/ viernes 27 de mayo de 2022

Tiempo y espacio en México

El futuro de los ciudadanos mexicanos es un compromiso de las actuales administraciones federales, locales, municipales; ello implica una definición de su posición, y el deseo de enfrentar responsabilidades y la decisión de “nadar” en la vasta corriente de la política nacional e internacional. Es preciso entre otros cumplir con los derechos y las obligaciones contraídas con los gobernados, anticiparse a los escenarios que se deban confrontar.

Bernardo García, investigador de El Colegio de México en Tiempo y Espacio en México. Las últimas décadas del siglo XXI, señala que, en la última proyección moderna de población de 2006, el Consejo Nacional de Población advierte que no se alcanzó la meta del 1% en el ritmo de decrecimiento demográfico para el año 2000, sin embargo, el censo sirvió como guía para la política demográfica en los últimos años de siglo XX. A partir de esas proyecciones ha sido posible analizar los principales cambios sociodemográficos futuros entre los años 2000 y 2050, en cuanto al número y estructura de la población mexicana, relacionando dichos cambios con los requerimientos de orden social en materia de educación, salud, empleo y vivienda. Como dato adicional, en 2000, México ocupaba la posición del decimoprimer país más poblado del mundo. La población aumentaba al ritmo de casi un millón de personas anualmente.

Hacia finales de los setenta, el número promedio de hijos por mujer era de 7. En el año 2008 se estimó que la población total había caído al nivel de reemplazo de 2.1 hijos por mujer. Pero el descenso de la fecundidad no ha sido homogéneo para todos los grupos sociales. Es diferencial según la escolaridad y el lugar de residencia. Es común observar que a mayor escolaridad es menor el número promedio de hijos por mujer. En realidad, la caída de la fecundidad fue más rápida entre las mujeres con más bajos niveles educativos que entre las de mayor escolaridad. Con esto, se empieza a reducir la brecha en los niveles de fecundidad por estrato económico. La victoria parcial sobre la muerte es un avance reciente. La esperanza de vida al nacer aumentó 59 años en 1960 y para 2005 a 74.6 años. Las mujeres son el sexo más fuerte desde el punto de vista de la esperanza de vida.

El autor comenta que, en los próximos años, la disminución de la fecundidad tendrá importantes repercusiones en la estructura por edades. Se presentará una disminución de la población en edad preescolar y escolar y un aumento porcentual de la población en edad activa y avanzada. En 2050 la población con edades avanzadas se habrá multiplicado por 6. Los efectos de la disminución serían los siguientes: La población en edad escolar y preescolar pasará de 33.6 millones en 2000 a 20.5 millones en 2050. Uno de los problemas de las próximas décadas será el empleo. A partir del primer cuarto del siglo hasta 2050 este problema se irá reduciendo lentamente.

“La regulación de la tasa de crecimiento no ha sido suficiente para adecuar los procesos demográficos con los del desarrollo socioeconómico que requiere el país. Urge regular los movimientos migratorios y la disminución del crecimiento demográfico harán posible que se reduzca la población en las zonas metropolitanas. Es imperativo que los servicios de salud, educación y planificación familiar sean extendidos de manera que se ejercite un principio humano fundamental: el derecho de las personas a decidir sobre su procreación”. “Se prevé que, en el año 2050, la tasa de crecimiento demográfico ya será negativa y el país podría ir hacia su extinción poblacional. La esperanza de vida aumentará hasta los 81.9 años. Precisamente por la mayor longevidad y porque a edades avanzadas se presentan más padecimientos y carencias de recursos, habrá más mujeres pobres y enfermas, lo cual para ellas resulta en una doble discriminación”.

Dado que la población en edad escolar va a disminuir, se necesitará un número menor de docentes. La matrícula de secundaria empezó a descender en el decenio de 2010 y en 2020. El personal médico crecerá con la misma intensidad que la población total. El número de enfermeras deberá aumentar en más de 50% en los próximos 15 años. Se estima que para 2050 la cifra de personas de edades avanzadas que presentará impedimentos físicos se multiplicará por cinco. En unas cuantas décadas pasamos de ser un país con una población joven, a ser un país con una población envejecida.

La tasa de crecimiento económico ha sido baja si se compara con el desempeño de México en etapas anteriores y con el de otras economías emergentes. Aunque ha habido progreso en la reducción de la pobreza y la desigualdad los niveles muestran poco avance. Queda mucho por hacer. Es importante impulsar el crecimiento de la productividad y el empleo en los sectores de alta productividad. En 2022 la población sin empleo es de 1, 7 millones. La tasa de desocupación en los hombres de3.1% y en las mujeres de 2,8%. La educación a pesar de los avances registrados en cobertura en todos los niveles, especialmente primaria, hay aún rezagos importantes respecto al de otros países: infraestructura, equipamiento, internet, equipos de cómputo. “En los próximos años el sector salud enfrentará una población que además de haber envejecido, presentará grandes índices de enfermos crónicos que demandarán tratamientos costosos y prolongados que pondrán a prueba al gobierno para disminuir el rezago en salud pública”. De seguir así, continuaremos teniendo dos México. Esto significa que en el curso de medio siglo se deberá construir otro país.

El futuro de los ciudadanos mexicanos es un compromiso de las actuales administraciones federales, locales, municipales; ello implica una definición de su posición, y el deseo de enfrentar responsabilidades y la decisión de “nadar” en la vasta corriente de la política nacional e internacional. Es preciso entre otros cumplir con los derechos y las obligaciones contraídas con los gobernados, anticiparse a los escenarios que se deban confrontar.

Bernardo García, investigador de El Colegio de México en Tiempo y Espacio en México. Las últimas décadas del siglo XXI, señala que, en la última proyección moderna de población de 2006, el Consejo Nacional de Población advierte que no se alcanzó la meta del 1% en el ritmo de decrecimiento demográfico para el año 2000, sin embargo, el censo sirvió como guía para la política demográfica en los últimos años de siglo XX. A partir de esas proyecciones ha sido posible analizar los principales cambios sociodemográficos futuros entre los años 2000 y 2050, en cuanto al número y estructura de la población mexicana, relacionando dichos cambios con los requerimientos de orden social en materia de educación, salud, empleo y vivienda. Como dato adicional, en 2000, México ocupaba la posición del decimoprimer país más poblado del mundo. La población aumentaba al ritmo de casi un millón de personas anualmente.

Hacia finales de los setenta, el número promedio de hijos por mujer era de 7. En el año 2008 se estimó que la población total había caído al nivel de reemplazo de 2.1 hijos por mujer. Pero el descenso de la fecundidad no ha sido homogéneo para todos los grupos sociales. Es diferencial según la escolaridad y el lugar de residencia. Es común observar que a mayor escolaridad es menor el número promedio de hijos por mujer. En realidad, la caída de la fecundidad fue más rápida entre las mujeres con más bajos niveles educativos que entre las de mayor escolaridad. Con esto, se empieza a reducir la brecha en los niveles de fecundidad por estrato económico. La victoria parcial sobre la muerte es un avance reciente. La esperanza de vida al nacer aumentó 59 años en 1960 y para 2005 a 74.6 años. Las mujeres son el sexo más fuerte desde el punto de vista de la esperanza de vida.

El autor comenta que, en los próximos años, la disminución de la fecundidad tendrá importantes repercusiones en la estructura por edades. Se presentará una disminución de la población en edad preescolar y escolar y un aumento porcentual de la población en edad activa y avanzada. En 2050 la población con edades avanzadas se habrá multiplicado por 6. Los efectos de la disminución serían los siguientes: La población en edad escolar y preescolar pasará de 33.6 millones en 2000 a 20.5 millones en 2050. Uno de los problemas de las próximas décadas será el empleo. A partir del primer cuarto del siglo hasta 2050 este problema se irá reduciendo lentamente.

“La regulación de la tasa de crecimiento no ha sido suficiente para adecuar los procesos demográficos con los del desarrollo socioeconómico que requiere el país. Urge regular los movimientos migratorios y la disminución del crecimiento demográfico harán posible que se reduzca la población en las zonas metropolitanas. Es imperativo que los servicios de salud, educación y planificación familiar sean extendidos de manera que se ejercite un principio humano fundamental: el derecho de las personas a decidir sobre su procreación”. “Se prevé que, en el año 2050, la tasa de crecimiento demográfico ya será negativa y el país podría ir hacia su extinción poblacional. La esperanza de vida aumentará hasta los 81.9 años. Precisamente por la mayor longevidad y porque a edades avanzadas se presentan más padecimientos y carencias de recursos, habrá más mujeres pobres y enfermas, lo cual para ellas resulta en una doble discriminación”.

Dado que la población en edad escolar va a disminuir, se necesitará un número menor de docentes. La matrícula de secundaria empezó a descender en el decenio de 2010 y en 2020. El personal médico crecerá con la misma intensidad que la población total. El número de enfermeras deberá aumentar en más de 50% en los próximos 15 años. Se estima que para 2050 la cifra de personas de edades avanzadas que presentará impedimentos físicos se multiplicará por cinco. En unas cuantas décadas pasamos de ser un país con una población joven, a ser un país con una población envejecida.

La tasa de crecimiento económico ha sido baja si se compara con el desempeño de México en etapas anteriores y con el de otras economías emergentes. Aunque ha habido progreso en la reducción de la pobreza y la desigualdad los niveles muestran poco avance. Queda mucho por hacer. Es importante impulsar el crecimiento de la productividad y el empleo en los sectores de alta productividad. En 2022 la población sin empleo es de 1, 7 millones. La tasa de desocupación en los hombres de3.1% y en las mujeres de 2,8%. La educación a pesar de los avances registrados en cobertura en todos los niveles, especialmente primaria, hay aún rezagos importantes respecto al de otros países: infraestructura, equipamiento, internet, equipos de cómputo. “En los próximos años el sector salud enfrentará una población que además de haber envejecido, presentará grandes índices de enfermos crónicos que demandarán tratamientos costosos y prolongados que pondrán a prueba al gobierno para disminuir el rezago en salud pública”. De seguir así, continuaremos teniendo dos México. Esto significa que en el curso de medio siglo se deberá construir otro país.