/ domingo 25 de febrero de 2018

Tragicomedia por candidaturas: los que no saben perder

Los últimos jaloneos por las candidaturas están muy fuertes. Independientemente de que aún pueden realizarse ajustes a las que van por el voto directo, la pelea está por las plurinominales.

En Veracruz PAN y PRD han definido las de representación proporcional, el primero sin sorpresas al colocar en el primer lugar de su lista a su coordinador en la Legislatura, Sergio Hernández, quien además intentará triunfar en uno de los dos distritos de Xalapa, los que de antemano se cree que los ganará Morena, con quien haya postulado.

El PRD tampoco sorprendió. Es fiel a lo que lo identifica en Veracruz y en otros lados. Manda en primer lugar de la lista plurinominal a alguien con un pasado tan oscuro y negativo que sólo porque va por el Sol Azteca el asunto se queda en risa.

Pero no debería ser de risa el caso. ¿Qué culpa tienen los veracruzanos de que en el PRD así sean y vayamos a tener, porque así lo decide un partido, a un diputado como el exalcalde de Catemaco, Sergio Cadena?

¡Sea por Dios y venga más!, diría A. Puente Rosado.

Cuando llega la etapa de repartir candidaturas —ningún partido ejerce la democracia en eso, ninguno elige realmente por el voto interno, cuando más simulan— entonces es momento que los militantes que se creen con derechos presionen.

Y en eso de las presiones vemos de todo. Desde airados reclamos, amagos de irse a otra organización, desbandadas y berrinches con pataleos y lloriqueos.

Se tornan difíciles las decisiones para las cúpulas y cada quien resuelve esto como puede. López Obrador aplica el método de la tómbola, para que así sea la suerte la que determine y no resienta protestas.

Es toda una tragicomedia esto de repartir y exigir candidaturas, en la que los actores participantes muestran descarnadamente los variantes matices de la naturaleza humana.

La semana pasada, en entrevista que tuvo con funcionarios de Organización Editorial Mexicana y directores de periódicos que conforman a la OEM, el candidato presidencial del PRI-PVEM-Panal, José Antonio Meade, a pregunta directa en el foro, se refirió al caso de un expriista (30 años de militancia) amigo suyo, Antonio Astiazarán, político nativo de Guaymas, quien por el PRI ha sido dos veces diputado federal, alcalde de su tierra y funcionario de la Sedesol, de 2003 a la actualidad.

Meade, en síntesis, hizo referencia a una historia: había amigos que se reunían y jugaban dominó. Uno de ellos gana y dice que las reglas están bien. Vuelven a jugar, gana y repite que las reglas están bien. Juegan otra vez, gana y las reglas siguen estando bien. Una vez más juegan, pierde y entonces se enoja y dice que las reglas están mal.

Conclusión: No hay que tener amigos que no saben respetar las reglas.

(Esta semana la reunión en OEM es con el candidato del PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya. Ahí les platico después lo que haya más allá de la entrevista. Meade confirmó sencillez y muy amplios conocimientos sobre la administración pública).

El país, de cabeza. Por el caso sucedido este sábado enfrente del presidente Enrique Peña Nieto, de que por error de unos soldados la Bandera fue izada de cabeza, nos llegó este comentario:

“A finales de los 80 trabajaba en Astilleros Unidos de Veracruz y en la entrega a Pemex de un buque tanque de 45,000 TPM (toneladas de peso muerto), 188 metros de eslora, construido totalmente en Auver, en la ceremonia de bautizo, se izó la Bandera, en el asta del buque, en posición de cabeza, estando presente el presidente Miguel de la Madrid.

“En esa ocasión tampoco hicieron por corregir en el momento. No existían las redes sociales, tampoco fue nota local, creo que muchos de los presentes ni lo notaron”.

Por lo del sábado hay burlas y los más disparatados comentarios. Creo que, como en los 80, esto sólo fue un error y los militares involucrados deben estar pagando con un arresto.

Lo de la Bandera de cabeza es lo de menos. Lo más es que el país es el que está de cabeza.



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Los últimos jaloneos por las candidaturas están muy fuertes. Independientemente de que aún pueden realizarse ajustes a las que van por el voto directo, la pelea está por las plurinominales.

En Veracruz PAN y PRD han definido las de representación proporcional, el primero sin sorpresas al colocar en el primer lugar de su lista a su coordinador en la Legislatura, Sergio Hernández, quien además intentará triunfar en uno de los dos distritos de Xalapa, los que de antemano se cree que los ganará Morena, con quien haya postulado.

El PRD tampoco sorprendió. Es fiel a lo que lo identifica en Veracruz y en otros lados. Manda en primer lugar de la lista plurinominal a alguien con un pasado tan oscuro y negativo que sólo porque va por el Sol Azteca el asunto se queda en risa.

Pero no debería ser de risa el caso. ¿Qué culpa tienen los veracruzanos de que en el PRD así sean y vayamos a tener, porque así lo decide un partido, a un diputado como el exalcalde de Catemaco, Sergio Cadena?

¡Sea por Dios y venga más!, diría A. Puente Rosado.

Cuando llega la etapa de repartir candidaturas —ningún partido ejerce la democracia en eso, ninguno elige realmente por el voto interno, cuando más simulan— entonces es momento que los militantes que se creen con derechos presionen.

Y en eso de las presiones vemos de todo. Desde airados reclamos, amagos de irse a otra organización, desbandadas y berrinches con pataleos y lloriqueos.

Se tornan difíciles las decisiones para las cúpulas y cada quien resuelve esto como puede. López Obrador aplica el método de la tómbola, para que así sea la suerte la que determine y no resienta protestas.

Es toda una tragicomedia esto de repartir y exigir candidaturas, en la que los actores participantes muestran descarnadamente los variantes matices de la naturaleza humana.

La semana pasada, en entrevista que tuvo con funcionarios de Organización Editorial Mexicana y directores de periódicos que conforman a la OEM, el candidato presidencial del PRI-PVEM-Panal, José Antonio Meade, a pregunta directa en el foro, se refirió al caso de un expriista (30 años de militancia) amigo suyo, Antonio Astiazarán, político nativo de Guaymas, quien por el PRI ha sido dos veces diputado federal, alcalde de su tierra y funcionario de la Sedesol, de 2003 a la actualidad.

Meade, en síntesis, hizo referencia a una historia: había amigos que se reunían y jugaban dominó. Uno de ellos gana y dice que las reglas están bien. Vuelven a jugar, gana y repite que las reglas están bien. Juegan otra vez, gana y las reglas siguen estando bien. Una vez más juegan, pierde y entonces se enoja y dice que las reglas están mal.

Conclusión: No hay que tener amigos que no saben respetar las reglas.

(Esta semana la reunión en OEM es con el candidato del PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya. Ahí les platico después lo que haya más allá de la entrevista. Meade confirmó sencillez y muy amplios conocimientos sobre la administración pública).

El país, de cabeza. Por el caso sucedido este sábado enfrente del presidente Enrique Peña Nieto, de que por error de unos soldados la Bandera fue izada de cabeza, nos llegó este comentario:

“A finales de los 80 trabajaba en Astilleros Unidos de Veracruz y en la entrega a Pemex de un buque tanque de 45,000 TPM (toneladas de peso muerto), 188 metros de eslora, construido totalmente en Auver, en la ceremonia de bautizo, se izó la Bandera, en el asta del buque, en posición de cabeza, estando presente el presidente Miguel de la Madrid.

“En esa ocasión tampoco hicieron por corregir en el momento. No existían las redes sociales, tampoco fue nota local, creo que muchos de los presentes ni lo notaron”.

Por lo del sábado hay burlas y los más disparatados comentarios. Creo que, como en los 80, esto sólo fue un error y los militares involucrados deben estar pagando con un arresto.

Lo de la Bandera de cabeza es lo de menos. Lo más es que el país es el que está de cabeza.



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