/ domingo 8 de julio de 2018

Treinta millones de votos, clara expresión de la soberanía popular

Es el hombre político con nombre y apellido, Andrés Manuel López Obrador, y sus circunstancias en el actual proceso electoral lo han colocado en el epicentro del ideal democrático que permite a la soberanía popular hacer un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

El histórico respaldo al líder de Morena le permitirá la toma de decisiones para cumplir cabalmente con todas sus ofertas de campaña en cuanto rinda la protesta constitucional ante el Honorable Congreso de la Unión.

Las personalidades que formaron el equipo de campaña del presidente electo cuentan con una gran preparación y experiencia, y seguramente aportarán ideas y propósitos necesarios para la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo.

El plan del próximo gobierno debe ser incluyente de todos los compromisos asumidos con los pobres, desempleados, jóvenes (“ninis”), personas de la tercera edad y todos los inconformes con los anteriores gobiernos emanados del PRI y del PAN, generadores del hartazgo social, por el autoritarismo y la rapiña de gobernantes que han generado la quiebra financiera nacional.

Solo faltaría ver la verticalidad en su desempeño, de aquellos que sin pertenecer de origen al partido Morena han resultado beneficiarios de diputaciones federales y locales, senadurías y gubernaturas, puesto que por encima de sus intereses personales o de partido deberán valorar la posibilidad de ser garantes del ciudadano en la cobertura de sus derechos humanos, privilegiando la libertad y la igualdad ante la ley.

De la misma manera el cumplimiento de los compromisos de AMLO dependerá en gran medida de los miembros del gabinete que ha filtrado la oficina del “electo”, para semblantear el escrutinio público y asegurar hasta donde sea posible que no resultarán iguales o peores a los que acompañaron a Peña Nieto, porque el desencanto de los millones de votantes a la primera consulta del próximo presidente lo obligarían a correr a la mitad o a todos sus colaboradores por ineptos, cleptómanos o faltos de compromiso con el líder del nuevo régimen.

Olga Sánchez Cordero, Marcelo Ebrard, Carlos Urzúa, Rocío Nahle, Esteban Moctezuma, Javier Jiménez Spriú, Miguel Torruco, Jorge Alcocer, María Luisa Albores y Román Guillermo Mayer Falcón, Luisa María Alcalde, Graciela Márquez Colin, Alejandra Fraustro, Josefa González Blanco y Eréndira Sandoval han sido elegidos para trabajar muy cerca del nuevo “Tlatoani”.



Es el hombre político con nombre y apellido, Andrés Manuel López Obrador, y sus circunstancias en el actual proceso electoral lo han colocado en el epicentro del ideal democrático que permite a la soberanía popular hacer un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

El histórico respaldo al líder de Morena le permitirá la toma de decisiones para cumplir cabalmente con todas sus ofertas de campaña en cuanto rinda la protesta constitucional ante el Honorable Congreso de la Unión.

Las personalidades que formaron el equipo de campaña del presidente electo cuentan con una gran preparación y experiencia, y seguramente aportarán ideas y propósitos necesarios para la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo.

El plan del próximo gobierno debe ser incluyente de todos los compromisos asumidos con los pobres, desempleados, jóvenes (“ninis”), personas de la tercera edad y todos los inconformes con los anteriores gobiernos emanados del PRI y del PAN, generadores del hartazgo social, por el autoritarismo y la rapiña de gobernantes que han generado la quiebra financiera nacional.

Solo faltaría ver la verticalidad en su desempeño, de aquellos que sin pertenecer de origen al partido Morena han resultado beneficiarios de diputaciones federales y locales, senadurías y gubernaturas, puesto que por encima de sus intereses personales o de partido deberán valorar la posibilidad de ser garantes del ciudadano en la cobertura de sus derechos humanos, privilegiando la libertad y la igualdad ante la ley.

De la misma manera el cumplimiento de los compromisos de AMLO dependerá en gran medida de los miembros del gabinete que ha filtrado la oficina del “electo”, para semblantear el escrutinio público y asegurar hasta donde sea posible que no resultarán iguales o peores a los que acompañaron a Peña Nieto, porque el desencanto de los millones de votantes a la primera consulta del próximo presidente lo obligarían a correr a la mitad o a todos sus colaboradores por ineptos, cleptómanos o faltos de compromiso con el líder del nuevo régimen.

Olga Sánchez Cordero, Marcelo Ebrard, Carlos Urzúa, Rocío Nahle, Esteban Moctezuma, Javier Jiménez Spriú, Miguel Torruco, Jorge Alcocer, María Luisa Albores y Román Guillermo Mayer Falcón, Luisa María Alcalde, Graciela Márquez Colin, Alejandra Fraustro, Josefa González Blanco y Eréndira Sandoval han sido elegidos para trabajar muy cerca del nuevo “Tlatoani”.