligitario, para los concesionarios del servicio público de transporte de limitar al 50% el número de pasajeros en cada una de las unidades. Han sido disposiciones tardías, pero aún pueden contribuir un poco a evitar un mayor número de enfermos y muertes. Mi sentido pésame a los familiares de mi cuñado Ramón, a sus amigos, y a todos los que han perdido a sus familiares por esta misma circunstancia.

Por favor, cuídense.

opedro2006@gmail.com

A las 22:30 horas del pasado jueves 21 el corpulento hombre de 56 años de edad, Ramón X, fue ingresado al área de urgencias del hospital privado en el puerto de Veracruz, con antecedentes de presentar problemas de salud desde hacía tres a cuatro días.

Los síntomas de tos seca y dificultad para respirar eran dos de tres indicadores de probable contagio de Covid-19. Los médicos observaron la gravedad del paciente e inmediatamente le suministraron oxígeno, pero la situación empeoró durante las próximas dos horas y tuvieron que intubarlo.

A las 3 de la madrugada del viernes, cuatro horas después de su ingreso, el enfermo falleció y sus familiares fueron notificados de inmediato con la petición de entregar por la mañana la documentación necesaria para extender el acta de defunción y solicitar un servicio funerario.

En las primeras horas fueron cubiertos todos los requisitos de identidad del finado y los médicos informaron que, en virtud de la enfermedad, no habría ecceso a ningún familiar para ver el cadáver y éste tenía que ser enviado directamente a cremación, por estricto protocolo sanitario.

Entregaron el certificado del deceso, y para sorpresa de los familiares la anotación del motivo de su muerte fue ‘neumonía atípica’. Esa es la realidad de lo que está pasando en hospitales privados y en el sector Salud. Desde luego, debe considerarse el hecho de que los resultados no se obtienen de inmediato en las pruebas aplicadas de casos sospechosos de coronavirus, positivos o negativos, y la confirmación es posterior, que puede ser diez días o incluso dos semanas, lo que también exhibe insuficiencias y deficiencias del sector Salud. ¿Cuántos casos de SARS-CoV-2 están subregistrándose como ‘neumonía atípica’ y no permite conocer la real magnitud del contagios y muertes por esta causa? No se sabe, pero considerando el inmenso subregistro, las cifras podrían ser altas, muy altas. Provoca escalonfríos escuchar el testimonio de los propios médicos que atienden diariamente a pacientes en solamente un hospital: de diez a 15 casos para ser atendidos con síntomatología del Covid-19, mientras en el resto de los hospitales públicos, en la más grande zona poblacional del estado, están prácticamente colapsados por el elevado número de personas que llegan a solicitar atención médica por esta misma causa.

El fin de semana en Boca del Río, fue habilitado el Centro de Raqueta del Instituto Veracruzano del Deporte (IVD) como Centro de Atención Médica Expandida (CAME-C19) para recibir a enfermos por Covid, al que fue enviado un grupo de médicos cubanos, precisamente por la necesidad de tener más espacios disponibles. La pandemia está muy lejos de ir disminuyendo, por el contrario, escala de manera inquietante en la zona de Veracruz y en otras demarcaciones del sur donde ha faltado una firme postura de las autoridades sanitarias, estatales y municipales, para ejercer un efectivo control de la movilidad de personas en vías y lugares públicos donde siguen presentándose aglomeraciones, las que al paso de los días resultan en nuevas estadísticas de este mortal virus cuando se asocia con alguna enfermedad crónica-degenerativa o por baja en el sistema inmunológico de las personas afectadas.

Por fortuna, apenas el sábado el gobernador Cuitláhuac García Jiménez dio a conocer que en todo el estado, con apoyo de los alcaldes, será obligatorio el uso de cubrebocas en la vía pública (que deberían incluir apercibimientos, multas y hasta otro tipo de sanciones a todos los infractores), a lo que se agregan medidas sanitarias, también de carácter obligitario, para los concesionarios del servicio público de transporte de limitar al 50% el número de pasajeros en cada una de las unidades. Han sido disposiciones tardías, pero aún pueden contribuir un poco a evitar un mayor número de enfermos y muertes. Mi sentido pésame a los familiares de mi cuñado Ramón, a sus amigos, y a todos los que han perdido a sus familiares por esta misma circunstancia.

Por favor, cuídense.

opedro2006@gmail.com