/ viernes 23 de noviembre de 2018

Thomas Sankara, el Che Guevara africano

Thomas Sankara, originario de Alto Volta, en África, colonia francesa hasta 1960, en que se le da su “independencia”, su bandera, su himno y su escudo y se declara “independiente”. Por supuesto bajo la tutoría y la explotación del país colonial. Las primeras intenciones juveniles de Sankara es hacerse sacerdote, lo que cambia para integrar un grupo musical que gana cierta fama y aceptación del público. Ingresa al ejército, los golpes de Estado se suceden con suma facilidad. En el gobierno de Saye Servo (¿?), es nombrado secretario para Ia Información, a los pocos meses renuncia por diferencias con el gobierno que prohíbe las huelga y los sindicatos. “¡Malditos sean quienes callan al pueblo”, dijo en su renuncia pública por la televisión.

En el ejército organiza una agrupación de oficiales comunistas y con el apoyo de Libia da un golpe de Estado en mayo de 1983 con su amigo y compañero Blaise Campaore, (que cuatro años más tarde lo asesina junto con 15 oficiales). Establecen un Consejo Nacional Revolucionario en ese país, el más pobre del continente. En 1984 le cambia de nombre a la república de Alto Volta por el de Burkina Faso (tierra de hombres íntegros e incorruptibles). Centró su lucha contra la corrupción, por la educación, por la salud, por la defensa de los derechos a la mujer (incorporando varias mujeres a su gobierno y al ejército), luchó contra la ablación femenina, condenó la poligamia. Redujo los salarios de todos los funcionarios de su gobierno, él ganaba 450 dólares al mes (su patrimonio: su casa, un coche, cuatro bicicletas y una guitarra eléctrica); cambió los Mercedes Benz de los funcionarios por el Renol-5 sin choferes. Rechazó la ayuda externa, alegando que “quien te alimenta, te controla”. Repartió la tierra de los grandes terratenientes y en tres años, Burkina Faso consiguió la autosuficiencia alimentaria.

Vale la pena reproducir su discurso pronunciado en la Cumbre de los Jefes de Estados Africanos de Addis Abeba en julio de 1987, sobre la deuda, donde anuncia su muerte ejecutada tres meses después por los colonialistas franceses en complicidad con traidores nacionales: “… Me gustaría que esta conferencia declarara que no podemos pagar la deuda, no con un espíritu belicista, sino para evitar ser asesinados individualmente. Si Burkina Faso (BF) es la única en negarse a pagar la deuda, yo no estaré en la próxima conferencia. Por el contrario, con el apoyo de todos, viviremos todos. Cuando decimos que no debemos pagar la deuda no estamos negando nuestra responsabilidad o incumpliendo nuestra palabra. No tenemos los mismos principios morales que los acreedores. Entre ricos y pobres no puede haber la misma moral. La Biblia y el Corán no puede servir para aquellos que explotan a la gente, deberíamos tener dos ediciones de la Biblia y dos del Corán.

“Hermanos, unidos podemos tener la paz en casa, podemos usar todo nuestro potencial de África para desarrollar África, porque nuestra tierra es rica. Tenemos suficiente potencial humano y un gran mercado y capacidad intelectual suficiente para crear o al menos aprender la ciencia y la tecnología donde pueda ser aprendida. Señor Presidente: presentemos un frente común contra la deuda aquí en Addis Abeba. Que esta conferencia decida limitar la guerra armamentista entre países pobres y débiles, los mazos y los cuchillos que compramos son inútiles.

“Aseguremos que el mercado africano pertenezca a los africanos, produzcamos y consumamos en África. Consumamos lo que necesitamos y consumamos lo que producimos, en lugar de importar bienes. Burkina Faso ha venido aquí a mostrarles nuestro algodón producido Burkina F., tejido, en B.F. Y cosido en B.F. para vestir nuestra gente. Nuestra vestimenta, ésta que traemos, cosida por nuestros sastres, producida por nuestros granjeros. No hay un solo hilo que venga de Europa o América. Estoy diciendo que debemos aceptar vivir de manera africana, es la única manera de vivir en libertad y con dignidad. Gracias señor Presidente. ¡¡Patria o muerte, venceremos!!”.

Cuatro meses después (1987) es asesinado por el gobierno colonialista francés de F. Mitterrand. Ejemplo de dignidad, soberanía y patriotismo para los países sometidos a la férula del imperialismo y del mercado mundial.


Thomas Sankara, originario de Alto Volta, en África, colonia francesa hasta 1960, en que se le da su “independencia”, su bandera, su himno y su escudo y se declara “independiente”. Por supuesto bajo la tutoría y la explotación del país colonial. Las primeras intenciones juveniles de Sankara es hacerse sacerdote, lo que cambia para integrar un grupo musical que gana cierta fama y aceptación del público. Ingresa al ejército, los golpes de Estado se suceden con suma facilidad. En el gobierno de Saye Servo (¿?), es nombrado secretario para Ia Información, a los pocos meses renuncia por diferencias con el gobierno que prohíbe las huelga y los sindicatos. “¡Malditos sean quienes callan al pueblo”, dijo en su renuncia pública por la televisión.

En el ejército organiza una agrupación de oficiales comunistas y con el apoyo de Libia da un golpe de Estado en mayo de 1983 con su amigo y compañero Blaise Campaore, (que cuatro años más tarde lo asesina junto con 15 oficiales). Establecen un Consejo Nacional Revolucionario en ese país, el más pobre del continente. En 1984 le cambia de nombre a la república de Alto Volta por el de Burkina Faso (tierra de hombres íntegros e incorruptibles). Centró su lucha contra la corrupción, por la educación, por la salud, por la defensa de los derechos a la mujer (incorporando varias mujeres a su gobierno y al ejército), luchó contra la ablación femenina, condenó la poligamia. Redujo los salarios de todos los funcionarios de su gobierno, él ganaba 450 dólares al mes (su patrimonio: su casa, un coche, cuatro bicicletas y una guitarra eléctrica); cambió los Mercedes Benz de los funcionarios por el Renol-5 sin choferes. Rechazó la ayuda externa, alegando que “quien te alimenta, te controla”. Repartió la tierra de los grandes terratenientes y en tres años, Burkina Faso consiguió la autosuficiencia alimentaria.

Vale la pena reproducir su discurso pronunciado en la Cumbre de los Jefes de Estados Africanos de Addis Abeba en julio de 1987, sobre la deuda, donde anuncia su muerte ejecutada tres meses después por los colonialistas franceses en complicidad con traidores nacionales: “… Me gustaría que esta conferencia declarara que no podemos pagar la deuda, no con un espíritu belicista, sino para evitar ser asesinados individualmente. Si Burkina Faso (BF) es la única en negarse a pagar la deuda, yo no estaré en la próxima conferencia. Por el contrario, con el apoyo de todos, viviremos todos. Cuando decimos que no debemos pagar la deuda no estamos negando nuestra responsabilidad o incumpliendo nuestra palabra. No tenemos los mismos principios morales que los acreedores. Entre ricos y pobres no puede haber la misma moral. La Biblia y el Corán no puede servir para aquellos que explotan a la gente, deberíamos tener dos ediciones de la Biblia y dos del Corán.

“Hermanos, unidos podemos tener la paz en casa, podemos usar todo nuestro potencial de África para desarrollar África, porque nuestra tierra es rica. Tenemos suficiente potencial humano y un gran mercado y capacidad intelectual suficiente para crear o al menos aprender la ciencia y la tecnología donde pueda ser aprendida. Señor Presidente: presentemos un frente común contra la deuda aquí en Addis Abeba. Que esta conferencia decida limitar la guerra armamentista entre países pobres y débiles, los mazos y los cuchillos que compramos son inútiles.

“Aseguremos que el mercado africano pertenezca a los africanos, produzcamos y consumamos en África. Consumamos lo que necesitamos y consumamos lo que producimos, en lugar de importar bienes. Burkina Faso ha venido aquí a mostrarles nuestro algodón producido Burkina F., tejido, en B.F. Y cosido en B.F. para vestir nuestra gente. Nuestra vestimenta, ésta que traemos, cosida por nuestros sastres, producida por nuestros granjeros. No hay un solo hilo que venga de Europa o América. Estoy diciendo que debemos aceptar vivir de manera africana, es la única manera de vivir en libertad y con dignidad. Gracias señor Presidente. ¡¡Patria o muerte, venceremos!!”.

Cuatro meses después (1987) es asesinado por el gobierno colonialista francés de F. Mitterrand. Ejemplo de dignidad, soberanía y patriotismo para los países sometidos a la férula del imperialismo y del mercado mundial.