/ miércoles 13 de junio de 2018

Tercer debate y “la caballada flaca” nunca engordó

La vigencia de algunos políticos en México depende de los actos trascendentes que puedan ocurrir durante su gestión.

En el ejercicio de la política y particularmente en todas las campañas políticas y sobre todo en entidades como la nuestra, de tradición campirana, por sus tierras agrícolas, que alguna vez pretendió convertir en “el granero de la nación” el exgobernador Acosta Lagunes, se estilan las cabalgatas encabezadas por las autoridades en funciones y por los candidatos.

Candidatos y candidatas lucen sus mejores galas de la charrería y montan hermosos corceles que nos hacen recordar la época de la Revolución Mexicana y las históricas cabalgatas de Emiliano Zapata en el sur y Francisco Villa en el norte, pero a diferencia de aquellas luchas revolucionarias, las cabalgatas de hoy son parte de la promoción del voto para llegar a los encumbrados puestos políticos.

El exgobernador de Guerrero (1975-1981), don Rubén Figueroa Figueroa, quien estudió la carrera de ingeniero y por el año de su nacimiento (1908), en los inicios de la Revolución Mexicana, se formó como un hombre bragado, fue secuestrado durante su campaña a gobernador por la guerrilla encabezada por Lucio Cabañas. La campaña se hizo sin candidato y ganó don Rubén Figueroa abanderado por el PRI que presidía el último ideólogo de la Revolución, don Jesús Reyes Heroles.

Rubén Figueroa nació en Huitzuco, Guerrero, y de ahí el apodo del Tigre de Huitzuco; antes de ser gobernador, fue senador y diputado federal representando a su estado y desempeñó otros cargos como el de vocal ejecutivo de la Comisión del Río Balsas. De su liberación, se dijo que se pagó un fuerte rescate al grupo guerrillero de Lucio Cabañas, que formaba parte del Partido de los Pobres; otros dicen que don Rubén fue liberado por el Ejército Mexicano y que el operativo exitoso estuvo a cargo del general Arturo Acosta Chaparro.

Cabe mencionar que el guerrillero Lucio Cabañas estudió en la Escuela Normal Superior de Ayotzinapa, Guerrero, y que después de la liberación de Figueroa nunca más se volvió a saber nada del insigne guerrerense. Don Rubén Figueroa falleció a los 82 años de edad en la CDMX y fue famoso porque acuñó la frase “La caballada está flaca”, refiriéndose a los aspirantes presidenciales que como hoy después del tercer debate presidencial, seguro que el Tigre de Huitzuco haría la misma declaración, agregando que “la caballada no sólo está flaca, sino famélica”.

La vigencia de algunos políticos en México depende de los actos trascendentes que puedan ocurrir durante su gestión.

En el ejercicio de la política y particularmente en todas las campañas políticas y sobre todo en entidades como la nuestra, de tradición campirana, por sus tierras agrícolas, que alguna vez pretendió convertir en “el granero de la nación” el exgobernador Acosta Lagunes, se estilan las cabalgatas encabezadas por las autoridades en funciones y por los candidatos.

Candidatos y candidatas lucen sus mejores galas de la charrería y montan hermosos corceles que nos hacen recordar la época de la Revolución Mexicana y las históricas cabalgatas de Emiliano Zapata en el sur y Francisco Villa en el norte, pero a diferencia de aquellas luchas revolucionarias, las cabalgatas de hoy son parte de la promoción del voto para llegar a los encumbrados puestos políticos.

El exgobernador de Guerrero (1975-1981), don Rubén Figueroa Figueroa, quien estudió la carrera de ingeniero y por el año de su nacimiento (1908), en los inicios de la Revolución Mexicana, se formó como un hombre bragado, fue secuestrado durante su campaña a gobernador por la guerrilla encabezada por Lucio Cabañas. La campaña se hizo sin candidato y ganó don Rubén Figueroa abanderado por el PRI que presidía el último ideólogo de la Revolución, don Jesús Reyes Heroles.

Rubén Figueroa nació en Huitzuco, Guerrero, y de ahí el apodo del Tigre de Huitzuco; antes de ser gobernador, fue senador y diputado federal representando a su estado y desempeñó otros cargos como el de vocal ejecutivo de la Comisión del Río Balsas. De su liberación, se dijo que se pagó un fuerte rescate al grupo guerrillero de Lucio Cabañas, que formaba parte del Partido de los Pobres; otros dicen que don Rubén fue liberado por el Ejército Mexicano y que el operativo exitoso estuvo a cargo del general Arturo Acosta Chaparro.

Cabe mencionar que el guerrillero Lucio Cabañas estudió en la Escuela Normal Superior de Ayotzinapa, Guerrero, y que después de la liberación de Figueroa nunca más se volvió a saber nada del insigne guerrerense. Don Rubén Figueroa falleció a los 82 años de edad en la CDMX y fue famoso porque acuñó la frase “La caballada está flaca”, refiriéndose a los aspirantes presidenciales que como hoy después del tercer debate presidencial, seguro que el Tigre de Huitzuco haría la misma declaración, agregando que “la caballada no sólo está flaca, sino famélica”.